(Por Pedro Fernández Mouján) El actor y director Lisandro Penelas estrena este sábado 19 "Cuando una mujer se queda sola", primera de tres obras que componen el ciclo de relatos escenificados "Mentir para decir la verdad", que explora los límites y posibilidades del cruce entre texto literario y dispositivo teatral.
Creado y dirigido por Penelas, a cargo también de la dramaturgia, el ciclo que se extenderá hasta el 30 de abril, propone el abordaje de tres autores norteamericanos contemporáneos: Raymond Carver, cuyo universo literario inspira "Una semana más"; Lorrie Moore, que da pie a "Algo perfecto"; y Tobías Wolff, cuya escritura subyace a "Cuando una mujer se queda sola", obras que se pueden ver en forma independiente pero que funcionan también a modo de tríptico y que se desarrollarán en Moscú Teatro (Velasco 535, Villa Crespo) los sábados de febrero, marzo y abril.
"Hace muchos años vengo trabajando en el cruce de literatura y teatro, la primera obra que dirigí fue sobre unos cuentos de Carver y llevó el título de uno de ellos ("Quieres hacer el favor de callarte, por favor") siempre me interesó ese cruce y analizar qué particularidades tiene, qué puntos en común tienen la construcción de un relato literario con la de una obra teatral y a partir de ahí surgió esta idea de encontrar puntos en común de los dispositivos teatrales con los literarios, ver qué herramientas puestas en funcionamiento a la hora de escribir un cuento pueden ser trasladadas a la actuación", cuenta Penelas en charla con Télam en una primera aproximación al ciclo.
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Las tres obras tienen elementos que les permiten "dialogar entre sí": la dramaturgia de todas es de Penelas, que dirige dos y actúa en la tercera, en todas hay un músico en escena, los procesos de producción fueron similares y están basadas en autores norteamericanos surgidos en la segunda mitad del Siglo 20.
"Las puestas huyen de la idea de que alguien cuenta un cuento, justamente la gracia es encontrar la escenificación del relato y no que sea una cosa narrada", aclara Penelas, cofundador y codirector del espacio de producción y formación Moscú Teatro, disipando las primeras dudas.
"Lo que sí hay en las tres -se explaya- son algunas de las características del cuento que, a diferencia de la novela y a veces del teatro, se refiere en general a una sola cuestión en torno de la cual gira el resto".
"Hay algo de la brevedad que estuvo presente y que se trasladó a la producción de los tres materiales, que duran cada uno entre 45 y 55 minutos, fueron ensayados en un tiempo breve con cierta intensidad, como un modo de encontrarnos con las impresiones de las que estos autores nos hablan", agrega Penelas, autor también de "El amante de los caballos", basado en un cuento de Tess Gallagher.
Télam: De modo que para los actores hubo también un modo particular de trabajar, común en las tres obras.
Lisandro Penelas: Sí, fue muy vertiginoso para los actores, lo que dio como resultado que puedan salir a escena con un montón de inquietudes y de cosas que no están completamente resueltas, con la idea de que si confían en esas inquietudes hay algo muy vivo que puede ocurrir en escena. Como decía antes, lo que las historias cuentan es una sola cosa y en ese sentido la actuación y la dirección buscan meterse en ese túnel hasta el fondo con la idea de que al final aparezca una pequeña luz.
T: ¿Cómo surge el nombre del ciclo, "Mentir para decir la verdad"?
LP: Creo que es un procedimiento que comparten la literatura y la actuación: el escritor y el actor se sirven de la mentira, de la ilusión, de la imaginación, de la ficción y a través de esa ficción logran acceder a un nivel de verdad más verdadero que el de la vida cotidiana. El escritor construye universos narrativos antes inexistentes y el actor cuando está en escena gracias a esa ficción puede llegar a niveles personales profundos que probablemente no alcance en la vida cotidiana.
T: ¿Por qué estos autores?
LP: Me gusta mucho la literatura norteamericana del Siglo 20 y 21 pero igualmente estos universos están traídos a la Argentina, alguno a la provincia de Buenos Aires, a Montevideo, al barrio de Flores; en todo relato hay una serie de detalles que no son el conflicto en sí del que se habla pero que le dan una particularidad y un anclaje que permiten que aquello que el cuento quiere contar sea posible de ser contado, entonces desde la dramaturgia me interesó poder encontrar anclajes locales que me permitiera contar aquella historia que los relatos están atravesando.
T:¿Por qué planteás las tres obras como parte de un ciclo?
LP: No es que el argumento de una obra tenga que ver con el de la otra, pero siento que hay un aire que se respira en las tres obras que pueden generar una suerte de sistema al verse en conjunto, hay algo de un aire común, un espíritu común que tienen los tres materiales, el hecho de que en todas haya un músico, el modo como fueron producidas, el equipo creativo común (iluminación, escenografía, vestuario), después cada una tiene un sistema propio pero también las tres pueden dialogar entre sí y me interesó abrir esa experiencia al espectador.
El ciclo comienza este sábado 19 con "Cuando una mujer se queda sola", con dirección de Penelas y actuación de Daniel Begino, Fabiana Mozota y Mariana Del Pozo. Se puede ver todos los sábado de febrero, marzo y abril a las 20.
La segunda obra, "Una semana más", con dirección de Ana Scannapieco y actuación de Francisco Lumerman, Lisandro Penelas y Fernanda Pérez Bodria, sube a escena el sábado 26 de febrero y se puede ver todos los sábados de marzo a las 22.30.
"Algo perfecto", inspirada en el universo de Loorie Moore, con dirección de Penelas y actuación de Ignacio Gracia, Magdalena Grondona y Alfredo Martín, se podrá ver todos los sábados de abril a las 20.
Santiago Ascaso es el músico de "Cuando una mujer se queda sola" y Federico Marino de las otras dos. En las tres el diseño de luces es de Soledad Ianni, el diseño de arte de Claudina Iglesias Losada, y la asistencia de dirección de María Belén Carluccio.
Con información de Télam