El director y guionista Nicanor Loreti, reconocido por sus filmes Diablo y Kryptonita y que el jueves pasado volvió a las salas de cine con el estreno de la película policial y de comedia negra "Punto rojo", su primera cinta desde el inicio de la pandemia de coronavirus, aseguró que en estos tiempos de reconversión de la industria "hay que encontrar nuevas formas de hacer y de ver cine".
En diálogo con Télam, Loreti opinó en ese sentido que "todavía existe cierta falta de apertura en las plataformas respecto al cine latinoamericano", porque "no se arriesgan a agarrar algo de pocas estrellas que igual esté buenísimo".
"Acá seguimos un modelo un poco más antiguo, de ver quién es el famoso de tal película. Se va bastante lo seguro, y todavía hay que romper esa pared de cara a estrenar más cine argentino en las plataformas grandes", agregó el cineasta.
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En esta multiplicidad de pantallas a disposición de los realizadores y del público, "Punto rojo" no quedó afuera: además de formar parte de la grilla de la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y su estreno días atrás en el Gaumont, también tuvo su paso por el streaming a través de Cine.ar Play y por la TV en el canal de esa marca.
Se trata de una apuesta que explota al máximo los motivos que Loreti cultivó a lo largo de sus proyectos, con altas dosis de violencia y humor absurdo condensadas en poco más de 70 minutos, y que sostiene un estrecho vínculo con "Pinball" (2019), el último cortometraje del cineasta.
La breve pero potente propuesta comienza cuando el protagonista, Diego (Demián Salomón), se encuentra dentro de un auto en el medio de la nada mientras participa en un concurso sobre Racing Club de un programa de radio.
Pronto se descubrirá que dentro del baúl tiene secuestrado a un hombre, y a través de una serie de flashbacks y secuencias vertiginosas la historia irá develando cómo llegaron hasta ahí y qué tendrán que hacer para sobrevivir a una trama que incluye un escándalo político y hasta agentes secretos.
Tras el lanzamiento de "Punto rojo", Loreti conversó con Télam sobre esa producción y su mirada respecto al momento que atraviesa el cine argentino de género e independiente en la actualidad.
T: Pinball fue resultado de tu interés por correrte de las producciones de mayor calibre. ¿Este proyecto también se ubica en ese camino?
Nicanor Loreti: Tenía ganas de hacer chiquito, donde la película que tenía en la cabeza fuera exactamente la que estuviera en la pantalla. Cuanto más vas avanzando como realizador, si te gusta lo que hacés y tenés cierta evolución creativa, la película que tenés en la cabeza cada vez se parece más a la que termina estando en la pantalla. Quería tener un proyecto que fuera lo más cercano a lo que yo soñaba y me parece que lo logré. Por primera vez en mucho tiempo estoy muy contento, independientemente de lo que pase. Para mí significa mucho y se hizo un lugar muy importante, quizás arriba de todo con "Kryptonita" y "Diablo", entre las cosas que más me realizaron.
T: ¿Cómo evaluás la situación que atraviesa la producción independiente en el país, especialmente en este momento de adaptación?
NL: Ya se veía una revolución respecto a las plataformas comiéndose el espacio del cine puro, de ver cine en el cine, y la pandemia terminó de dar un giro de 180 grados. Todos lo esperábamos de una manera paulatina, pero ahora pasó y claramente provoca que haya que encontrar otras maneras de hacer y de ver cine. Creo que el formato híbrido de estreno en cines y también plataformas está generando mucho interés. Hay que cambiar, porque es muy difícil pretender que la gente vaya al cine cuando puede ver la película en su casa. Pelear contra eso es pelearse contra la realidad.
T: Además su paso por el Festival de Cine de Mar del Plata, Punto rojo triunfó en el Buenos Aires Rojo Sangre. ¿Qué momento creés que está viviendo el cine de género en Argentina?
NL: Se abrió un camino que tardó años, fue lento pero seguro, pero hoy en día hay mucho interés en los festivales internacionales y en los mercados por lo que es el terror argentino. No necesariamente por el cine de género en sí, principalmente en el terror, que se está moviendo muy bien. Hay realizadores históricos como Demián Rugna, Daniel de la Vega, Pablo Parés o Gonzalo Calzada, que fueron abriendo ese camino. Es un cine que se está viendo en otros países, y es el comienzo de algo que se esperó mucho. Es un buen momento para el cine de terror nacional, "Aterrados" (2018, de Rugna) abrió una puerta, despertó ese interés, y está buenísimo.
Con información de Télam