Britney Spears fue liberada ayer de la tutela legal que pesó sobre su persona y su patrimonio durante más de 13 años, por lo que nuevamente podrá decidir sobre diferentes aspectos de su vida laboral y familiar, además de disponer de su fortuna valuada en unos 60 millones de dólares.
¡Dios mío, amo tanto a mis fans que es una locura! ¡Creo que voy a llorar el resto del día! El mejor día de mi vida, alabado sea el Señor. ¿Puedo recibir un amén?, escribió la estrella de la música pop a través de su cuenta de Instagram (@britneyspears) poco después de que se diera a conocer la decisión final de la jueza Brenda Penny, de la Corte Superior de Los Ángeles.
En declaraciones a los medios de comunicación reunidos frente al edificio del Tribunal, y en medio de aplausos y alaridos de cientos de fans que desde hace meses constituyen un potente elemento de presión pública a través del movimiento #FreeBritney, el abogado Matthew Rosengart resaltó que la decisión judicial entraba en rigor de inmediato.
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Lo que sigue ahora para Britney, y esta es la primera vez que se puede decir esto en aproximadamente una década, depende de una sola persona: Britney, concluyó Rosengart en una alocución recogida por el sitio especializado Variety.
La tutela de Spears se estableció en 2008, después de que fuera hospitalizada para una evaluación psiquiátrica.
El fallo de ayer supuso el paso final para una larga disputa que la artista llevaba adelante en particular contra su padre, Jamie Spears, y que tuvo uno de sus puntos más álgidos en junio pasado, cuando la cantante declaró ante la jueza en persona y brindó detalles acerca del humillante control al que era sometida en todos los ámbitos de su vida.
En ese momento denunció, entre otras cosas, que quería tener un hijo con su pareja, el entrenador personal Sam Asghari, y no podía porque su padre no le permitía ir al médico a quitarse el DIU que tenía colocado.
También surgieron acusaciones apoyadas por un exempleado de seguridad en la vivienda de la artista, que aseguró que Jamie Spears había ordenado poner micrófonos en el hogar de su hija y a hasta interceptar llamadas y mensajes.
En septiembre la misma jueza que acaba de consagrar el final de la tutela había dictaminado que el padre de Britney dejara de ser su tutor, y desde entonces la custodia había quedado en manos de un funcionario del estado de California.
Con información de Télam