El pianista y compositor estadounidense de jazz Ahmad Jamal, fallecido anoche a los 92 años como consecuencia de un cáncer de próstata, fue un músico refinado e influyente que inspiró, entre otros, a Miles Davis y Keith Jarret.
El propio trompetista y autor dijo alguna vez: "Toda mi inspiración proviene de Ahmad Jamal", recordó un artículo de The New York Times a cuento de la muerte del pianista nacido como Frederick Russell Jones en Pittsburg en julio de 1930.
Tras destacarse como niño prodigio, Jamal estableció un trío con el bajista Israel Crosby y el baterista Vernel Fournier para publicar "At The Pershing: But Not For Me" (1958) una de las grabaciones más populares de la historia del jazz gracias, entre otras piezas, a la exitosa versión de "Poinciana",
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Dueño de una incesante y prolífica actividad que tuvo otros jalones capaces de burlar su conversión al Islam que dificultaba su presencia en el ambiente nocturno de la bohemia de la época, el siguiente gran suceso de su camino llegó en 1970 con el disco "The Awakening".
Cuando la escena musical estadounidense pareció achicarse en beneficio de otros estilos, el músico halló cobijo y reconocimiento en Francia donde fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
Entre otras distinciones también fue honrado como Jazz Master en 1994 por el National Endowment for the Arts y la Academia estadounidense de los Grammy le concedió un reconocimiento a toda su carrera en 2017.
El enterarse de la muerte de Jamal, el pianista argentino Adrián Iaies escribió en Twitter: "Se fue un muy grande. Uno de los artistas preferidos de Miles Davis, Keith Jarrett, entre muchos otros. De aquel 'Pershing' del 58 hasta sus últimos trabajos siempre excelencia y honestidad".
En una de las últimas entrevistas que concedió, en noviembre pasado al diario El País de España, el pianista señaló que los únicos productos culturales auténticos de este país son el arte de los nativos y la música clásica estadounidense. En realidad, yo no distingo a Bach o Beethoven de Duke Ellington.
Sin Louis Armstrong, Billy Strayhorn, Sidney Bechet o Don Byas no habrían existido los Beatles, ni todo lo que vino después. Hoy ya no hay la música. Pones la televisión y no suena Billie Holiday, es por eso que el mundo no marcha bien, arriesgó entonces.
Con información de Télam