(Por Nicolás Biederman) La actriz australiana Sarah Snook, una de las protagonistas principales de la multipremiada serie dramática con tintes de humor negro Succession, cuya cuarta y última temporada llegará mañana a las 22 a la señal premium HBO y la plataforma HBO Max, avisó que no todos estarán satisfechos con el final de la ficción.
Así lo aseguró a Télam la mujer que interpreta a Siobhan Shiv Roy, una de las figuras claves en la historia creada por Jesse Armstrong que sigue al magnate de los medios de comunicación Logan Roy (Brian Cox) y a sus cuatro hijos en una trama sobre el poder, el insensible privilegio de los megaricos y la despiadada naturaleza de los vínculos familiares en ese ambiente.
La temporada final retoma luego de los trascendentales eventos del final de la tercera entrega, cuando luego de décadas de que Logan fomentara la competencia y la desconfianza entre sí, sus tres hijos menores, Kendall (Jeremy Strong), Shiv y Roman (Kieran Culkin) se unen por primera vez contra el patriarca para evitar que venda la empresa familiar, Waystar Royco, y los deje con las manos vacías.
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Sin embargo, Logan demostraba entonces una vez más que está varios pasos adelante de cualquiera, imagina sus intrigas palaciegas y anticipa su jugada.
Ahora, la venta del conglomerado de medios al visionario tecnológico Lukas Matsson (Alexander Skarsgård) está cada vez más cerca. La posible operación provoca angustia existencial y división familiar entre los Roy, ya que sufren con la idea de cómo serán sus vidas una vez que se complete el trato.
La lucha de poder frente al futuro de la compañía, y la resolución final a la implícita cuestión del título de la serie (es decir, ¿quién será el sucesor de Logan en el trono?), involucra también al hijo mayor, el ambicioso pero incompetente Connor (Alan Ruck); al joven primo Greg (Nicholas Braun) y al marido de Shiv, Tom (Matthew Macfadyen), que fue el instrumental traidor para la supervivencia de Logan al final de la tercera entrega.
La noticia de que la nueva temporada será la última -algo muy atípico en un negocio que busca exprimir hasta la última gota a las producciones que, como a esta, le llueven premios y suma televidentes por millones- tomó por sorpresa no solo al público, que se enteró a pocas semanas del estreno. También tomó con la guardia relativamente baja a su elenco.
Nos enteramos al comienzo de la lectura grupal del guion del episodio 10 de la cuarta temporada, el último, pero sabíamos que algo así estaba por venir, recordó Snook en charla con esta agencia y unos pocos medios internacionales: Durante el rodaje de la temporada sabíamos que potencialmente podía ser la última pero estaba en un 50/50; fue un poco difícil hacer el programa en ese limbo, agregó, en referencia al clima de incertidumbre que, de alguna manera espejaba, la que sus personajes vivían en la trama.
La intérprete aseveró que de todas formas el elenco entendía que el hecho de que llegara el final del camino era inherente al nombre de Succession, ya que en algún momento habrá alguien que tomará el trono: Por lo que no se podía evitar preguntarse ¿eso va a ser esta temporada? ¿la próxima? ¿cuánto tiempo pueden alargarlo? ¿todavía tenemos cosas que decir? Y no querés convertirte en una parodia de vos mismo, justificó.
A la hora de los balances, Snook rememoró que al principio no lograba empatizar con la cínica y manipuladora Shiv, y que fue el personaje más difícil que le tocó encarnar: Creo que me sentía demasiado diferente a ella de manera que pudiera hacer un buen trabajo, para interpretarla honestamente. No tengo experiencia personal con este tipo de riqueza o interactuando con ella en absoluto. Y entonces sentí que tal vez era un salto demasiado lejos.
Como actor tenés que amar a tu personaje. Tenés que respetar quién es y lo que hace, y tenés que ser su defensor, su mayor admirador, la persona que lucha por él y sus opiniones. A medida que ella evolucionaba supongo que he cambiado con ella en términos de mi apoyo, pero creo que mi opinión sobre ella se ha mantenido similar: no es alguien de quien sería amiga en el mundo real, bromeó.
En ese sentido, adelantó que la traición de Tom en el episodio final de la tercera temporada ubica a Shiv patas arriba y es otro de los conflictos abiertos por resolver. Es que su marido hasta entonces había mostrado un rol extremadamente pasivo, siempre dispuesto a dejarse pisotear por toda la familia con tal de asegurar su lugar en el conglomerado: Ver que Tom era capaz de una traición tan grande y también incluso a sí mismo, que podía tomar sus propias decisiones para su propio beneficio personal, fue realmente chocante para ella.
Para la actriz, el éxito de la serie y la expectativa de la audiencia sobre los capítulos que vienen tiene mucho que ver con dónde estamos en este momento como sociedad y cuánto miramos aspiracionalmente hacia la riqueza: Cómo miramos al poder y el tener cosas que nos gustaría alcanzar nosotros mismos.
Por esa misma razón, confesó estar muy complacida del enfoque de Armstrong y su equipo de guionistas y celebró el hecho de que en la narrativa quede claro que el dinero y el poder no es lo que te hace feliz, que no hace a nadie mejor persona, que el poder absoluto corrompe.
Más allá de eso la serie sigue siendo un programa sobre la familia, sobre las interacciones de los miembros de esta familia y de cómo realmente no se aman de la forma en que probablemente deberían, sumó, sobre otra de las aristas de la propuesta que interpelan a los televidentes.
Finalmente, Snook abordó el tema de cómo será el cierre definitivo de la serie ganadora de 13 premios Emmy. No fue lo que imaginé, pero no sé si podría haber imaginado algo mejor, enfatizó, y completó: Es un final irritantemente satisfactorio, en el sentido de que no todos estarán satisfechos con él. Así que eso es algo perfecto, porque se adapta perfectamente al universo de la serie.
Con información de Télam