Ringo Galperín: "Hay un mundo eterno para indagar dentro del arte"

28 de septiembre, 2023 | 18.39

El músico, compositor y productor Ringo Galperín señala que un artista puede estar “empapado de muchas cosas” y ser capaz de “encontrar un mundo eterno” en cualquier otra creación artística como influencia para su propia búsqueda, al conversar con Télam sobre el estreno de su primer disco titulado “Ringo”, donde hace su propio collage musical y una bajada a tierra en clave rave, con el soporte de Gustavo Iglesias como coproductor.

Ringo, artista del sello Queruza liderado por los hermanos Luis y Tomás Balcarce, desglosa en esta charla el espíritu de su obra de ocho canciones gestadas en una laptop entre Francia y Argentina y cuenta cómo fue grabar en el sótano de una iglesia parisina “Fashion Killa” junto a los raperos franceses LowKey, Kylysun y Zaki, tres de los invitados que figuran en esta placa junto a otros nombres nacionales como Alfonso El Pintor (“El Tren) y Fransia (“Sueño Húmedo”) además de la banda de folk Nelumbo (“Giran”).

Empapado por las más diversas referencias, Galperín hace convivir sus letras con cajas de ritmo, dubs, guiños al folclore, trips manchesterianos y rap sobre una base electrónica, y se aprovecha de técnicas de producción del hip-hop como el sampling por las que terminó sumando a su construcción musical pedacitos de canciones de Charly García, Fito Páez, Public Image Ltd o Ennio Morricone.

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“A nivel musical mi disco es un disco como de pop dance argentino, pero en el medio hay unos raperos franceses, que tienen un timbre cero argentino y que me parece que enriquece un montón. Vine a buscar un poquito más de eso acá a Francia”, definió detrás de una pantalla desde París, al hablar sobre el universo sonoro que terminó de captar en sus encuentros musicales en París, donde estuvo asentado durante tres meses el año pasado, en una experiencia que hoy tiene un segundo capítulo.

“Ahora conocí a unas personas nuevas con las que estuve también trabajando y es algo muy increíble, además de todo lo que te curte estar en otro país que tiene otra cultura, otro idioma, otra gente y otro todo”.

De vuelta en Buenos Aires, terminará de diseñar el concepto del directo para el estreno de su flamante primer larga duración: “Vengo de tocar en Madrid con un formato que también hacía en Argentina, incluso desde antes de la salida del álbum. Un show con invitados y conmigo como DJ tirando las pistas, cantando y remixando en vivo. Me gusta que venga algún amigo a rapear, porque le da un aire nuevo. Acá en Europa es todo más reducido, pero cuando vuelva pienso armar un show más propio para presentar este disco”.

“Tengo nuevos singles ahí cocinaditos: hay un funky carioca que no tiene nada que ver y otro que tiene un sample de la canción de Pulp Fiction. Escuché que Daniel Melero dijo alguna vez que la última canción de un álbum te tiene que orientar hacia el lado que estás yendo. No es que lo tuviera tan pensado, pero surgió así. Lo próximo va más en la onda de ‘Fashion Killa’. Son canciones que no necesitan tanto de un remix para sonar en una joda”, adelantó.

T: ¿Cuándo aparece la figura de Gustavo Iglesias, habitual colaborador de Babasónicos en el estudio de grabación?

T: Soy alguien que graba todos los días desde hace muchos años. Primero saqué una canción (“Puedo Bucar”) que produje yo, luego delegué en otro productor con el que al final no seguimos trabajando juntos y medio que me quedé en bolas, pensando y "¿ahora qué hago?" Si bien yo tengo mis herramientas, produzco mis canciones y hago una primera mezcla, después voy a un estudio y las grabo bien, quiero que las canciones estén a la altura de lo que uno escucha constantemente. A Gustavo lo conocí por Diego Tuñón (Babasónicos), con quien tengo muy buena onda, me junté con él, le llevé unos demos que tenía y empezamos por “Exzamba”, la canción que abre el álbum. Fue muy de a poco todo. A partir de ahí, me sentí recontra identificado con el proceso: si bien en lo otro había mucho de lo mío, trabajar a la distancia no es lo mismo que estar ahí con un productor que encima la tiene recontra clara en un estudio y con el que puedo pensar y hablar. Gustavo, además, me tiró muchos centros sobre las estructuras y otras sugerencias: desde sumar un sintetizador hasta aprovechar tal sample.

T: ¿Cómo fue descubrir esa libertad en una computadora y aprovecharte de las posibilidades casi infinitas que ofrece a la hora de la producción musical?

R: Es una democratización que se da en Argentina y en ciertos lugares del mundo donde el ‘crackeo’ de programas es más amable. De chico tomé clase de piano y guitarra, pero el profesor se refrustraba porque yo no practicaba. En la secundaria me bajé algunos programas de producción y me fui recopando. Me puse a jugar solo con un controlador y una placa de audio. Recién después empecé a estudiar un poco más de música en una escuela. Pero sentí que ahí se valoraba mucho el virtuosismo y que un temazo era el que resultaba más difícil de tocar. Mis herramientas son las que mencioné, o el poder agarrar una canción de YouTube, sacarle una partecita y usarla como un sample. Hace no mucho mi novia me regaló unos vinilos de Ennio Morricone, y de ahí salió una canción como “Giran” que es re de otro palo. Uno está empapado de muchas cosas: si vos sos pintor y vivís en el medio de una guerra seguramente tu pintura sea más ‘gore’. Yo disfruto escuchar las cosas que escucho y entonces, naturalmente, mi búsqueda va para ahí. No es que piense hacer un tema como tal, aunque hay algunos que los hago así, pero por lo general no salen tan bien.

T: ¿Hay algún género o movimiento que te haya nutrido mucho como inspiración?

R: Por más que el rap no tenga nada que ver con lo que hago, sí me gusta mucho que a partir de ahí uno puede hacer todo tipo de géneros. Podés agarrar un sample de Grace Jones, uno de Morricone y otro de Beyonce y a todo eso le podés dar tu onda. Es una forma de pensar que me nutrió mucho. Uno puede hacer lo que quiera con un montón de cosas. En ese sentido, me parece que es muy nutritivo por más que después las base de rap no sean lo que más disfrute escuchar y prefiera las originales, pero sí me parece un universo muy interesante. El otro día tenía que hablar de influencias inglesas y dije unas bandas que me cambiaron la cabeza, pero después caí que era como un viejo verde. Todo tenía más de treinta años, aunque también escucho música actual. Estuve muy fanatizado desde hace poco con Dean Blunt que me encanta y con Juana Molina que también me motiva un montón. Yo soy dj también, entonces toda canción que pongo a veces para bailar, medio que me nutre también para ir para ese lado. Hace poco me llamaron para poner música en una muestra de vitrales y era toda una temática basada en Depeche Mode. Me tuve que empapar de todo eso y me pareció impresionante. A los que nos interesa alguna disciplina artística, por más que no la ejecutemos, podemos meternos desde otro lugar e indagar y encontrar un mundo eterno.

T: ¿Cómo es ser parte de una estructura independiente como el sello Queruza, donde todo se hace de una manera más artesanal y con otro tipo de curaduría?

R: Es un placer trabajar con ellos. Además de ser rebuenos en lo que hacen, somos amigos y hay una confianza. Hubo un acercamiento de otro sello, un poco “más grande” pero me siento mejor estando donde estoy y donde hay otros artistas amigos. Me parece medio raro esto de firmar un contrato con alguien que en el fondo no conocés tanto. Yo firmé con ellos por una afinidad humana y musical; me gusta lo que hacen.Yo soy un músico austero que no necesita ir a grabar caños a un estudio o contratar sesionistas. Yo necesito un buen ‘post mastering’. Fue una decisión muy acertada elegirlos a ellos y grabar también con algunos de sus artistas como Fransia. Hay como una colectividad y es muy lindo. Es todo muy orgánico y entonces es placentero.

Con información de Télam