Revelación de Cristian Thorsen en "Jarra de porcelana", de Florencia Aroldi

04 de abril, 2023 | 17.22

Finalmente la "Jarra de porcelana" estalla, es destruida con ahínco aunque esa acción no se vea, y esto no es "spoilear" lo que sucede en la sólida obra de Florencia Aroldi que dirige Mariano Dossena y es actuada por Cristian Thorsen en Ítaca Centro Cultural, los sábados a las 20.

La acción se desarrolla dentro de un cubo transparente en lo que se supone es el monoambiente de un escritor esquizofrénico que dialoga con la acompañante terapéutica que lo medica y que un día despierta junto a piezas de un maniquí diseminado por el suelo, que se suponen el cadáver de alguien misteriosamente asesinado.

La anécdota parte del nombre del personaje, llamado José y protagonista de la novela "Rotxs", de Pelcha Beyer, pero todo queda allí: Aroldi se ocupa de trabajar sobre ello y de la novela solo quedan pasajes que por momentos se escuchan a través de un grabador de mano.

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De físico voluminoso, como de luchador de sumo, Cristian Thorsen espera a los espectadores adherido a la pared del fondo como una lapa, como si formara parte de la misma; cuando comienza la acción emite sonidos animales, de desesperación por no poder liberarse, como quien nace, y de incomprensión ante la realidad que cree vivir.

En uno de sus mejores montajes, el director Dossena logra crear un ámbito claustrofóbico con ese personaje desesperado que Thonsen juega con intensidad y desesperación: debe crear un mundo dibujando sus objetos en la pared y se desespera por las palabras, que también escribe, sobreescribe y tacha.

Lo suyo es la perplejidad y la desesperación; no puede salir de su habitáculo más que con su imaginación y dialoga con la invisible e inaudible acompañante terapéutica, filosofa sobre su "realidad", atiende por el portero eléctrico a alguien a quien no puede acceder, fuma y exhala unos humos ficticios muy bien marcados por la dirección.

Así se adentra en la mecánica de la acción teatral, discute las "didascalias", que son las indicaciones que los dramaturgos disponen en sus textos para señalar los modos y actitudes de los personajes, y hasta se discute a sí mismo, separando las naturalezas del actor y del personaje.

Sorprende la intensa actuación de Thonsen, vestido de blanco en un ámbito absolutamente blanco, entre payaso pintarrajeado y prisionero desesperado, un actor platense que tiene una relativa carrera en la escena alternativa porteña y que por "Jarra de porcelana" debería ser tenido en cuenta por las instituciones que otorgan premios al teatro.

Sin mayores publicidades, la pieza que se ofrece en la pequeña sala de Humahuaca 4027 prosigue su trayectoria gracias al boca en boca, ya que no es un ejemplo normal sino una lección teórica que la autora hace sobre lo teatral, una narrativa de difícil traslado a la escena, a la que sin embargo el director Dossena logra dar forma con energía.

Gran parte de esa energía es aportada por el voluminoso Thorsen, sin duda. Hay aciertos en la iluminación de Claudio Del Bianco, el vestuario y la escenografía de Nicolás Nanni - en su difícil trabajo con el blanco que lo abarca todo- y en las oportunas proyecciones de Raimundo López Castro.

Con información de Télam