La pianista Marina Ruiz Matta invita a un viaje inquietante en "La era de los elefantes"

05 de mayo, 2022 | 16.19

La pianista y compositora Marina Ruiz Matta, una de las grandes exponentes de la música contemporánea argentina actual, lanzó un nuevo y audaz trabajo, “La era de los elefantes”, al que definió como la obra más camarística de su trayectoria “por su instrumentación y por la profundidad", y que presentará mañana a las 21 en De la Fábula,

En su cuarto disco de estudio, Ruiz Matta reúne diez piezas propias creadas para luego ser interpretadas por el Ensamble Pierrot (una formación tradicional), en las que cruza con libertad lo popular y lo académico, proponiendo un viaje sonoro inquietante, que refleja sensaciones vividas en pandemia.

“Tuve la enorme suerte de que músicos enormes como Ramiro Gallo (violín), Pablo García (chelo), Patricia Da Dalt (flauta) y Manuel Rodriguez Riva (clarinete) hayan aceptado la invitación. No podría haber imaginado intérpretes mejores que ellos”, subrayó a Télam Ruiz Matta.

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Creado en confinamiento, “La era de los elefantes” fantasea con una tierra habitada por otra especie y rescata los componentes musicales del territorio americano, invisibilizados de algún modo por la tradición europea.

Antes de emprender una gira por Europa, la artista se presentará mañana a las 21 en el reducto ubicado en Agüero 444

Télam: ¿Por qué “La era de los elefantes”? ¿Lo considerás un disco disruptivo respecto de tus tres trabajos anteriores?

Marina Ruiz Matta: El nombre se debe a una reflexión, motivada por la incertidumbre que nos trajo a todos el inicio de la pandemia. ¿Es posible imaginar un mundo en el cual no prime el ser humano como especie? Suena apocalíptico hoy, pero cuando la Covid llegó, tan rápida e inesperada, a todos se nos dio vuelta esa sensación de inmortalidad y continuidad que teníamos.

La verdad es que yo percibo un hilo común en todos mis discos. Pero es difícil verlo-oírlo de afuera. Es disruptivo, tal vez, porque es la obra más camarística de todas las que hice hasta ahora, por su instrumentación y por la profundidad en la escritura. También fue el primer disco que escribí bajo la supervisión de alguien. Diego Taranto me acompañó en todo el proceso, otorgando una mirada (y una oreja) crítica que hizo crecer mucho a mi música.

T: ¿En tu obra ponés a jugar, a dialogar un lenguaje musical de carácter académico y a la vez popular, cuál es tu opinión al respecto? ¿Existen tales fronteras?

MRM: Esa es la idea del disco. Aportar un poco más a que se desdibujen esas fronteras. Hace muchos años que músicos populares y académicos (si pudiera clasificarse así) nos mezclamos: zambas y chacareras interpretadas por músicos de origen jazzístico, intérpretes de tango con formación académica, compositores que oyen músicas de regiones insospechadas. Todo eso ha desembocado en una inmensa producción de música que es imposible de catalogar en determinada categoría. Y es hermoso que así sea.

T: ¿Qué significa como pianista y compositora la decisión de componer para un ensamble?

MRM: Para mí fue una aventura. Recuerdo el primer tema que me puse a escribir y el último. Al empezar, tenía que evocar el sonido de los vientos (tuve mucho menos contacto previo que con las cuerdas), imaginar su discurso musical. Al terminar, tenía la sensación de haber tocado con esa formación hace años. Escribir para una formación musical es entablar una conversación con esos sonidos.

T. ¿Cuál es la propuesta para el inminente concierto en vivo?

MRM: Vamos a tocar las 10 obras del disco. Como cada una de ellas tiene detrás un libro, un poema, una reflexión, iremos haciendo un recorrido por esas "puertas" para acercar lo más posible al público con el imaginario que está detrás de la obra.

Con información de Télam