El artista misionero Ramón Ayala, un faro en la cultura popular argentina, cumple hoy 95 años y los festeja con el lanzamiento digital de su álbum debut "Viaje Vegetal", editado en vinilo en 1963, en el comienzo de un proceso de recuperación de su obra grabada.
Me siento muy bien en esta latitud del tiempo, me siento fenómeno, pero me siento bien también usando ese tiempo sin que pese, al contrario, contribuye a darme más juventud, a estar radiante con ese fajo antiguo pero moderno del tiempo actual, manifestó a Télam Ramón Ayala.
Sensible y exótico, el músico, poeta, artista plástico, compositor e intérprete, quien a lo largo de su vida compuso más de 300 canciones, presenta este trabajo que fue editado en Uruguay por el sello Carumbé a cargo de Sarandí Cabrera.
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Se trata de un disco inédito en Argentina, cuyas grabaciones no se encontraban aún en internet, y en el que se pueden apreciar las primeras grabaciones de canciones convertidas en clásicos como El Cosechero, El Mensú, El Jangadero y El Moncho junto a joyas preciadas como Irupé o La Vertiente.
Dueño de un espíritu jovial y encantador, las cancines de Ayala fueron interpretadas por grandes como Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Horacio Guarany y Liliana Herrero, entre otros, y son parte de lo más preciado de la música popular argentina.
El catálogo de vinilos recuperados es un proyecto de restauración y digitalización de obras grabadas por Ramón Ayala, conocido como El Mensú, entre 1960 y 1990 en dicho soporte.
"Viaje Vegetal" es el primer lanzamiento del catálogo que incluye siete discos; el trabajo de restauración y digitalización de los audios y de las gráficas se lleva adelante apuntando a mantener su impronta original, explorando sonidos, paletas y tipografías para poder mantener la identidad de cada disco, llevado al formato digital, según informaron los responsables de esta propuesta.
La tapa del disco es un dibujo del mismo Ramón Ayala, y los interesados en obtener más información pueden ingresar a www.ramonayalaelmensu.com
La contratapa del vinilo se puede leer un texto del editor, Sarandí Cabrera, que entre otras cosas dice: Como hombre de Misiones, Ayala se nutre de aquella vida y en sus cantos se reúnen lo criollo argentino litoraleño, la componente guaranítica y el toque de Brasil. Para nosotros, uruguayos, en su canto y sus dibujos resuenan los ecos misioneros que despertó nuestro compatriota Horacio Quiroga a quien Ramón Ayala ha dedicado un canto que pronto se conocerá.
La belleza de sus melodías "grandiosas" -como él mismo describe-, su mirada contemplativa de la naturaleza, y en particular de la vida de la selva y el río, y la profundidad de su poesía, son algunos de los rasgos de una obra enorme que también abarca la pintura.
Para Ayala, el arte plástico y la música van de la mano. "Yo creo que la pintura es el color que el hombre le da a la música, a la vida, además es el color que está en la naturaleza", expresó en una entrevista con Télam.
Sobre su música y particularmente acerca de sus melodías, Ramón comentó que tienden a ser "sinfónicas, producto de una formación interior, de un gusto interior que uno va atesorando y va creciendo dentro de uno, sin imitar a nadie pero teniendo patrones de grandes melodistas".
"Yo he abrevado mucho en la música clásica, no me quedo en el sonsonete, en el ámbito folclórico hay repeticiones que en lugar de engrandecer el género lo empequeñecen, es cuestión de los virus interiores", definió el artista nacido en Posadas el 10 de marzo de 1937.
En cuanto a dónde cree que reside el secreto de sus canciones, dijo que está vinculado a que "cuando uno adquiere una mayoría de edad mental, un criterio sobre la vida y sobre las cosas, te das cuenta que estás viviendo un tiempo único y maravilloso que no es repetirá jamás".
Con información de Télam