La historia detrás de Fashion Killa (Village Reille)" junto a los raperos franceses LowKey, Kyly y Zaki, que cierra el repertorio del primer disco de Ringo Galperín, involucra un encuentro fortuito en una locación aún más exótica.
"A mi me gusta mucho que en los noventas hubo buena electrónica y muy buen rap, pero siempre me dio bronca que no se cruzaran tanto. Estaban el trip-hop y todo, pero no era algo para la pista con raperos. Medio que nació todo con 'Groove is in the heart" de Dee-Lite y después como que siguieron caminos separados", señaló, en diálogo con Télam.
Sin hablar ni una palabra de francés, el cantante, compositor y productor argentino logró sumar en el cierre del disco Ringo a unos colaboradores franceses en un encuentro a ciegas que derivó en una de las joyas del álbum.
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Escribí en Instagram que estaba en Francia y si alguien conocía a un artista local que me escribiera su nombre que yo le iba a escribir a cara de perro. Al final hice eso y salió genial: me pasaron a un montón de gente con las que pude tomar una birra y ranchear. Una persona me dijo hablá con este pibe Zaki, que es rebuena onda total.
El primer contacto cara a cara se dio con una cerveza de por medio, pero el francés todavía no había escuchado ninguna de sus creaciones: Yo estaba recontramega visitante tomando algo con alguien como refachero que venía de un casting de modelos. Pensé este me puede estar vendiendo humo tranquilamente. Un par de días después me escribió para invitarme al estudio.
Me fijé en el Google Maps y era una iglesia. Llego y me encuentro con una plaza con rejas y con un acceso en el que tenía que ingresar un código. Me lo pasan y entro como a un parque donde había un par de personas. Había una iglesia de fondo que después supe que como la iban a tirar para hacer unas viviendas sociales, mientras eran subalquiladas por el Estado para proyectos artísticos.
Y concluyó: Me acerco y resulta que había un estudio de grabación en el sótano de la iglesia. Empecé a mostrar los temas del disco que todavía no habían salido y les regustó. A los tres días Zaki me vuelve a llamar para decirme que iban a ir unos chabones en media hora. Cuando llego era un grupo grande; yo no entendía nada de lo que hablaban. Pongo play y los chabones empezaron a rapear encima. Fue increíble, se me puso la piel de gallina.
Con información de Télam