Fito Páez, Amelita Baltar, Abel Pintos, Adriana Varela, León Gieco, Peteco Carabajal, Lidia Borda y Pedro Aznar forman parte del elenco reunido por el grupo de tango electrónico Tanghetto para celebrar dos décadas de camino con el lanzamiento de su décimo disco, Argentinxs, que para Maxi Masri, líder del conjunto, implica una experiencia única por poder compartir con artistas legendarios.
Grabar un disco de estas características es, sin duda, un regalo muy especial y significativo y no solo por los 20 años de trabajo y dedicación que hemos puesto en nuestra música y de alguna manera funciona como una invitación a músicos de géneros diferentes a que se sumen a la experiencia de compartir nuestra propuesta de tango de hoy, asegura Masri durante una entrevista con Télam.
El músico, compositor y productor arriesga al reunir los inicios de Tanghetto con el presente de la agrupación que Argentinxs junto con nuestro primer álbum, Emigrante (electrotango) son los más importantes porque representan nuevas etapas en nuestra trayectoria.
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La propuesta que mañana llegará a las plataformas, junta a Tanghetto con Adriana Varela en Juego Irreal; Abel Pintos en Tiempo (Me niego a rendirme); León Gieco en Alas de Tango; Pedro Aznar en No te guardes nada; Fito Páez en Carabelas Nada; Leo García en Dónde estás; Amelita Baltar en Vinilo; Lito Viatle en Argentinxs; Peteco Carabajal en Hoy; y Lidia Borda en Juego Irreal II (En un mismo lugar).
Télam: Hace dos años cuando publicaron Reinventango ya estaba Argentinxs en agenda ¿Cuánto tiempo les llevó generar esta producción plagada de figuras?
Maxi Masri: Con artistas legendarios era obvio que podría llevar su tiempo, sobre todo, la planificación y coordinación para generar la producción. Algunas voces se grabaron inclusive antes de los tracks finales de instrumentos para mantener una coherencia sonora, pero también le puse mucha atención en la instrumentación y producción. Fue un proceso de maduración importante, ya que grabar un disco con tantos invitados y con un enfoque diferente a nuestros discos anteriores se convirtió en un desafío más grande.
T: También en aquella charla revindicabas a Tanghetto como un proyecto artístico no binario ¿qué implica sostener esa impronta y cuánto dice sobre la estética y la ideología de la propuesta?
MM: Por varios factores, llegué a entender que el pensamiento binario es una limitación importante. En el ámbito artístico, Tanghetto ha logrado en muchas formas romper con este pensamiento, pero creo que ir más allá y proponerlo como una forma de conciencia es aún más interesante. Romper con las formas artísticas preestablecidas o rígidas, que a menudo están asociadas con una industria musical del pasado, es una manera de superar el pensamiento "blanco o negro" y permitir una mayor libertad creativa. En mi opinión, el verdadero arte está estrechamente vinculado con la libertad de expresión, y eso es lo que Tanghetto ha buscado a lo largo de sus 20 años de carrera. Tanghetto como proyecto artístico no binario es una invitación a la exploración y a la apertura a nuevas posibilidades creativas y conceptuales y además es algo que sirve a nivel personal más allá de lo artístico.
T: ¿De qué manera describirías el tránsito de Tanghetto en estas dos décadas de historia?
MM: Locura (risas). Si esta historia fuera una película, tendría un poco de Nace una estrella, mucho de "This is Spinal Tap" (sobre la gira de esa banda inglesa de heavy metal) y la dureza de Piazzolla, los años del tiburón. Imagínate, salimos de un estudio en un conventillo en Constitución después de estar encerrados allí por un largo tiempo. Para un artista, el reconocimiento es como respirar aire fresco después de estar bajo el agua, es algo así. La idea de Tanghetto era mantener un perfil bajo, con cierta influencia punk de ir contra la corriente, lanzando un disco instrumental de tango con electro en 2003. Y de repente, estábamos en primer lugar en los rankings de las disquerías, superando incluso a bandas como Bersuit o Aerosmith, surrealista siendo tango. En ese andar hubo premios y nominaciones, tocar en París, Londres, Milán y el Lincoln Center de Nueva York, ser el acto principal en el Mundial de Tango y también tocar en el Obelisco para 15.000 personas sin por ello dejar las milongas.
T: ¿Cómo ven el tango electrónico hoy y el rol de Tanghetto en esa escena?
MM: Veo un poco de resurgimiento de aquella escena. Tanghetto nunca se fue, fuimos de los pocos en expandir más allá de la moda junto a Gotan y Bajofondo. Desde un punto de vista artístico, creo que logramos superar esa etiqueta hace mucho tiempo. No queríamos estar limitados por una moda o una estética particular.
Si me decís cómo veo o me gustaría que vean a Tanghetto, me gustaría que nos vean en la vanguardia, o por lo menos como quienes intentamos aportar algo diferente en el tango desde hace tiempo.
T: ¿Cómo fue la mecánica para la convocatoria? ¿Hubo una pieza pensada a partir de cada artista o la cercanía con una determinada voz llevó a buscar la canción ideal?
MM: Y se puede decir que se fue dando y fue un poco diferente con cada artista. Te doy ejemplos: con Amelita se charló sobre componer alguna vez, un tema juntos, y así surgió esa genial locura que es "Vinilo". Ella tenía una letra que me gustó mucho y le compuse la música. Con Pedro hicimos algo similar: sobre un tema de Tanghetto que le gusta mucho, escribió una letra hermosa y nació "No te guardes nada". Con Lito nos conocíamos de reuniones y festivales, pero recién cuando estuvimos en su programa tuvimos la idea de que se sume en el tema que da título al álbum (que es el único instrumental del disco) y es un tango deconstruido rítmicamente en 7/4. Fito propuso "Carabelas Nada", y para mí fue instantáneo decir que sí porque ese tema es puro tango y su letra es muy Tanghetto (y eso que Tanghetto es mayormente instrumental). La reunión más inesperada y una de las primeras fue la de Abel, que es alguien que pienso que puede cantar lo que quiera, y el tango le queda perfecto. Este disco es poder compartir con gente que uno admira, talentosa y abierta a un desafío musical diferente y así fue tomando su propia identidad.
Con información de Télam