La cantante, docente y responsable del Espacio Leda, Miriam García, consideró que con la festiva presentación de La vida mía, que el miércoles pasado el Instituto Nacional de la Música Argentina (Inamu) lanzó en la Biblioteca Nacional, la obra de Leda Valladares sigue vigente y germinando nuevos brotes todo el tiempo.
A partir de ahora esta publicación, de distribución gratuita, será una fuente inagotable de consulta para músicos, docentes y estudiantes que quieran adentrarse en un yacimiento de repertorios y sonidos ancestrales, resaltó García a Télam.
El acto de lanzamiento de La vida mía en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional contó con el canto las bagualeras salteñas Dorotea Tolaba, Ema Pérez y Delia Véliz y la coplera jujeña Teresita Cruz, quienes entonaron algunas de las piezas anónimas recopiladas por Valladares en el norte argentino.
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La presentación incluyó una charla animada por Diego Boris (Presidente del INAMU), Neli Saporiti (Coordinadora, del proyecto, edición y redacción general por el INAMU), Miriam García (que tuvo a su cargo la asesoría y revisión general del material) y Claudio Kleiman (músico y periodista.
La noche tuvo un final a todo canto colectivo donde más de la mitad de la sala cantó la vidala que prestó el nombre al libro y que Leda recopiló en Chilecito, La Rioja. Fue uno de los momentos más conmovedores y catárticos de la noche, que continuó en el hall de la sala y luego en la explanada de la Biblioteca, destacó la divulgadora.
Hermana de Rolando "Chivo" Valladares -otra figura indispensable del folclore-, Leda nació el 21 de diciembre de 1919. Mientras estudiaba filosofía y Ciencias de la Educación, la música clásica dominaba el contexto sonoro de su formación, pero luego abrazó el legado oral y anónimo de la música andina dejando un enorme trabajo en el que abrevan los artistas de este tiempo.
Su etapa más difundida como intérprete y compositora fue la forjada junto a María Elena Walsh, con quien se instaló en Francia en 1952.
En conjunto trabajaron un patrimonio conformado por carnavalitos, bagualas y vidalas; además de desarrollar composiciones propias, un oficio que ambas cultivaron con originalidad.
De vuelta en el país, en 1956, Valladares y Walsh realizaron una extensa gira por el norte argentino, en donde reunieron varias canciones que fueron grabadas luego en sus dos primeros discos: "Entre valles y quebradas" I y II, ambos de 1957, celebrados en el ambiente folclórico de la época.
Un aporte medular fue condensado en "Mapa musical argentino", una recopilación de obras populares editadas entre 1960 y 1974 por el sello Melopea dirigido por Litto Nebbia, en una serie de 11 álbumes testimoniales y documentales de música del norte argentino.
Afectada por el Mal de Alzheimer, Valladares se retiró de la vida pública en 1999; antes había entregado otras obras tan consagradas como imposibles de conseguir hoy: "Grito en el cielo" (1989), "Grito en el cielo II" (1990) y "América en Cueros" (1992).
Con información de Télam