En medio de la crisis socioeconómica generada por las políticas de ajuste del presidente Javier Milei, los programas destinados a frenar el impacto en el bolsillo de los trabajadores a través de distintas herramientas del Estado se vuelven fundamentales para sobrellevar la situación. En este sentido, Formosa es una de las provincias que da el ejemplo desde hace 28 años con uno de los programas más productivos de todo el país: la creación del Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA).
El 15 de septiembre de 1996, el gobierno formoseño, encabezado por el actual gobernador Gildo Insfrán, puso en marcha este programa que ofrecía una solución social, productiva y ambiental a los pequeños productores de la región, a la vez que se les brindaba acompañamiento en la titularización de las tierras, la construcción de viviendas, provisión de insumos y capacitación técnica.
El principal objetivo con el que se lanzó este programa fue impulsar el autosostenimiento, la ocupación y la autogestión productiva del pequeño productor y su familia, mediante un proceso de promoción social y desarrollo sostenido. "Vamos a ir propendiendo a la comunidad organizada para luchar contra los efectos nocivos de la globalización, que es la concentración de la economía", fueron las palabras del gobernador en su discurso en la fecha de su lanzamiento.
Desde sus inicios el instituto funcionaba como un organismo desconcentrado con dependencia directa del Ejecutivo provincial para ofrecer una "solución social, productiva y ambiental a los pequeños productores". Años más tarde, en 2004, el PAIPPA pasó de "la etapa del asistencialismo a la acción auto sostenido y organiza una gigantesca empresa solidaria capaz de producir y comercializar en escalas más ambiciosas". En ese sentido, "se promueve el agrupamiento de los productores para terminar con el individualismo y se comiencen a practicar nuevas formas asociativas y de cooperación que fortalezcan a los productores y les permitan alcanzar la producción de sus insumos, e iniciar otras actividades que le agreguen mayor valor a su producción como pequeños emprendimientos de industrialización y de comercialización".
Con el paso del tiempo, los productores paipperos se consolidaron como uno de los pilares fundamentales para la economía provincial, al punto de que desde el gobierno formoseño señalaron que la columna vertebral de la producción agropecuaria "está conformada por la familia del pequeño productor agropecuario", ya que "no debía ser una variable inviable donde su pequeña parcela no tenía el valor de conformar una unidad económica".
En la actualidad, la misión del PAIPPA consta en "fortalecer y acompañar el desarrollo integral y sostenido del pequeño productor agropecuario y su familia para que alcance, desde su identidad cultural, el auto sostenimiento, ocupe de manera eficaz su tierra con la fuerza transformadora de su trabajo y, asociado con los otros vecinos, consolide, mediante la unidad, organización, solidaridad, capacitación y participación, el proceso social y productivo liberador que nace del modelo formoseño".
Para poder anotarse en el PAIPPA, los productores deben cumplir con los siguientes requisitos: vivir en y de la chacra con una explotación primordialmente familiar. En el caso de los agricultores, deben tener unas 10 hectáreas de producción, mientras que los ganaderos no deben tener más de 50 cabezas de ganado mayor (hembras) y/ó más de 200 cabezas de caprinos (hembras). También deben manifestar su "disposición a integrar grupos" y aceptar "producir también en forma comunitaria".
Estas actividades se complementan con la venta de los productos paipperos en los principales mercados del país y la comercialización a través de las Ferias Francas de la provincia. Cabe destacar que estas Ferias funcionan desde el 2002 y son la relación directa entre el productor y el consumidor, donde el productor puede exponer y vender sus productos, sin ningún tipo de intermediarios, lo que permite que los precios se mantengan lo más económicos posible.