El dúo que reúne a la pianista Vilma Wagner y al guitarrista Tato Taján festeja sus dos décadas de actividad en la música popular con una serie de recitales que mañana llegará al porteño Café Berlín para presentar su tercer disco, Dos.
La gira es un modo de volver a comenzar después de la pandemia, dado que previo a esa situación estábamos presentando nuestro último disco Dos y teníamos prevista una agenda de presentaciones, así que es un momento para reactivar aquello que quedó pendiente y sanar lo que haya sucedido en ese momento de quietud forzosa de la que venimos, cuenta la dupla en comunicación con Télam.
La recorrida a partir de Dos (2019) comenzó el viernes 9 en La Plata y mañana llegará a las 20.30 a Café Berlín (Av. San Martín 6656) sumando a la cantante Lorena Astudillo, al percusionista Pablo Vignati y al trompetista Sergio Wagner.
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De paso por Córdoba, estará el 30 en el espacio cultural La Cúpula de la capital provincial, el 1 en Posada La Matilde de San Javier y el 2 en Nueva Luna de Icho Cruz; mientras que el tour se cerrará con tres funciones bonaerenses: el 21 en el Club Español de Tres Arroyos, el 22 en la Biblioteca 1ro de Mayo de Olavarría y el 23 en el Patio de Alondras de Tandil.
La dupla la sostienen la azuleña Vilma y el cipoleño Tato desde 2000 cuando se conocieron cursando en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (ciudad donde residen sus integrantesy antes de Dos publicó Alma Redonda (2006) y Piedra Lunar (2010).
Télam: ¿Qué significa Dos en la trayectoria del dúo?
Wagner-Taján: El disco Dos significó un gran desafío personal y profesional para ambos, porque tuvo el objetivo de ser grabado en vivo, solos los dos, cantando y tocando frente a frente en un estudio muy hermoso preparado para registrar no sólo el audio sino también lo visual. Por esto, el material resultante es tanto un disco de audio como también un conjunto de videos que testimonian esa grabación, con la intención de que quede reflejada la comunicación y la intimidad que nos caracteriza, en un producto lo más real posible, dado que no hubo demasiado margen para editar o arreglar cualquier detalle que pudiera haber existido. En cuanto al repertorio, retomamos algunos de los clásicos que veníamos tocando junto a obras inéditas, propias y ajenas.
T: ¿Cuánto cambió la escena de la música popular en estas dos décadas y qué creen que aportaron a ella?
W-T: La escena musical ha ido cambiando. En particular, respecto del folclore, es evidente que ha habido momentos de mayor auge del repertorio y más circulación e interés en general, tanto en los medios de difusión como en los ámbitos de producción y programación de eventos. Hoy es más difícil pensar a las músicas de raíz folclórica entre los repertorios de moda, pero ello no implica que no sigan vigentes y en movimiento.
Respecto de nuestro aporte, quizás podría decirse que hemos logrado construir una identidad sonora propia, un modo de abordar cada canción que nos caracteriza, tejiendo una trama a través de cuatro instrumentos, como son las dos voces, el piano y la guitarra.
T: ¿Qué encuentran en este trabajo entre ambos para seguir trabajando mancomunada y creativamente?
W-T: Nos motiva el trabajo minucioso sobre las canciones que nos gustan, que nos llegan, y encontrar entre los dos una manera de sonar, de resonar y de decir. Trabajamos mucho en esa búsqueda de una sonoridad que nos siga identificando que es algo que se renueva permanentemente en este proyecto, al igual que la conexión con el público.
Con información de Télam