Ricky Martin debutó anoche en el Hollywood Bowl de Los Ángeles para cantar junto a la Filarmónica local dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel y la multitud de 17.000 personas lo acogió con ovaciones, luego de que un juez en Puerto Rico desestimara el jueves la denuncia de violencia doméstica realizada por parte de su sobrino.
El cariño del público, que disfrutó con las versiones orquestales de los hits de pop latino lanzados por la estrella puertorriqueña, resultó un espaldarazo para el artista, de acuerdo a la impresión de la prensa local.
"Esto es precioso, de veras, gracias a Los Ángeles y gracias al maestro Gustavo Dudamel", dijo Martin a quien el director presentó como un icono de la cultura mundial".
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Martin, quien a principios de mes recibió una orden de restricción en Puerto Rico y que desde el jueves quedó sin efecto, compareció ante el tribunal de ese país de forma virtual para enfrentar las acusaciones de su sobrino de 21 años, quien afirmó haber mantenido una relación de siete meses con el compositor y ser víctima de acoso.
"Han pasado casi cuatro décadas desde que trabajo como artista, bajo la mirada del público, y nunca he tenido que lidiar con algo tan doloroso como lo que he vivido estas últimas semanas", dijo ayer el cantante en un video compartido con los medios y recogido por el sitio especializado Hollywood Reporter.
"Fui víctima de una mentira. Lamentablemente, el ataque vino de un familiar. Solo le deseo lo mejor, que encuentre la luz. Una mentira puede causar tanto daño. Me perjudicó a mí, a mi esposo, a mis hijos, a mis padres, a mi familia", señaló Martin, que reconoció estar "muy dolido".
Las fuertes acusaciones del joven fueron rechazadas desde un primer momento por la defensa del artista, al calificarlas de "falsas y fabricadas", y había confiado en que la verdad saldría a la luz.
Más allá de la resolución de este caso, el artista de 50 años aún enfrenta otros problemas legales con su ex representante Rebecca Druker, quien lo demanda por comisiones impagas.
Con información de Télam