(Por Hugo F. Sánchez) La serie documental Distópica, que estrena su primer episodio hoy a las 22 en la pantalla de la TV Pública, aborda dos décadas decisivas de la historia argentina e imagina qué hubiera pasado si algunos hechos y decisiones hubieran sido diferentes.
Conducida por la periodista Luli Trujillo junto a los historiadores Pupina Plomer y Martín Leguizamón, la serie dirigida por Ionathan Klajman está centrada en un período que va desde 1955 hasta 1974. El punto de partida es la ucronía, una reconstrucción histórica construida lógicamente basada en hechos posibles pero que no ocurrieron realmente.
La ucronía es una forma estimulante de acercarse y pensar la historia, define Klajman en comunicación con Télam y pone como ejemplo el bombardeo a Plaza de Mayo por parte de la Armada Argentina: En la ucronía del capítulo, planteamos una hipótesis de historia contrafáctica en la que los pilotos de los aviones se niegan a asesinar compatriotas, explica, y agrega que esa hipótesis, genera discusión y establece un diálogo entre lo que sucedió y lo que podría haber pasado.
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La serie, estructurada en cuatro capítulos, comienza hoy a las 22 con El bombardeo a Plaza de Mayo; mientras que el 16 de junio se transmitirá El Golpe de Estado contra Arturo Frondizi; el 23 llegará El Golpe de Estado contra Arturo Illia; y por último, el viernes 30 de junio y siempre a las 22 por la TV Pública, será el turno del capítulo final: La muerte de Juan Domingo Perón, que imagina que Perón no muere en 1974 y logra concluir su mandato.
A través de falsos documentales de los recordados "Sucesos Argentinos" se plantea una hipótesis alterna sobre un hecho histórico, que conduce por universos paralelos en donde las cosas funcionan de otra manera y los golpes de Estado no se suceden.
Télam: El documental tiene como eje el condicional contrafáctico de qué hubiera pasado si la historia fuera diferente a lo que ocurrió realmente. ¿Cuál es el fin de este ejercicio trasladado a una producción audiovisual?
Ionathan Klajman: Imaginar una ucronía es una forma estimulante de acercarse y pensar la historia. Genera discusión y establece un diálogo entre lo que sucedió y lo que podría haber pasado. Por otra parte, la ucronía produce, además, un efecto particular con la historia real, que es cambiar nuestra perspectiva.
En el primer episodio de "Distópica" hablamos del bombardeo a Plaza de Mayo, hechos que se sucedieron desde el 16 de junio de 1955, cuando la Armada Argentina encabezó un ataque que tenía como objetivo asesinar al presidente Juan Domingo Perón, para luego realizar un golpe de Estado.
En el capítulo, se plantea una hipótesis de historia contrafáctica en la que los pilotos de los aviones se niegan a asesinar compatriotas y es una idea razonable, porque los pilotos podrían haber dicho que por más en desacuerdo que estuvieran con el gobierno de Perón, no iban a arrojar bombas sobre una población indefensa.
Por eso, en la medida que recorremos esa ucronía, la historia original de repente gravita en torno a la decisión de los pilotos y la contrasta.
En el mundo utópico, los pilotos tienen un acto de humanidad y respeto por la vida, en la historia real, esos pilotos arrojan bombas sobre una Plaza de Mayo llena de gente.
T: La historia alterna que plantea el relato se apoya en los testimonios de historiadores, politólogos, militantes y artistas. ¿Cómo fue la elección de estos protagonistas?
IK: Fue un aspecto fundamental, hubo una productora de casting, Carolina Huerta, dedicada exclusivamente a la búsqueda de los entrevistados. Queríamos personas que tuvieran un vínculo intelectual pero también emotivo con los períodos históricos de cada episodio. Dialogamos con familiares de protagonistas, testigos directos, investigadores del Conicet y militantes. Era importante escuchar el punto de vista de aquellos que tenían una afinidad de ideas con los gobiernos derrocados y abarcar un espectro político amplio.
T: El trabajo comprende el período histórico que va desde el bombardeo a Plaza de Mayo hasta la muerte de Perón. ¿La hipótesis del documental es que esas casi dos décadas definieron lo que pasó en el país hasta el presente?
IK: De alguna manera sí, más allá del recorte arbitrario que hicimos nosotros para poder hablar de los últimos cuatro golpes de Estado, que ocurrieron en un periodo corto y convulsionado de nuestra historia.
Todos estos hechos los fuimos representando en una línea cronológica de la historia que construimos especialmente para el programa.
El período abarcado en Distópica está representado de una manera gráfica, literalmente. Construimos una línea de tiempo de la historia argentina con un recurso que se llama "realidad aumentada" y la línea comienza en 1946 y culmina en el retorno a la democracia, en 1983, y en los diferentes episodios se podrá ver a los historiadores caminar junto a esa línea de la historia.
Esa representación gráfica de los hechos nos permitió ver que, efectivamente, hay una espiral de violencia que comienza con el bombardeo a Plaza de Mayo, un hecho sin precedente en la historia argentina y del mundo, en donde ese período de violencia inicial tiene su máxima expresión con la dictadura que comenzó en 1976.
Las ucronías, según el presente que construyen, se dividen en utópicas, en las que la realidad es algo mejor y las distópicas en las que el mundo se transforma en algo peor. En el documental hacemos ese ejercicio de pensar en qué realidad vivimos, a partir de los hechos ocurridos en el pasado y los que, en una realidad alterna, podrían haber sucedido.
Con información de Télam