El ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) designó el sábado a su colíder Alice Weidel como su primera candidata a canciller en los 11 años de historia del partido, presentando sus credenciales para llegar al poder antes de unas elecciones anticipadas previstas para febrero.
Es poco probable que el partido forme parte de una coalición de gobierno a corto plazo, ya que otros grupos han descartado trabajar con él, a pesar de ocupar el segundo lugar en las encuestas de opinión.
Pero una serie de éxitos electorales estatales del AfD están aumentando la presión sobre los conservadores para que consideren una coalición de derecha, especialmente dada la debilidad de su antiguo socio tradicional, los neoliberales Demócratas Libres (FDP).
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"Somos la segunda fuerza en los sondeos a nivel nacional y de ahí deriva nuestra pretensión de gobernar, porque queremos hacerlo mejor, queremos hacer avanzar de nuevo a Alemania, queremos volver a estar en la cima del mundo", declaró Weidel a la prensa en Berlín desde un escenario adornado con dos grandes banderas alemanas.
"Los votantes quieren una coalición de conservadores y la AfD", destacó.
Los partidos de extrema derecha han ganado tracción en toda Europa en los últimos años, llegando al poder también en Italia, Suecia, Países Bajos y Finlandia.
Stefan Marschall, politólogo de la Universidad de Düsseldorf, afirma que AfD, que durante mucho tiempo ha sido considerado un partido de protesta, está tratando de consolidarse como una "agrupación normal".
Weidel, de 45 años y que codirige el partido desde 2022, es un rostro público poco habitual para un partido antiinmigración dominado por hombres que se presenta como defensor de los valores familiares tradicionales y de los trabajadores alemanes de a pie.
En los últimos años, AfD ha aprovechado la preocupación de los votantes por los altos niveles de inmigración, una posible escalada de la guerra de Ucrania y la crisis del modelo económico de Alemania, así como la frustración por las luchas internas en la coalición gobernante, que se desmoronó el mes pasado.
"Alemania se encuentra en una de las peores crisis de su historia", dijo Weidel, prometiendo un cambio de rumbo con su partido.
AfD quiere frenar drásticamente la inmigración, sobre todo la procedente de países musulmanes, volver a poner en marcha las centrales nucleares, salir de la Unión Europea -a menos que lleve a cabo reformas importantes- y poner fin a los envíos de armas a Ucrania.
Con información de Reuters
Cerrar sesión