Paula Rasenberg y Héctor Díaz cuentan secretos del rodaje de "Argentina, 1985"

18 de febrero, 2023 | 15.16

(Por Federico Bruno) Paula Rasenberg y Héctor Díaz son dos de los cuatros protagonistas de "Laponia", la comedia dramática que viajó de Buenos Aires para hacer temporada en el teatro Bristol de Mar del Plata, pero además tienen la particularidad de haber sido parte del gran éxito cinematográfico del año, "Argentina, 1985", que viene de obtener el premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana, es candidata en los Bafta británicos que se entregan mañana y continúa con expectativas su carrera hacia los Oscar.

T: ¿Cómo afectó la pandemia el rodaje de "Argentina, 1985"?

Paula Rasenberg: Muchísimo, nos hisopaban todos los días, comíamos en unas mesas separadas por unos paneles, como los que dividen las cajas de los bancos, y estaba todo organizado para que coman primero los actores y después el equipo técnico. Cuando en los rodajes uno se acostumbra a entremezclarse, a sentarse donde quiera. Y te ponían un cartel de "libre" o una cruz para que sepas si ese lugar ya había sido completamente desinfectado y habían vuelto a poner la mesa para que se siente otra persona. Estábamos con doble barbijo hasta la toma, que recién ahí nos los podíamos sacar.

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Héctor Díaz: Comíamos enfrentados como si fuera una cárcel. Nosotros podíamos sacarnos el barbijo en las escenas pero el equipo técnico no lo hacía prácticamente nunca. Hace poco apareció una persona y me dijo "yo trabajé con vos", le pregunté dónde había sido y fue en "1985", pero como lo vi siempre tapado completé su cara de una manera distinta.

T: ¿Eso le dio algo de épico a la filmación o los condicionó?

PR: Nos dijimos entre todos nosotros "vamos a hacerla". Empezamos a filmar en julio o agosto de 2021 y nos propusimos que no se enferme nadie. Además, nos decían, cuando terminaban las jornadas, cuídense, no vayan a jodas, porque esto es algo que no se puede frenar.

T: ¿Hubo contagios en el equipo?

HD: Al comienzo pasó con alguien del equipo técnico y lo reemplazaron. Pero había siempre una gran tensión, porque frenar era un problemón para volver a hacer funcionar ese elefante. En Tribunales estaban en período de feria y había que filmar en ese momento porque después iba a ser muy conflictivo. Los productores se la pasaban rezando.

T: ¿Qué es lo más valioso que dejó la película en la sociedad argentina?

PR: Lo que pasa con la gente es el premio mayor, que se paren en los cines a aplaudir el "Nunca más", que se pase en las escuelas, que la gente más joven se ponga a hablar de cosas que nunca habló. Transformar esa información que todos tenemos en algo concreto, palpable, y ponerte a pensar "el tipo que hizo el juicio tenía familia y miedo de hacer eso", es muy importante. Que todo esto haya tenido tanta repercusión en Argentina y, en el buen sentido del término, que le pegue a la gente y ponga luz a ese momento tan horroroso, negro y oscuro, ese es para mí el premio.

T: Hay una valoración casi ecuménica.

HD: Creo que coincidió con el espíritu futbolero del Mundial, que produjo ese efecto de reunión entre diferentes. Desagrietó algo en un sentido y nos puso a todos del mismo lado, sabiendo que las diferencias, aunque sean irreconciliables, nos hicieron en esa ocasión pensar como un organismo único. Todos padecimos la dictadura y todos salimos de ella.

PR: Después de los juicios de Núremberg fue lo más importante, por eso es muy valioso que la película haya permitido que se pueda transitar ese período y valorarlo de otra manera.

T: ¿En qué momento se dieron cuenta que iba a ser una película que pasaría a la historia?

HD: Desde la primera lectura del guion, que me atrapó. Había trabajado con Santiago Mitre pero no con Mariano Llinás, y hay algo de esa escritura que lograron que te agarra de un tirón. Sin embargo, hay zonas de la película muy bien logradas, de tomar cierto aire en lo familiar y el humor. Se puede contar una historia de esa naturaleza con esos guiños porque así es la vida. Había dictadura pero le gente también vivía. En la vida hay ocurrencias, pasajes de comedia, personajes patéticos o irónicos, la vida sigue en todos los planos. En épocas terroríficas como la que cuenta la película, o en la Primera o Segunda Guerra Mundial. Fuimos a una muestra de Ana Frank, en el Unzué (de Mar del Plata), donde se muestra eso también. Que la vida sigue latiendo.

T: ¿Qué otras cosas los sorprendieron de la película en su etapa inicial?

PR: Me sorprendió el casting, cómo lo hicieron y todo lo que pasaba con los "fiscalitos", esa pluralidad diferente que tenía, la que era troska, sus compañeros, ese grupo nos encantó a todos. Algo que es maravilloso es que no eran actores conocidos y es algo que yo celebro como espectadora y me ayuda a sumergirme en la ficción.

HD: La producción y el casting fue espectacular. La hermana de Santiago (Mariana Mitre), que fue directora de casting, hizo un trabajo buenísimo y cuando me nombraron en el elenco y me comentaron quienes iban a estar flasheé porque armaron un elenco/familia. Muchas personas que participan de la película son gente con la que tengo contacto, vinculados al teatro, o que trabajamos juntos. No fueron, por suerte, en una dirección más espectacular y entendieron que la vedette tenía que ser la historia.

Con información de Télam