El actor Claudio Rissi, reconocido por su rol de Mario Borges en la serie El Marginal, encabeza Los Perros, obra escrita y dirigida por Néstor Valente que desde el viernes se ve en el porteño Teatro Picadero, donde al asumirse como padre de familia en esa inquietante comedia aseguró correrse de los personajes que venía haciendo y despegarse del asesino que lleva el cadáver en el bolsillo.
Pareciera que para algunos directores hay un lugar de comodidad y de cierta garantía por el tránsito que uno ha tenido que los lleva a convocarme para un tipo de personajes que, al menos en una parte, ya está resuelto, reflexiona Rissi durante una entrevista con Télam en la que intenta encontrarle una explicación a las criaturas rudas que suele animar, sobre todo en series.
En esa cuerda figuran creaciones como el citado Borges, mandamás del penal de San Onofre en El marginal, Galván en Los simuladores, "El Fletero" en Okupas, el Comisario Filpi en El puntero y el Tucumano Cortez en Entre Hombres.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Pero ahora, con Los Perros, el intérprete de 65 años que ostenta tres Cóndor de Plata por sus labores cinematográficas en 76 89 03 (2001), ópera prima de Flavio Nardini y Cristian Bernard; Aballay, el hombre sin miedo (2012), de Fernando Spiner; y La novia del desierto (2018), de las debutantes Cecilia Atán y Valeria Pivato; y un ACE por su composición de Tatita en Terrenal, se permite otras respiraciones.
Mi personaje en esta obra es el del padre de la familia, un tremendo hipopótamo que habla y habla y no dice nada importante. Es alguien que siente que expresa cosas interesantes y es el líder de las reuniones y en realidad es un pobre tipo estúpido que cree que es brillante, lo define.
Los Perros, escrita y dirigida por Nelson Valente, y con un elenco que además reúne a María Fiorentino, Melina Petriella y Patricio Aramburu, se propone como una incómoda historia familiar que hace eclosión y que puede verse los viernes y sábados a las 20 y los domingos a las 20.30 en el Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857).
Télam: ¿Qué te interesó de la propuesta de Los Perros para tomar parte en la obra?
Claudio Rissi: Lo que me sedujo es que es una historia inquietante que parece una comedia que corre con chisporroteos y se llega a una encrucijada donde hay que tomar decisiones. Está muy bien escrita, los diálogos son muy interesantes y tiene todo un entramado que la sostiene para dar cuenta del mundo de las relaciones en una familia ubicada en un lugar de confort.
T: Antes de este estreno local, la obra se hizo en Barcelona. ¿Te interesó ver aquella versión para meterte en la trama?
CR: No trabajo así, no me gusta y nunca me sirvió buscar las referencias afuera porque eso implica tomar modelos cuando lo que a mí más me interesa es poder investigar lo nuevo.
T: ¿En esa investigación disfrutás de descansar de los roles rudos?
CR: Hace mucho tiempo tuve ese conflicto y me lo quité de la cabeza pese a que siguieron tocándome roles similares, sobre todo en televisión. Pero en el teatro haciendo Terrenal evolucionaba por diversos estadios y en La novia del desierto me tocó encarnar a un perro callejero, a un solitario. Pero ahora y de alguna manera estoy volviendo al humor.
T: ¿Cómo es eso?
CR: Por un lado mis orígenes profesionales vienen de allí, ya que soy fundador, en 1977, del Grupo Teatro de la Pavada con el que debutamos en el Teatro Payró con un espectáculo cuyo escenario era un baño y hablábamos sobre la tortura de la higiene, tomando un riesgo que fue más producto de que éramos inconscientes antes que heroicos. También en Justo en lo mejor de mi vida (2005 y 2006), con Luis Brandoni y la Negra Fiorentino (también compañera en Los Perros) jugábamos en torno a la comedia. Para este año, además, se estrenará en cine Los justos, primera película de Martín Piñeiro donde lidera el reparto junto a Arturo Puig y Claudia Lapacó.
T: Una apuesta integral a la actuación
CR: Es que a mí me gusta actuar y jugar. Y lo que me gusta lo intento y el mayor compromiso mío es ese, es hacer cada papel con ganas y convicción. Porque, total, pobre fui toda la vida y comer un plato más o menos de arroz no me va a cambiar.
Con información de Télam