El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, instó el lunes a su Gobierno a acelerar las acciones en la Amazonia para combatir el crimen organizado que ha contribuido a la destrucción de la mayor selva tropical del mundo.
Lula se quejó de que se haya tardado un año poner en marcha un plan de seguridad para la Amazonia, conocido como AMAS, y dijo que aún queda mucho por hacer para crear un centro policial internacional en Manaos.
"Tenemos que acelerar el proceso, porque mi mandato es de sólo cuatro años. Si no podemos ejecutar este plan, alguien vendrá y no hará nada", dijo en un acto en el que se selló la transferencia de 318 millones de reales (58,6 millones de dólares) para financiar el plan de seguridad.
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Los recursos proceden del Fondo Amazonia, dotado con 1.300 millones de dólares y creado originalmente por Noruega para respaldar la sostenibilidad y detener la deforestación ilegal en la Amazonia.
El Fondo, gestionado por el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES, por su sigla en portugués), ha recibido donaciones de Alemania, Reino Unido, Dinamarca, la Unión Europea y Estados Unidos. El plan de seguridad de la Amazonia es el primer proyecto patrocinado por el Fondo destinado a combatir los delitos medioambientales en la vasta región.
Los ocho países de la cuenca del Amazonas unirán sus fuerzas en el Centro de Cooperación Policial Internacional de Manaos, que tiene previsto reunir información y coordinar la aplicación de la ley con el uso de helicópteros, lanchas patrulleras fluviales y 34 bases que se establecerán en todo el Amazonas.
Inicialmente estaba previsto que el centro empezara a funcionar en el primer semestre de este año.
La selva se ha enfrentado a la destrucción sistemática de la tala ilegal y la minería de oro, y las bandas criminales la utilizan como un conducto para el tráfico de drogas y el contrabando de animales tropicales.
Según un comunicado del Gobierno, los esfuerzos de la Policía Federal por mejorar el rastreo del oro en las prospecciones ilegales ayudará a reprimir un comercio en auge del metal precioso, que cada vez sale más de contrabando de Brasil con destino a países como Suiza, Reino Unido, Turquía y Estados Unidos.
Brasil ha avanzado en la reducción de la deforestación de la Amazonia desde que Lula asumió la presidencia el año pasado y trató de devolver a su país el liderazgo en los esfuerzos mundiales contra el cambio climático. En su primer año en el cargo, la deforestación de la Amazonia brasileña se redujo en un 50% hasta alcanzar su nivel más bajo en cinco años.
(Reportaje de Ricardo Brito y Anthony Boadle; Editado en español por Héctor Espinoza)