¿Cuántos años dura la carrera de Derecho?
En la Argentina, de acuerdo con los planes de estudio oficiales de la mayoría de las Universidades públicas y privadas reconocidas por la CONEAU, cursar en tiempo y forma la totalidad de las materias que comprenden la carrera de Abogacía —nombre con el que también se conoce a los estudios en Derecho— demanda entre 5 y 6 años.
Sin embargo, la realidad implica que ese término puede extenderse dependiendo de diversos factores. No es lo mismo estudiar Derecho al mismo tiempo que se trabaja, y tampoco es igual hacerlo trabajando media jornada que a jornada completa por el mero hecho de que el tiempo para cursar, estudiar y rendir exámenes se ve reducido.
Otra cuestión que suele generar retrasos en los estudiantes de Abogacía es el recursado de materias, que ocurre cuando no se aprueban los exámenes parciales o cuando se reprueba el final en determinada cantidad de oportunidades, lo que también varía según las reglamentaciones de cada casa de estudios. Un buen consejo es conocer los reglamentos de cada Facultad antes de ingresar, o consultar en los Centros de Estudiantes o a alumnos que ya son parte de la matrícula de aquellas universidades que el interesado esté considerando, ya que estos detalles suelen conocerse luego de inscribirse y comenzar a estudiar, y son aspectos importantes que deberían tenerse en cuenta para elegir dónde llevar a cabo los estudios universitarios.
En ciertas universidades públicas, como es el caso de la UBA, a los años que insume la carrera en sí misma se agrega un año adicional por el denominado Ciclo Básico Común, también denominado por su sigla CBC, que debe cursarse y aprobarse antes de ser admitido al primer año de la carrera de Derecho. En cambio, gran parte de las universidades privadas suelen tener cursos de ingreso más cortos, que pueden ser eliminatorios, cuando su aprobación es requisito para poder ingresar a los estudios de grado, o nivelatorios, cuando se utilizan como herramienta para conocer las aptitudes base con las que llega el alumno que pretende ingresar.
¿Dónde se puede estudiar Derecho en Argentina?
En nuestro país el Derecho es la carrera más popular entre los estudiantes universitarios, siendo la que más alumnos y graduados produce anualmente, estadística que se repite desde hace años sin alteraciones.
Una de las razones por la que se produce este fenómeno es que la carrera de Abogacía suele ofrecerse en la gran mayoría de las universidades que existen en nuestro país, tanto aquellas que son de gestión estatal como también en las de gestión privada.
Para elegir dónde estudiar Derecho se pueden consultar prestigiosos rankings que tienen en cuenta factores tales como la cantidad de profesores por alumno, la cantidad de publicaciones académicas producidas, o el porcentaje de egresados que consiguen trabajo en los primeros seis meses luego de graduarse en cada universidad, como es el caso de Quacquarelli Symonds (QS).
A pesar de que en Argentina estos rankings no están divididos por carrera o Facultad, sino que consideran a cada Universidad en general, son una buena referencia. La Universidad de Buenos Aires, de gestión pública, históricamente ha sido la mejor posicionada, seguida de cerca por otras prestigiosas casas de estudio tales como la Universidad Católica Argentina (UCA), la Universidad Austral, la Universidad de Palermo (UP) o la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), esta última también de carácter gratuito.
¿Cuáles son las primeras materias de la carrera de Derecho?
Generalmente los estudios de Abogacía suelen comenzar con materias de carácter general e introductorio, donde se enseñan conceptos que van acercando al estudiante a la forma mentis del abogado, con el propósito de que adquiera nociones generales que le permitan comprender las bases de la ciencia jurídica para poder razonar el Derecho.
Los nombres de estas asignaturas pueden variar dependiendo del plan de estudios de cada universidad, pero sus contenidos suelen ser similares. Es habitual que durante los primeros dos cuatrimestres se vean materias tales como introducción al derecho o principios generales del derecho, que suele consistir en un acercamiento abstracto y filosófico a los pilares de esta disciplina, sin ahondar en las diferencias que existen entre las distintas ramas del derecho.
También es común cursar materias relacionadas con el derecho constitucional, ya que brindan una noción general de los derechos y garantías que luego se ven reflejados y reglamentados en profundidad en cada vertiente de la ley: civil, comercial, penal o laboral.
Además, entre las primeras materias de la carrera universitaria de Abogacía suelen encontrarse otras más tradicionales como Derecho Civil I, donde se aprenden los fundamentos de la rama central del derecho privado que regula las relaciones entre las personas, o Derecho Penal I, donde se enseñan los fundamentos de la rama del derecho que regula las conductas prohibidas en sociedad y las sanciones que se aplican a quienes las cometen.
¿Qué es lo más complicado de estudiar Derecho?
Posiblemente sean dos los desafíos más importantes a los que se enfrenta un estudiante de Derecho a lo largo de toda su carrera universitaria.
El primero de ellos tiene que ver con evitar un error que, de persistir a lo largo de los años, puede llevar a una gran frustración incluso después de recibirse: estudiar de memoria.
Al tratarse de una disciplina con una gran carga de contenido teórico, porque mucho de lo que se aprende se encuentra escrito en leyes, en artículos de doctrina escritos por especialistas o en fallos de distintos tribunales que conforman lo que se conoce como jurisprudencia, el estudiante puede verse tentado a memorizar esos contenidos y luego repetirlos como un autómata a la hora de rendir exámenes, especialmente cuando estos son escritos o no tienen un enfoque práctico y razonado de los contenidos.
Esta dificultad puede encontrar su primera manifestación cuando el alumno se enfrenta a un tribunal examinador oral, donde las respuestas pueden quedar cortas si solo se limitan a repetir lo que dice la legislación, los libros o los apuntes.
Sin embargo, las consecuencias pueden ser aún peores si el estudiante logra recibirse habiendo hecho de la memorización su forma de surfear la carrera. Porque, cuando llegue el momento de ejercer la profesión, ya sea de forma liberal, en relación de dependencia en un estudio jurídico o peor aún debiendo aplicar el derecho en los tribunales o como asesor de empresas o particulares, el profesional se encontrará con severos problemas para poder razonar el derecho y resolver problemas reales donde no es suficiente con repetir lo que dicen las normas sino que resulta necesario pensar al derecho y aplicarlo con rigor científico.
La otra complicación que tiene la carrera de Derecho es que las Facultades suelen adoptar un enfoque excesivamente teórico en la enseñanza, dejando poco espacio para la práctica, algo que los estudiantes han suplido a lo largo de los años mediante pasantías de gran carga y exigencia o inserciones tempranas en el mundo laboral que, si bien pueden ser útiles y convenientes en una etapa media o avanzada de la carrera, puede generar efectos contraproducentes en un estudiante inicial que todavía no se ha adaptado al ritmo universitario.
Por esta razón, prestigiosos abogados y docentes universitarios afirman que la carrera de Derecho debe innovar y modernizarse de forma estratégica, permitiendo que los estudiantes se gradúen luego de transitar un camino de aprendizaje donde la formación se encuentre equilibrada entre los aspectos teóricos y los aspectos prácticos, para que el abogado recién recibido no se encuentre ante un mundo desconocido cuando debe redactar un contrato, iniciar un expediente ante los Tribunales o asesorar a un cliente frente a un problema legal concreto y real.
¿Qué habilidades se necesitan para estudiar Derecho?
La persona que se decida a estudiar para ser abogado debe tener en cuenta que se trata de una disciplina que, como cualquier otra, requiere de ciertas habilidades para poder recibirse sin sobresaltos y desarrollar una actividad profesional satisfactoria tanto en lo personal como en lo económico.
En primer lugar, se trata de una disciplina que se dedica a resolver (o prevenir) situaciones conflictivas que afectan las vidas de las personas. Un abogado penalista tendrá en sus manos la libertad o la condena de otros, un abogado laboralista deberá lidiar con personas que han perdido su trabajo o que deben pagar indemnizaciones que ponen en riesgo de quiebra a sus empresas, y un abogado de familia recibirá a personas que perdieron a sus seres queridos y necesitan realizar una sucesión o a parejas en crisis que tienen por delante complejos procesos de divorcio.
Por este motivo, hay ciertas habilidades que resultan fundamentales para estudiar Derecho y triunfar como abogado: la empatía, la capacidad de escuchar y comunicarse con el otro, y la fortaleza mental necesaria para que los problemas ajenos no afecten el criterio profesional, son algunas de ellas.
Estas virtudes también son muy importantes a la hora de estudiar Derecho ya que los profesores no son máquinas y la capacidad de relacionarse con ellos desde lo humano y lo profesional puede marcar una importante diferencia no solo para aprobar materias sino para poder construir vínculos que serán importantes a futuro cuando los docentes se conviertan en colegas que llevan muchos años de ventaja en el ejercicio de la profesión.
También el estudiante de Derecho tiene que destacarse por cultivar la paciencia y la voluntad de pasar largas horas leyendo: la Abogacía implica conocer cientos de leyes, antecedentes jurisprudenciales y opiniones de juristas que crean doctrina legal, todo lo cual se encuentra volcado en cientos de miles de palabras que deben leerse e interpretarse, lo que también pasará en la vida profesional a la hora de atender causas judiciales, elaborar contratos o preparar y contestar demandas y denuncias.
Y no debe olvidarse otra habilidad fundamental para el estudiante de Derecho y futuro abogado: la oratoria. La capacidad de comunicarse verbalmente resulta central, no solo para interactuar con clientes y colegas, sino también con magistrados y funcionarios judiciales, por lo que tomar cursos de oratoria con especialistas es una sugerencia que todo futuro abogado debería considerar para llevar adelante sus estudios con mayor simpleza y llegar preparado para el día después de recibir el título.