La canción argentina en todo su esplendor fue la gran protagonista del concierto que dieron anoche el guitarrista y compositor tucumano Juan Falú y la cantante Nadia Szachniuk, quienes conmovieron al público que se acercó a la sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, donde presentaron el álbum Falú.
Los paisajes, la naturaleza, el amor, la amistad, la evocación a personas que dejaron huella e historias de acá y de allá, están presentes en el precioso repertorio que la dupla eligió interpretar para celebrar las composiciones de Eduardo y Juan Falú, dijo Szachniuk al inicio de la presentación.
Con La nostalgiosa, de Eduardo Falú y Jaime Dávalos, y "Gato panza arriba", de Juan Falú y Pepe Núñez, el guitarrista y la cantante abrieron un recital plagado de climas, silencios, poesía y música, y recrearon con respeto y calidad una obra tradicional que atraviesa el tiempo.
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A veces uno haciendo estas cosas visibiliza canciones que son joyas, porque si vamos a esperar que lo hagan los medios estamos fritos, dijo Juan Falú, sintetizando el concepto de este trabajo que propone un encuentro entre las canciones del guitarrista y las de su tío Eduardo, artista salteño fallecido a sus 90 años en 2013.
Se trató de la tercera presentación del álbum, cuya idea se acerca a un doble juego de espejos: dos provincianías (sumando la casualidad de que Nadia, quien propuso hacer este disco a Juan también es salteña) que se reeditan para una nueva lectura de esta obra fundamental y el juego de las semejanzas y diferencias entre dos grandes artistas del folclore argentino.
En el marco de un clima íntimo y ameno, la voz cristalina y dotada de recursos de Nadia y la exquisita guitarra de Falú, se unieron anoche (como lo hicieron en el disco registrado entre el 14 y el 18 de diciembre pasado en CIAM Tecnópolis-) para recrear obras de las que además participan con sus letras Jorge Marziali, Teresa Parodi, Hugo Roberto Ovalle y Néstor Soria, poniendo siempre en primer plano a la canción.
Tesoros de la dupla Falú-Dávalos (una de las más importantes de la música popular de raíz) como Oro verde, cuya letra hace referencia a la yerba; la estremecedora Milonga del alucinado, que emociona cuando Nadia canta toda mi sangre te aguarda, toda mi vida te espera, ¿dónde estás?, y el profundo Río de Tigres, que en su letra repite fecundar la muerte con una canción, transportaron a la audiencia a una viaje sonoro con identidad y memoria.
Si bien quedaron a la vista las virtudes de Falú -que distendió la noche con algunos comentarios y una copita de vino-, como las de Szachniuk, ambos apostaron a la austeridad en la interpretación, logrando lo más difícil, ese balance o punto justo para que se luciera cada melodía, cada letra.
Así, en un diálogo permanente que fue creciendo en el transcurso de más de una hora de concierto, Falú y Szachniuk brillaron recreando piezas como El rienda suelta, que Eduardo Falú creó junto a Ovalle. Esta es una cuequita que cuenta la historia de un cochero fúnebre que termina llevándose muerto en su propio coche, presentó el guitarrista.
También pasaron la bella zamba Cantorcita, que Juan compuso íntegramente para que una amiga no deje de cantar, y la vidala Letanía por Juana, que el guitarrista creó en yunta junto a Núñez, y describió como una ofrenda a una persona muy bella que ya no está, una mujer modesta que entregaba cariño en cada gesto.
Otro momento emotivo llegó cuando Juan propuso un brindis en complicidad con su compañera y al público para recordar al mendocino Jorge Marziali, al que le dedicó una "modesta" canción y junto a quien compuso piezas como La de Kayham, que forma parte del disco -integrado por 16 composiciones-.y que fue parte del repertorio de anoche en el CCK..
Para el cierre y despedida y con Nadia acompañada por una caja, eligieron una versión de Las golondrinas (Falú-Dávalos), que fue ovacionada por un público agradecido y afectuoso que colmó el complejo cultural porteño.
Con información de Télam