Desde el corazón de Cremona hasta el escenario del prestigioso Festival de San Remo, Edwyn Roberts, de 30 años y nacido en el seno de una familia artística argentina, trazó un viaje musical que captura lo mejor de dos mundos logrando consolidarse como uno de los compositores más relevantes de su generación en Italia.
Edwin -hijo del célebre luthier Carlos Roberts y de Mónica Azuaga, una apasionada cantante lírica- en 2020 y junto al cantante italiano Diodato, deslumbró con "Fai rumore", una composición que no solo les otorgó la victoria en el Festival de San Remo, sino que se convirtió en un himno de esperanza durante la pandemia, resonando en calles, balcones y corazones de Italia.
"Ganar San Remo en febrero de 2020, previo a la pandemia, tomó un significado aún mayor cuando, en plena crisis de la Covid en Italia, la gente se unía escuchando nuestra canción y ondeando la bandera nacional. A pesar de las circunstancias difíciles, 'Fai rumore' dio esperanza y también se convirtió en un símbolo para Italia", resalta Roberts durante una entrevista con Télam en un español muy fluido desde Milán, donde reside actualmente..
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Trasladándose entre Cremona y Milán y trabajando con grandes figuras de la música, como Laura Pausini (quien hace tres semanas estrenó "Dudare", compuesta por Edwin), Eros Ramazzotti y Alejandro Sanz (con la creación de "Sono"), el artista combina su herencia argentina con la esencia italiana para producir un estilo distintivo y auténtico.
Télam: ¿Cómo te formaste profesionalmente en el mundo de la música y cuáles fueron tus principales influencias?
Edwin Roberts: Mi formación musical proviene de mi familia; desde el vientre de mi madre estuve rodeado de música, ya que ella escuchaba a Monteverdi y es cantante lírica y de tango. Por así decirlo, tuve la fortuna de respirar música desde muy joven. A los cuatro años, mi papá introdujo el organetto diatónico, un instrumento tradicional milanés similar al bandoneón. Fue la primera vez que tuve un instrumento en mis manos y mis padres notaron mi facilidad para tocarlo solo observando a otros. A los siete comencé a estudiar violín en el conservatorio de Cremona, pero dejé el estudio académico porque era un reto sostener el rigor de la formación clásica. A pesar de darme cuenta que disfrutaba más escuchando el violín que tocarlo, el haberlo estudiado me brindó una sensibilidad única para la composición.
T: ¿Que te llevó a iniciar esta carrera de autor y compositor?
ER: Desde chico me di la posibilidad de probar cualquier tipo de rol y encontrar la belleza en todo. Participé a los 20 años en un programa muy famoso en Italia llamado "Amici", una experiencia que tuvo un impacto fuerte en mi vida y fue como un entrenamiento intenso. Al salir de ahí, un famoso autor quiso conocerme y descubrió mi capacidad de escribir canciones, algo que hasta ese momento no había considerado. Así empecé a sumergirme en la música italiana y en cuatro o cinco meses, la cantante Malika Jahn cantó una de mis canciones, lo cual fue un éxito. Eso me indicó que había encontrado una posibilidad concreta de trabajar con la música y desde el 2013, que estoy trabajando y escribiendo canciones.
T: Escribís para Laura Pausini y Eros Ramazzotti, entre más...
ER:: Con algunos artistas, como Laura, hay un intercambio sobre lo que quieren expresar y yo adapto las canciones a eso, pero en otros casos, solo proporciono la música y ellos agregan las letras. Con Eros Ramazzotti y Alejandro Sanz, me ocupé más de la música, ya que mi inclinación siempre ha sido hacia esa faceta de la composición.
T: ¿Cómo adaptas tu estilo al de cada artista?
ER: Es una pregunta muy interesante. Adaptar las canciones al intérprete es una cuestión de sensibilidad emotiva y humana. Laura Pausini, por ejemplo, es muy genuina al hablar de su vida y tiene claro lo que quiere expresar en sus canciones y cuando trabaja conmigo, ella me habla de cómo se siente en ese momento y cuál es el mensaje que quiere transmitir. Con otros artistas, el enfoque puede ser diferente: por ejemplo, trabajé con raperos famosos de la escena musical italiana, y a veces ellos solo necesitan una melodía para después añadir sus propias letras.
T: Naciste en Italia, pero con padres argentinos. Tu papá un reconocido luthier de Cremona, con raíces galesas y mapuches. ¿De qué forma su profesión y su legado influyeron en tu carrera musical.
ER: Mis raíces son interesantes; Nací en Italia, pero tengo ancestros galeses y mapuches. Mi familia me influenció musicalmente desde joven. Mi madre y mis hermanas también están vinculadas a la música y crecí escuchando clásicos pero a medida que crecía, exploré más géneros por mi cuenta. Mi identidad multicultural ha sido una bendición y un desafío. Cuando era pequeño, a veces quería encajar y escondía mis orígenes, pero con el tiempo aprendí a apreciar la riqueza de mis raíces y eso me dio una perspectiva única y eliminó los límites en mi creatividad musical.
T: ¿Qué opinás del impacto de la inteligencia artificial en la música?
ER: Esto me preocupa, pero creo que la música es esencialmente humana y
la inteligencia artificial nunca igualará a lo que las personas tenemos de corazón, emociones y sentimientos. La capacidad del ser humano de cometer errores y tener emociones es lo que hace a la música un misterio y es la esencia del arte.
T: ¿Cómo ves el actual predominio de la música latina en la industria?
ER: Actualmente la música latina domina el mercado musical y creo que el mundo está valorando más el idioma español en la música.
T: ¿Qué te gusta de Argentina en cuanto a su música?
ER: Mi artista argentino preferido es Astor Piazzolla, sin embargo, admito no haber explorado profundamente el pop argentino y tengo pendiente escuchar con más atención a Charly García y Soda Stereo. Pero siento que Argentina e Italia comparten muchas similitudes, especialmente en términos de pasión y cultura.
Con información de Télam