(Por Hernani Natale) Tras la experiencia inédita de haber grabado y lanzado el disco de estudio El tiempo y la serenata desde el más estricto aislamiento impuesto por la pandemia de coronavirus, el populoso combo La Delio Valdez, que en los últimos años se impuso como uno de los mayores exponentes locales de la cumbia, dio a conocer La gira y la serenata, el registro en vivo del tour presentación de ese álbum, que abarcó numerosos puntos de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y México.
Más allá de la anomalía que representó para cualquier grupo esa etapa de trabajar nuevas canciones a la distancia, con las conexiones vía zoom y el intercambio de audios como principal herramienta; pareciera haber causado un impacto mayor en formaciones como La Delio Valdez que se alimenta fundamentalmente de la interacción directa entre sus músicos y de la puesta en vivo.
Precisamente, es allí donde la impronta celebratoria del grupo, acaso su mayor rasgo característico, alcanza su real dimensión, y el lanzamiento de La gira y la serenata opera como prueba irrefutable de eso, a la vez que ubica en su justo lugar a las canciones de El tiempo y la serenata, pergeñadas desde una lógica de laboratorio musical.
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El proceso de grabación del disco fue muy raro. Fueron casi ocho o nueve meses de reuniones virtuales, mostrando lo que hacía cada uno, aportando ideas. Luego votamos qué quedaba y después vino una parte grande de ensayos porque, aunque suene raro, es como que los temas salieron y nosotros no los sabíamos tocar. Los habíamos tocado en un estudio, con una lógica de estudio, comentó a Télam el clarinetista y miembro fundador del grupo Santiago Moldovan.
Y amplió: Luego hubo que traducirlos al vivo porque este disco en particular tiene cosas distintas. En los discos anteriores era La Delio tocando, todo lo que sonaba estaba en la banda, pero aquí empezaron a aparecer samplers, algunos teclados que hacían falta. Así, varias cosas.
En ese aspecto, Moldovan destacó que las canciones medio que tienen vida propia cuando pasan al vivo y como ejemplo señaló que en estos meses de ir tocándolos, hay cositas que fueron mutando, arreglitos, momentos hasta coreográficos que van apareciendo.
Lo cierto es que La gira y la serenata no solo ofrece versiones más orgánicas de las canciones creadas para la placa de estudio, incluso con invitados especiales como Karina La Princesita, Bersuit Vergarabat, Macha, Mambo Méndez y Richard Rosales; sino que promete seguir tomando vida propia a partir de la nutrida agenda de shows en vivo que presenta la banda en esta temporada veraniega.
Por caso, ya pasó el Festival Bum Bum organizado por La Mona Jiménez y el de la Avicultura, ambos en Córdoba; un show multitudinario en la playa marplatense y la participación en el Medio y Medio, en Punta Ballena, Uruguay; y se viene la intervención en el santiagueño Festival de la Salamanca, en la riojana Fiesta de la Chaya, o en el jujeño Carnaval de Los Tekis, por citar apenas algunos.
Además, La Delio Valdez será parte del Cosquín Rock, protagonizará un concierto en Tecnópolis y compartirá fecha en Rosario con Lila Downs, entre otros, a lo largo de febrero.
El verano siempre es muy intenso porque es época de festivales provinciales, que están buenos porque muchas veces son al aire libre, gratis, y tocás para mucho público que no es el tuyo. Es un desafío conquistar a esa gente, un público muy familiar, expresó Moldavan, en la charla con esta agencia en la que brindó detalles del nuevo disco en vivo.
Télam: ¿La idea del disco en vivo fue pensado de antemano por las condiciones particulares en las que se había grabado El tiempo y la serenata o surgió a medida que avanzaba la gira?
Santiago Moldovan: Fue surgiendo durante la marcha. Sí es verdad que durante la presentación del disco estaba esa sensación de que había algo pendiente, porque esperamos más de lo habitual entre lo que fue la salida del disco y salir a tocarlo en vivo. Estábamos muy manija. Como fueron varios shows grandes, no solo el Luna Park, sino también Córdoba, Mendoza, Neuquén, entre otros lugares, siempre tratamos de ir haciendo registros de lo que pasaba y, cuando nos dimos cuenta, teníamos esto, el cuentito de toda la gira para mostrar. Y también queríamos dejar en evidencia lo que es La Delio en cuanto a logística y apuesta federal, la idea de llevar lo que hacemos por todos lados.
T: El tiempo transcurrido entre el lanzamiento del disco de estudio y el momento de tocarlos en vivo pudo haberle dado tiempo al público para familiarizarse mejor con las canciones nuevas. ¿Tuvo algún efecto notorio eso en los shows?
SM: Sinceramente creo que el público termina de adueñarse de las canciones cuando las escucha en vivo. Al menos en el público más fiel, el más seguidor, hay algo como del ritual de ver a La Delio en vivo, los momentos que se generan en cada canción, entonces creo que se terminan de armar en el vivo. Así que, si bien la gente conocía los temas, fue un volver a empezar cuando salimos a tocarlos.
T: Es indudable que el fuerte del grupo está en sus actuaciones en directo. ¿Sentís que el disco refleja eso o la experiencia del vivo sigue siendo intransferible a una grabación?
SM: Me parece que son dos experiencias distintas, pero no significa que no esté satisfecho con el resultado del disco. Me parece que la calidad de los discos de La Delio fue in crescendo, cada vez mejor. Yo estoy muy orgulloso con el resultado del disco. Fue un crecimiento para nosotros también en términos de abrir la cabeza, de tocar distintos estilos, crear distintos climas, abrir un poco el abanico del universo musical. Y obviamente, La Delio en vivo es otra cosa, es hasta un ritual diría, que tiene que ver con encontrarse, con bailar, con soltarse. Por eso tiene sentido sacar las mismas canciones en vivo, muy cerquita en el tiempo, porque hay otra energía. Ya de por sí los tempos de las canciones son distintos en vivo que en estudio y tienen como otra sangre, otra forma de latir.
T: ¿Creés que hay otra valoración de la cumbia en nuestro país a partir de la aparición de La Delio?
SM: Lo que está muy claro es que desde que empezamos a tocar hasta hoy se rompieron muchos prejuicios. Incluso hay más onda y conexión entre géneros, rockeros y traperos que se juntan con cumbieros. Siempre hubo grupos increíbles pero se la bastardeaba mucho a la cumbia, como si fuera algo sencillo y monótono, pero si te ponés a hurgar, hay musicazos en los grupos de la movida tropical. A mí, que solía escuchar a Charly, Sumo, Los Redondos, me conmueven. Lo que hay que celebrar es esto de romper prejuicios y que las fronteras sean un poco más permeables.
Con información de Télam