(Por Hernani Natale) Zeta Bosio y Charly Alberti, junto a músicos que estuvieron ligados a la banda y una constelación de cantantes invitados -algunos en vivo y otros en formato virtual-, comenzaron a ponerle un broche definitivo a la historia de Soda Stereo con el concierto celebrado anoche en el porteño Campo Argentino de Polo, en el que impactó de manera particular la participación en cuerpo y voz de Gustavo Cerati en varias canciones a través de las pantallas.
Gracias totales. Soda Stereo, tal como se dio a llamar a este espectáculo planeado para marzo de 2020, que recién ahora pudo concretarse tras las restricciones sanitarias, combinó el calor de una banda sonando en vivo y algunos cantantes que ratificaron el poder de lo presencial, con una virtualidad que ganó protagonismo al traer al presente a Cerati y al proyectar impactantes gráficas, pero que transmitió cierta frialdad en otras interpretaciones.
También se caracterizó por celebrar una obra que ocupa un lugar fundamental en el rock argentino, está arraigada en el imaginario colectivo y genera una corriente emotiva en varias generaciones.
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Sin dudas, los pasajes en donde Zeta y Charly Alberti desde el escenario volvían a interactuar con el Cerati devuelto por las pantallas fueron no solo lógicamente los más emocionantes, sino también los que reivindicaron la comunión musical entre los tres integrantes.
Pero también hubo entre los invitados algunas figuras que levantaron la temperatura del lugar, como el caso de Rubén Albarrán, Walas, Gustavo Santaolalla y, especialmente, Benito Cerati; sin dejar de lado el gran momento musical regalado por Draco Rosa.
Desparejos resultados mostraron las intervenciones virtuales, en las que desfilaron Chris Martin, Julieta Venegas, Adrián Dárgelos, Juanes, Fernando Ruiz Díaz y Mon Laforte entre otros, con algunas performances rescatables y otras que sonaron distantes o desconectadas.
Tal como contaron días atrás a Télam, Zeta y Charly Alberti decidieron montar este show para darle un broche de oro a la historia de Soda Stereo ante el público local y los seguidores de distintos países de Latinoamérica.
A la hora de suplantar las sonoridades aportadas por Cerati, decidieron convocar a los guitarristas Richard Coleman, Roly Ureta y Simón Bosio, y al tecladista Fabián El Zorrito Von Quintiero; como así también a una cantidad importante de grandes figuras.
El espectáculo apenas pudo comenzar a despegar en marzo de 2020 cuando la pandemia de coronavirus postergó los planes hasta este 18 y 19 de diciembre, en que finalmente se presenta ante el público porteño, en lo que pareciera ser la despedida definitiva en esta ciudad.
La reanudación mostró a la banda en condiciones óptimas, como si Soda Stereo nunca hubiera detenido su marcha y hubiera ido sumando nuevos músicos para el vivo con el objetivo de engrosar su sonido.
Sin embargo, el gran desafío era salir a escena sin su gran líder al frente y fueron los invitados y la virtualidad los que salieron al rescate, con mayor o menor éxito, según los casos.
El mayor golpe de efecto fueron los momentos en que apareció Cerati, como el comienzo con Sobredosis de TV, hacia la mitad del concierto con En la ciudad de la furia, y hacia el final y en formato exclusivamente de trío en Fue y Primavera cero.
En el plano del vivo, Richard Coleman se hizo cargo de manera notable de Hombre al agua, Rubén Albarrán levantó al público con su enérgica versión de Lo que sangra (La cúpula), Walas cautivó en Juegos de Seducción y Andrea Echeverri tuvo sorpresivamente una desdibujada intervención en Pasos.
Por su parte, Gustavo Santaolalla conmovió con su voz y su charango en Cuando pase el temblor y Draco Rosa protagonizó un pasaje de alto vuelo musical con En remolinos; pero la gran ovación fue para Benito Cerati y su inolvidable versión de Zoom.
Los quiero a todos chapando, gritó al ingresar al escenario mientras sonaba la introducción de la canción, para luego responder a las ovaciones y a los cánticos que recordaban a Cerati con un emocionado sepan que mi papá está en todos ustedes.
En cuando a lo virtual, Álvaro Henríquez con El rito y Fernando Ruiz Díaz con Persiana americana salieron airosos; en tanto que Adrián Dárgelos en Tratame suavemente y Juanes en Prófugos estuvieron correctos; mientras que León Larregui en Disco eterno y Julieta Venegas en Signos sonaron deslucidos.
Extraño fue el caso de Mon Laferte que tuvo una buena performance pero fue opacada por el electrizante solo de guitarra de Simón Bosio, quien por única vez corrió de ese lugar a Roly Ureta.
Pero además de traer a las voces invitadas, las pantallas también estuvieron en un primer plano por sus espectaculares gráficas y por emitir imágenes de archivo de giras y backstage de sesiones.
Hacia el final, el líder de Coldplay, Chris Martin, pareció un simple corista de una multitud que al unísono tomó como propia la interpretación de "De música ligera".
En definitiva, el concierto en sí mismo resulta un digno broche a la historia de Soda Stereo por el nivel mostrado por la banda; por el valor de volver a verla en acción con Cerati incluido; por el soberbio repertorio; y por la gran cantidad de grandes figuras que, con sus intervenciones, más allá de los resultados, demuestran el valor que su obra ha tenido en toda latinoamericana. Hacia allá continúa esta despedida luego del segundo concierto de esta noche en el Campo Argentino de Polo.
Con información de Télam