La artista cordobesa María Fernanda Juárez estrenó de gran manera en el reciente Festival de Cosquín algunas canciones de su flamante quinto álbum solista, Cuando ellas bailan, que, sostiene, siente que enaltecen a la mujer desde lo poético, con una mirada sensible, espiritual y amorosa.
Sobre ese repertorio de carácter conceptual que liga baile y mujer como espacio expresivo de honda libertad, Juárez consigna a Télam que hizo que se identificara con esas piezas y las haga propias al momento de cantarlas.
Cuando ellas bailan reúne en su recorrido un cancionero bello y temático integrado por "Cuando ella baila" (Ana Robles), "Beatriz Durante" (Carlos Aguirre), "La mirada" (Jorge Fandermole), "Warmy Tusuy" (Pachi Herrera), "Quiero bailar contigo" (Natalia Contesse), "La aparecida" (Estela Saravia y Eugenio T. Nadal), "La bailarina" (Juan Vicente Díaz y Mario Díaz) y "Nacida en agua de guerra" (Hugo F. Rivella).
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Para la intérprete este repertorio tiene como principal aporte la riqueza de los textos, llenos de sensaciones e imágenes abstractas y en la forma en que se habla de la mujer, sin caer en lugares comunes ni en la cosificación: Desde lo musical también tienen un lenguaje compositivo muy rico e interesante, tanto en lo melódico como en lo armónico, y esa es otra particularidad que destaco, resalta.
Parte de esa obra brilló en la noche del martes 24 del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, cuando lo abordó en compañía del grupo que integran Alejandro Arneri, Pablo Jiménez, Leandro Liuzzi, Ricardo Mira y Julián Reynoso.
Creo que llevar nuevo repertorio o canciones no tan escuchadas al escenario apunta sobre la experiencia- siempre es un desafío, ya que en muchos casos son canciones que el público no las tiene en el oído, entonces una no sabe cómo la va a recibir.
La cantante justifica esa apuesta: Por un lado son canciones con las que me identifico en esta etapa de mi camino y también para que se vaya dando la renovación del cancionero, con obras actuales que tienen mucho para aportar. Lo hice con la convicción de que estaba llevando lo mejor de mí y de mi mensaje a través de esas canciones. Y el público lo recibió muy bien.
Télam: Fuiste Revelación en Jesús María 2000 y ahora pudiste presentar este disco en Cosquín. ¿Puede pensarse que pese a que tu música no tiene mucho que ver con lo que domina los festivales encuentra un cauce posible en esos ámbitos? ¿A qué lo atribuís?
María Fernanda Juárez: En parte yo pienso que sí, y de hecho fue así. Creo que en esos festivales, y sobre todo el Festival de Cosquín, tienen un espacio en su grilla para propuestas como la mía, que no es tan festivalera, debido, quizá, a que tratan de mantenerse abiertos a las distintas corrientes, reservando también lugar para las expresiones musicales más cercanas a aquellas que le dieron origen, con sonoridades más acústicas y con un repertorio para escuchar (aunque también para bailar) en el que el contenido musical y poético son lo más importante. Igualmente esto no pasa en todos los festivales, ya que hay muchos en los que propuestas como la mía (y las de muchas otras cantoras) no encuentran espacio y en los que ni siquiera se cumple el cupo femenino.
T: Sos una artista independiente y publicás un disco temático en tiempos de singles instantáneos y fugaces. ¿Qué significa esa toma de posición estética e ideológica?
MFJ: Sostengo que un artista debe guiarse principalmente por lo que siente, antes que por lo que dictan las reglas del mercado, y así es como yo me manejo. Si bien lancé tres adelantos del disco como sencillos junto con sus videoclips, tuve claro desde el comienzo que esa obra se conformaba por un conjunto de canciones que representaban una unidad en torno al concepto mencionado, y fue así que no dudé en encarar el trabajo de esa manera. Ante todo valoro lo que quiero hacer y lo que tengo para decir por sobre otro tipo de intereses.
T: ¿Cuáles son para vos las características que vinculan a Cuando ellas bailan con tu obra anterior?
MFJ: Creo que cada disco (y cada canción incluida en ellos) surge de una búsqueda y una necesidad personal de expresarme y de llevar un mensaje con mi canto. Por otro lado, todos mis discos incluyen algunas obras de autores cordobeses y contemporáneos, y eso también representa un vínculo con ellos y tanto en Cuando ellas bailan como en el disco anterior (Cuando el canto pide luz), volví sobre autores como Jorge Fandermole, Carlos Aguirre y Mario Díaz.
Otro de los puntos en común tiene que ver con el concepto sonoro y la estética de los arreglos, ya que lo hicimos casi con el mismo equipo de trabajo, con la base del grupo que me acompaña siempre en vivo y varios músicos invitados que colaboraron en ambas producciones.
T: Si tuvieras que definirte como artista, ¿qué dirías de vos? ¿Con qué colegas creés que dialoga tu modo de cantar las canciones?
MFJ: Me definiría como una cantora que transita el camino del canto guiándose por sus convicciones y apoyándose en el repertorio que aborda y con el que se identifica de manera plena. Disfruto de ese camino que es una constante búsqueda, disfruto profundamente de esa vibración intensa del cuerpo y el alma que se produce en mí cuando canto y también me alimento de ese intercambio de miradas y emociones que se da en los encuentros con el público.
Si tengo que pensar en colegas con quienes siento que mi canto se entrecruza y dialoga, diría que son muchas y muchos. Podría nombrar a María de los Ángeles Ledesma, Cecilia Mezzadra, Mario Díaz, Silvia Lallana, Eli Fernández, Lili Rodriguez, entre otras, con quienes tuve el placer de compartir el canto y reafirmarme en él, pero hay muchos y muchas más con los que también siento esa afinidad aun sin haber interactuado nunca.
T: ¿Cómo describirías la actual escena de la música popular cordobesa que a la distancia se observa como tan rica y vital? ¿Y cómo te inscribís en ella?
MFJ: Córdoba históricamente ocupó un lugar central principalmente en el movimiento musical folclórico, un punto de encuentro para las variadas propuestas que convergían aquí.
Actualmente lo sigo viendo igual: floreciente de propuestas artísticas con autores y músicos muy jóvenes que vienen de distintos lugares y que tienen mucho para decir y para aportar a nuestro cancionero, conviviendo y compartiendo con músicos de otras generaciones, que ya estábamos trabajando de antes. Creo que la característica principal que tiene esta escena es que es muy diversa y contiene estéticas muy disímiles, a diferencia de lo que se da en otras ciudades o regiones del país. En este panorama, mi propuesta convive como una más dentro de ese universo, transitando peñas y compartiendo distintos encuentros o dando conciertos en salas y lugares de la ciudad y la provincia.
Con información de Télam