(Por Sergio Arboleya) La entrega física de la inédita dupla teatral Adrián Suar-Diego Peretti descuella en el estreno de Inmaduros, comedia con dirección de Mauricio Dayub que arrancó con un enorme suceso de público en la sala porteña El Nacional procurando poner en foco situaciones de actualidad social.
Las relaciones entre las personas, los feminismos, los mandatos sociales, las libertades individuales, los acuerdos de pareja, las sexualidades, el formato familiar y hasta el uso de la tecnología en la vida cotidiana forman parte de un fresco, que entre risas y a un ritmo por momentos frenético, refiere a las nuevas subjetividades de una parte de la sociedad de hoy.
Esa paleta es abordada sin grandes profundidades pero con certero impacto a partir del reencuentro de Alfi y Fideo, los amigos encarnados por los protagonistas, a partir de que Peretti, desahuciado tras una crisis matrimonial con su pareja desde hace 33 años, pide cobijo al creativo publicitario asumido por Suar en su casa inteligente.
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El choque de mundos entre los cincuentones de diferente pulso es evidente: Alfi-Suar se impuso el goce frugal, una vida ligera y superflua donde el hábitat tecno (con la voz de Andrea Politti) opera como síntesis e imagen, mientras que el visitante Fideo-Peretti es un psicoanalista cuyo padecimiento vital es ver cómo se desmorona la familia con dos hijos que sostenía con su amada Rosita.
En ese único y desplegado ambiente que es el loft cibernético y hablante plasmado escenográficamente por Jorge Ferrari, el dueño de casa maneja con su voz un dispositivo móvil con perfumero, música a pedido, un surtido bar y hasta una bola de espejos, entre otros alardes.
La pareja despareja ideada por la dupla autoral Juan Vera y Daniel Cúparo es fecunda en gags, pero sobre esas diferencias asoman las postales de una nueva manera de transitar la existencia en un cóctel donde hay espacio para crítica y también para los lugares comunes.
Para tratar de animar a Fideo, Alfi recurre a dos libros de su escuálida biblioteca y lo arenga con un par de frases de fórmula atribuidas a Osho y a Paulo Coelho, pero fundamentalmente le organiza reuniones con mujeres para tratar de rescatarlo de su dolor.
En las pretendidas citas previstas para el disfrute y el sexo Alfi presenta a dos duplas de amigas: primero a las treintañeras Natacha y Nuria (a cargo de Jessica Abouchain y Fernanda Metilli, respectivamente).
En la accidentada experiencia con su ocasional pareja Natacha y su acompañante Nuria se aprecia otro golpe de presente en la trama ya que la muchacha llega con una mochila cargada que enlaza los coloridos pañuelos de las luchas de las mujeres por el aborto legal y por la separación de la Iglesia del Estado, entre otros.
El choque entre esas demandas y el moderno pero conservador Alfi habilita previsibles cruces donde ella lo define como machirulo y él la invita a retirarse así llegas a tiempo a cortar la 9 de Julio y la platea aplaude.
En busca de mejores resultados, la siguiente convocatoria es a mujeres con edades más cercanas a los anfitriones y entonces irrumpen la cordobesa Vicky (en la piel de Carla Pandolfi) y Patricia Echegoyen como la veterana sex symbol Valeria Luxor.
Esta vez es Vicky quien cruza a su amigo con derechos para exhibir un reclamo acerca de relaciones menos pasajeras y ocasionales a partir de una novedad que transita en su vida amorosa.
Como otra vez las cosas no resultan según lo planeado por el siempre dispuesto y optimista Alfi, el desengaño habilita a un encuentro más hondo y sincero entre los amigos.
La gracia de Suar (largamente celebrado por el público) y la corporalidad de Peretti (que exuda teatro) se encuentran sobre tablas a 25 años de haber sido parte de la serie Poliladron y cargan con el peso dramático y gracioso de una historia que puede apreciarse linealmente o como parte de otras experiencias de vida de este momento de las comunidades urbanas.
Ambos asumen el frenesí de un guion intenso al que la dirección de Dayub lleva hasta el límite para generar unos 70 minutos de sostenida y entretenida acción donde el cuarteto femenino -cada quien con sus particularidades- se acopla eficazmente al juego.
En el Teatro El Nacional (Avenida Corrientes 960), Inmaduros se ofrece de jueves a domingos a los 20.30 con una segunda función sabatina a las 22.45.
Con información de Télam