Además de ser una de las voces fuertes de la escena musical chilena que brilla dentro y fuera de su país, Francisca Valenzuela es la fundadora y directora de Ruidosa, una organización que desde el 2016 trabaja para lograr "mayor representación de mujeres y disidencias en el mundo de la música".
"Lo hacemos con festivales de música, paneles de conversación, podcast, contenidos e investigaciones, ha sido una de las aristas más importantes de Ruidosa. De hecho, la investigación que hicimos sobre participación de mujeres en los festivales se usó en Argentina para el proyecto de ley que garantiza cupos de participación", señaló.
La mencionada Ley 27.539, que establece un cupo de al menos 30% de solistas, agrupaciones musicales de mujeres y personas de otras identidades de género autopercibidas y agrupaciones mixtas para los eventos donde haya 3 o más artistas convocados, fue sancionada el 20 de noviembre de 2019.
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Es una de las muchas iniciativas que buscan crear una industria realmente más diversa, equitativa y más paritaria, y que propone otro tipo de liderazgos, justamente, para decir que no hay una sola manera de ser una mujer exitosa. Queremos construir la industria en la que queremos trabajar, añadió.
La experiencia de Ruidosa, cuya misión sigue siendo la de forjar redes y visibilizar diferentes proyectos, le dejó en lo personal y profesional una oportunidad para aprender de sus colegas mujeres y conocer en profundidad diferentes tipos de carreras, cómo lo hacen, conocer esos caminos para empoderarse a través de proyectos de otras mujeres o disidencias que admira.
Es una plataforma para amplificar esas voces. Y, además, desde un proyecto regional que no tiene que ver únicamente con Chile o con Argentina. Es algo que realmente es regional y para mí es bien importante eso. Es una cruzada latinoamericana que viene a modificar y proponer cosas nuevas en la industria, abrir puertas y mantenerlas abiertas, añadió.
Entre las problemáticas que aborda están la de la precarización laboral, la falta de apoyo a la maternidad y seguir desarticulando estereotipos o discursos hegemónicos que sostienen falta de diversidad en la representación: Uno va enfrentando, modificando y proponiendo en los diferentes frentes, en el caso de Ruidosa desde la cultura pop.
T: Y en esta relación entre la música y la militancia, ¿Cuán importante pensás que son las canciones para amplificar mensajes que puedan transformar y deconstruir a las sociedades?
FV: La música tiene ese poder como de visibilización y de activación. No creo que las leyes se formen porque se escriban canciones, pero sí creo que las canciones, o mejor dicho la cultura popular, puede ya sea a través de un teléfono, una entrevista o un concierto masivo, ocupar ese espacio y esa estructura de amplificación. Y ahí sí se pueden unir las voces y generar fuerza hacia algo que, al final, pueda generar un cambio. Es bien importante la emoción colectiva que se puede generar a través de la cultura. Una canción o un relato tienen un poder transformador. Contar una historia, sentirse identificado con otras realidades, es parte de una chispa y de un poder de activación que puede ser muy valioso porque toca fibras emocionales que otros espacios que son más racionales, estructurales o quizás áridos de alguna manera, no tengan la habilidad de tener. Hay un factor que nos une, que es súper poético pero también súper real.
Con información de Télam