"El último", obra teatral del director y dramaturgo Marcelo Allasino surgida a partir de la noticia de un asesinato de odio de un joven y que intenta indagar en las formas que dan pie a la violencia amorosa, se estrena mañana en el teatro Anfitrión.
"Estoy convencido de que la forma en la que somos educadxs en el amor, relacionada con la idea del amor romántico, exclusivo, donde aparece la idea de propiedad, es el germen de la violencia en las relaciones amorosas y me planteo indagar esto en el nuevo trabajo", contó Allasino en charla con Télam.
La obra hizo temporada en noviembre pasado en el Teatro La Máscara de la ciudad santafesina de Rafaela, espacio donde Allasino se dio a conocer como teatrista e hizo un recorrido por la provincia antes de ofrecer cuatro únicas funciones (viernes 4 y 10 y sábados 5 y 11, siempre a las 21) en la sala Anfitrión (Venezuela 3340), del barrio de San Cristóbal.
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El texto de Allasino surgió a partir de la noticia policial del asesinato de un joven correntino de 23 años que era trabajador sexual.
"Me conmovió mucho la noticia porque el pibe murió en un hotelucho cerca de mi casa cuando estábamos saliendo del primer encierro de la pandemia y era una persona con la que me cruzaba en las redes y con la que conversaba", cuenta Allasino explicando el punto de arranque del trabajo.
"A partir de ahí -agrega- me puse a escribir sobre una relación amorosa entre un señor y un taxi boy con el que se obsesiona y se vuelve loco para hablar de un tema que me atraviesa personalmente y me parece que nos atraviesa colectivamente, que tiene que ver con reconocer que en la educación amorosa que recibimos está el germen de la violencia que después aparece".
Con autoría, producción y dirección de Allasino, "El último" está interpretada por Marcelo Gieco y Agustín Keller (también a cargo de la música original de la pieza) y busca también poder pensar "la mercantilización de los cuerpos en las redes sociales, donde ya no es más la chica trans de la zona roja levantando un cliente en un auto sino algo mucho más próximo e invisibilizado al mismo tiempo".
La pieza intenta diseccionar algunas formas de entender el amor. Balbucea sobre la violencia en un territorio que reclama visibilidad, y expone la mercantilización del deseo en un contexto de capitalismo salvaje, aplicaciones de encuentros, urgencias sexuales y mucha soledad.
Con información de Télam