"Camila saldrá esta noche" retrata el último año de secundario de una adolescente que se debate entre no generarle problemas a su madre y su militancia feminista en un colegio católico, lo que la llevará a enfrentarse a sí misma, en un filme que se encuentra en salas tras su paso por festivales internacionales.
"Creo que está bien retratada la adolescencia. En Mar del Plata, una chica que había sido presidenta del centro de estudiantes de su colegio se me acercó y me dijo que la película le había pegado mucho por su militancia en la escuela. Fue una historia muy personal. Es verdad que mucho de los diálogos y de la forma de ser de Camila tiene que ver con la adolescencia contemporánea. Yo no viví el colegio privado, pero hay algo de la adolescencia moderna con la militancia, que viene de años y está muy bien retratado", planteó a Télam Nina Dziembrowski, protagonista de la película dirigida por la cordobesa Inés Barrionuevo.
Camila (Dziembrowski) es una adolescente de La Plata que por la enfermedad terminal de su abuela debe mudarse a la Ciudad de Buenos Aires junto a su madre y hermana, dejando de lado su vida en el último año escolar para insertarse en un grupo ya establecido.
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Sin embargo, la personalidad de Camila hace que fácilmente consiga amigos y, a su vez, antagonistas, que no sólo se encuentran en el curso, sino también en la dirección escolar que no quiere permitir que se revolucione el statu quo.
"Camila..." llega al público tras su paso por el Festival de San Sebastián, Mar del Plata y el de Kerala (La India), donde tanto la actriz como la directora se alzaron con sendos premios.
"La película pone en relevancia un montón de temas. Para mí, la relevancia que tiene es un poco lo humano, las contradicciones. La neutralidad de la iglesia, de los colegios católicos, que a veces, como habla la película, el no posicionarse es tomar una posición", dijo Dziembrowski, hija del reconocido actor Luis Ziembrowski.
La intérprete, que tenía 18 años al momento del rodaje y que enfrentaba su primer protagónico en cine, llegó al casting recomendada, pero sin la lectura del guion. Tras la prueba, comenzó a interiorizarse más en el proyecto, aunque, según dijo, no se lo imaginaba en pantalla.
"El armado de personaje fue de mucho trabajo con Soledad San Martín e Inés. Soledad me ayudó un montón, a mí y a los otros actores. Tenía muchas dudas; lo fuimos armando y yo le preguntaba mucho a Inés. Fue un trabajo en conjunto. Inés es bastante estricta con su guion, pero me dejó mucho poner de mi persona y mis ideas, algo que me gusta mucho. Yo era inexperta, pero me escuchó", recordó.
Télam: ¿Cómo creés que están retratados los adultos en la película? Tienen un rol de mucho antagonismo con los adolescentes.
Nina Dziembrowski: Yo creo que al mundo de los adultos, en la película, en sí, no sé si lo separaría del resto. Hay una forma de comportarse, de los adultos en la vida, que me da la sensación que en la película representan a distintas ideas, más que a los adultos en sí. Tanto como los que se ven como los que no se ven. Son ideas y ayudas en la historia. Siento que el director del colegio (Guillermo Pfening) es un plus para entender que hay una intolerancia y una neutralidad que es una posición. Pero no sé, hay adultos dentro de la película que no son intolerantes... La relación que tiene Camila con su mamá es cuando mi personaje se pone más humano e intolerante.
T: El personaje de la madre es también un real antagonista, muy típico de la adolescencia.
ND: Hay algo que a mí me pasó en la adolescencia real, que es pensar que mi mamá no me entiende y que hace todo para lastimarme y al final, en realidad, yo debería haber escuchado más. Es medio difícil esto de poner "los adultos" porque hay diferentes adultos. El ser militante y el ser hija son como dos cosas diferentes en esa relación con la madre dentro de la película.
T: También hay un trato desde la autoridad de cierta condescendencia con respecto a algunos adolescentes, aunque se les exige que sean tratados como adultos. ¿Creés que hay un límite para esto?
ND: A un adolescente se le puede tratar como adolescente y hay adultos que también pueden ser tratados así. Soy de separar las edades respecto de lo ético. Pero me parece que la gente tiene distinta cabeza, también. Hay muchas cosas que yo fui aprendiendo con respecto al adulto que uno ve cuando niño, que es casi una admiración, y después, cuando crecí, lo vi más infantil. Creo que a la gente hay que tratarla como gente y hay adolescente muy adultos. Pero siento que sí se deberían escuchar más entre todos.
T: Algo que sucede un poco con el personaje del director.
ND: Lo que hace el director con el personaje de Franco, uno de los compañeros, es muy más de director que de adulto. Siento que yo lo he vivido. Esa cosa de que el director habla así porque está apretado de más arriba. En ese sentido, habla como un adulto, pero también como un director a un adolescente. Y para mí en estas situaciones se debería escuchar más. Hay una idea de que el adolescente exagera, y es medio verdad, pero también la vida misma es intensa.
Con información de Télam