Con la misma vocación y habilidad para revisitar el pasado, Los Espíritus coronaron su Sancocho Estéreo con la presencia de algunas figuras estelares como Gustavo Santaolalla, Carca y Daniel Melero como músicos invitados y sumaron a Enrique Symms y al Ruso Verea como conductores de una emisión radial de fantasía que se ofrece como un punto de partida para hacer una radiografía minuciosa de sus influencias y raíces.
En diálogo con Télam, Prietto sostuvo que no siempre se da la chance de encontrarte con otro artista y que fluya todo muy naturalmente con alguien de tanta trayectoria, al reflexionar sobre los aportes de los invitados y la camaradería dentro del estudio.
Con Carca y Melingo después armamos el ensayo hablado que era cuando nos juntábamos a ensayar para el show en el Hipódromo, recordó el músico.
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Télam: Hay otra presencia en el disco, pero desde el homenaje, que es la de Bob Dylan. ¿Cómo surgió la idea de versionarlo en castellano con Todo bien (Its All Good)?
Maxi Prietto: Muchas veces quisimos reversionarlo, pero sin caer en algo de "Blonde on Blonde" o "Blood on The Tracks", dos discos que nos encantan. Es un tipo que hasta el día de hoy sigue sacando buenos discos, que no vive del pasado y que no para de crear presente. Por eso nos parecía que si había que homenajearlo había que hacerlo con algo reciente. Elegimos una de "Together Through Life" que es un disco como blusero pero que tiene acordeón. Escuché el tema en repeat sin parar. Y después jodiendo empecé a cantarlo en castellano. Algunas partes las pude traducir y en otras inventé cualquier cosa. Fue una excusa para hacer una canción, con nuestro sello, y una especie de traducción fantasiosa.
T: ¿Es verdad que después de ver un show suyo cambiaron los roles dentro de Los Espíritus?
MP: Dylan es muy importante en nuestra historia: salimos de verlo en el Rex y esa misma noche cambió nuestra formación. Migue dejó de tocar el sintetizador para pasar a tocar la guitarra. Es como que teníamos al mejor guitarrista del mundo y lo estábamos poniendo a tocar un Moog. Después de ese show, entendimos que tenía que haber dos guitarras eléctricas con las que empezamos a manejar un lenguaje que yo no tenía muy desarrollado. Dos guitarras que por momentos suenan al unísono, se pisan y embarran todo. En otros, uno se calla y toca el otro como respondiendo. Si escuchás la versión de Dylan, se manejan así también, porque está el solo y cuando empieza a cantar e inmediatamente se bajan todos los instrumentos y el solo termina donde estaba y yo creo que eso no está pautado. Esa dinámica es la que hace que escuches un disco y una banda en vivo adentro de un disco con un audio espectacular. Tiene códigos de otra época que le aportan frescura a esta actual donde todo es batería electrónica. Yo escucho a Dylan o Tom Waits y escucho eso: música viva.
Con información de Télam