A dos décadas de su estreno original, Carlo Argento, Claudio Pazos y Francisco Pesqueira reponen como autores y protagonistas su icónica "Carne de crítica", que en su momento suscitó no pocas controversias, en el teatro Apolo de Corrientes 1388, los miércoles a las 21.
La obra se estrenó con cierta timidez en una sala marginal de Avenida de Mayo con el título inicial de Carne de crítica. Un espectáculo de humor crítico, con una fuerte carga de homoerotismo y algunos pasajes algo jugados que apuntaban al disparate, pero en contra de lo esperado el público se mostró muy interesado.
De 2002 a 2005 los dos actores y el director Argento recorrieron muchas salas del país y participaron con éxito en festivales de humor.
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"En principio surgió la idea de celebrar los 20 años volviendo a realizar nuestra primera obra sin cambios; la idea era hacerlo por streaming, pero cuando comenzamos a publicitar que la obra se estaba ensayando la gente manifestó que iba a venir a vernos y que le daba una gran alegría el regreso", señaló Pesqueira en diálogo con Télam, a lo que Argento añadió:
"Durante la pandemia surgió la de filmar para el streaming nuestro primer espectáculo, pero al tiempo comenzó la apertura escalonada de la presencialidad. Entonces creímos que era mejor hacerlo presencial y pusimos toda la energía en el teatro y el cumple de los 20 años".
Télam: ¿Qué diferencias hallará el espectador que conoció la versión anterior?
Claudio Pazos: Creo que la diferencia no estaría en "qué" van a ver sino en "cómo" lo van a ver. El humor descongestiona, afloja lo que está duro en cada uno de nosotros. Me parece que es bueno ver cómo nos podemos reír de nosotros mismos.
Francisco Pesqueira: En lo personal siento cambios sustanciales y otros que no. Creo que estamos generando muchos cambios afortunados en la sociedad pero también que caemos en la ofensa con mucha facilidad, y considero que el humor es un gran aliado para hablar con la mayor seriedad de temas trascendentales.
Carlo Argento: Esta reposición es la réplica de aquel espectáculo de 2002, sin cambios, más que la nueva realización de vestuario. Cuando revisamos el material, nos dimos cuenta de que a pesar del paso de los años, estaba súper vigente y que mucho de lo que criticábamos y poníamos de manifiesto no había cambiado sustancialmente; a pesar del paso del tiempo, hay temáticas que nos siguen interpelando.
T: En 20 años hubo varios gobiernos, luchas, derechos adquiridos, una pandemia, esperanzas triunfantes o no...
FP: Los cambios estarán en la receptividad de las personas que lo vayan a ver. El otro día vi una obra sobre textos de Niní Marshall y reí como si esos textos no tuvieran los años que tienen. Niní es atemporal y una feminista sin pancarta pero con todas las condiciones para serlo.
"Carne de crítica" habló de la homofobia, el racismo, el machismo, la colonización, la discriminación; lo hicimos caminando delgadas líneas que pueden chocar, pero lo hicimos a consciencia, abriendo debates y superando indiferencias.
CP: Si bien hubo logros en relación a luchas sociales y personales, es increíble que a veces a los seres humanos nos cueste estar a la altura de nuestras propias leyes, nuestros propios consensos. Es como si los logros tanto sociales como personales hubiera que cuidarlos día a día. Por ejemplo: aún con el Inadi y el matrimonio igualitario, todavía escucho decir "puto de mierda", "paraguayo", "negro" y así sucesivamente.
Aunque a una parte de la sociedad no le afecte ser catalogado por puto o negro, hay otra que intensifica la intención del insulto. En ese sentido me parece que el humor está para desenmascararnos permanentemente.
T: ¿Cómo transcurrió este tiempo para cada uno?
FC: Soy nostálgico como buen hijo de gallegos y por otro lado tengo un espíritu muy hacedor y de levantarme cada mañana con proyectos. No he parado de trabajar estos 20 años y lo único que hubiera deseado es cargar con remos más livianos y también recibir mayor reconocimiento a tamañas hazañas: este año pandémico hice ocho obras y saqué un libro, todos proyectos independientes.
CA: El tiempo, la experiencia, lo transcurrido, me lleva a reflexionar sobre la pertenencia. Y es en "Carne de crítica" donde encuentro ese lugar: el del sello, la marca, la impronta, lo que nos identifica, nos interpela, nos replantea, nos hace crecer.
CP: Me encanta reencontrarme con Francisco y Carlo en el escenario y en la producción; confirmo que la unión hace la fuerza y lo grupal indudablemente fortalece lo individual. Tenemos mucho recorrido personal y aun así profundizamos lo grupal. No es fácil pero es posible.
T: ¿Cómo se siente cada uno con los nuevos formatos para-teatrales?
FP: Hice otras experiencias y todas fueron gratificantes y me permitieron tener un ingreso de dinero en tiempos muy complejos a nivel económico. Con formatos como el streaming cometemos el error de analizarlos con frases del estilo "esto no es teatro". Claro que no lo es, apenas son una vuelta de tuerca para seguir creando y buscar una salida.
CA: Ya filmamos la obra para el streaming, solo que lo dejamos para más adelante. Si bien fue un manotón de ahogado en la pandemia, nada se le parece a pisar un escenario, a encontrarse noche a noche con tu compañero de escena, a percibir esa comunión que se realiza con el público.
CP: El escenario es lo más. A pesar de que es plano, imperfecto, etc. Cuando se genera el rito no hay con qué combatirlo. Ya sabemos los efectos que puede producir la cámara, las luces, el sonido, pero no hay comparación con la vida que tiene el escenario.
T: ¿El regreso de "Carne de crítica" estuvo latente en estos años?
FP: Voy a decir la frase de Alcohólicos Anónimos: "solo por hoy". Sin saber y con el día a día construimos una historia de 20 años. Nuestro primer espectáculo también tiene esa ternura del que no espera nada; ni siquiera sabíamos qué pasaría con esa primera experiencia, que ese hecho daría inicio a un grupo.
Disfruto de ver el reconocimiento para Claudio y Carlo porque he sido testigo de esos primeros pasos -con Claudio nos conocemos desde el 92 y con Carlo desde el 99-. Creo que de alguna manera sería interesante que volvamos a tener ese espíritu libre de esa primera experiencia sin sentir el peso de responder al reconocimiento que obtuvimos después.
Con información de Télam