Con la comedia “Encintados”, Quattrini interpela sobre las nuevas formas de familia

09 de noviembre, 2022 | 14.52

El realizador y productor Gianfranco Quattrini estrena este jueves en salas locales “Encintados”, una comedia romántica que retrata las nuevas formas de familia, y a la que describe como “una película que busca entender y aprender sobre el tema, pero sin bajar línea”.

“El argumento central de la película tiene que ver con aceptar que no hay una sola manera de conformar una familia y el camino que elegimos fue contar una historia que apele a la emoción, a la risa y a la ternura”, expresó Quattrini en diálogo con Télam.

La trama aborda en clave de comedia la historia de Facundo, un joven argentino que luego de una ruptura amorosa emprende un viaje de sanación a la ciudad de Cusco, en Perú, donde conoce a Martina y a Sofía, una pareja peruana que busca tener un hijo.

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Ya sin recursos para costear más tratamientos de fertilización, una de ellas ve en él la posibilidad de cumplir el sueño de ambas de alcanzar la maternidad. Al tiempo de aquel encuentro, el joven se entera de que será padre y comienza un derrotero para integrarse a sus vidas.

“Más allá de que los personajes se engañen, tengan contradicciones o acciones egoístas, su motivación es amorosa”, explicó el realizador de títulos como “Chicha tu madre” y “Planta madre”, entre otros.

“No quiero ser muy intelectual sobre la película porque es una historia que va por el lado emocional. Hay humor, gags y hay mucha humanidad. Entonces utilizar el género de la comedia romántica para poder hablar de temas más profundos fue el desafío que me planteé”, abundó el cineasta nacido en Perú en 1972.

Filmada en Perú y en Argentina, la cinta cuenta con un elenco integrado por Benjamín Amadeo, Magdyel Ugaz, Ximena Palomino, Sergio Galliani, Job Mansilla, Jely Reátegui, Candela Vetrano y Victorio D’Alessandro.

Télam: ¿Cuál fue la génesis del proyecto?

Gianfranco Quattrini: Quería hacer una comedia protagonizada por mujeres y para ello sentía que no podía hacerlo solo, entonces me puse en contacto con la dramaturga peruana Mariana Silva. Conversando sobre nuestras experiencias descubrimos las familias disfuncionales que teníamos y decidimos abordar esa temática. Mirando un poco alrededor, en Perú, nos dimos cuenta de que no se habla de las familias no tradicionales, aunque existan. Entonces nos pareció una oportunidad y decidimos hacerlo desde el humor. Ese fue el impulso, poder abordar un tema que es tabú, especialmente en la sociedad peruana, y hacerlo de una manera que no fuese militante, pero que sí sea inclusiva abriéndola al público.

T: ¿Qué propone la trama?

GQ: La historia está atravesada por el amor que se tienen ellas y el que se despierta en él y no lo sabe canalizar. Es una película que está encarada desde la ternura, sin decir cómo deben ser las cosas.

Si uno quiere leerla en una primera capa como una comedia que parece ligera, bien, pero debajo de eso hay otros niveles de sentido que hablan sobre la sociedad, sobre lo que es construir una familia y finalmente lo que es respetarse.

T: La película cuenta la historia de una familia homoparental, ¿por qué elegiste el género de la comedia para abordarla?

GQ: Porque la comedia le aporta al espectador menos barreras y la posibilidad de engancharse con los personajes y no estar reflexionando desde un lugar intelectual, sino simplemente aceptar y seguir la historia y encontrar que tiene puntos de identificación con los distintos personajes. La comedia es el marco para contar la historia y hacer pensar es lo que viene de contrabando.

T: ¿Qué elementos tuviste en cuenta para la construcción de los personajes sin caer en clichés?

GQ: Buscar la humanidad de cada uno de ellos. Arrancamos con un trabajo desde el guion y luego hubo mucho ensayo. Todos son personajes que tienen contradicciones y eso los hace identificables. Más allá de que sea una comedia no quiere decir que tiene que ser maniquea, entonces la dimensión de sus contradicciones y qué es lo que ellos hacen para buscar sus objetivos hace que uno pueda sentir empatía. No es una película donde hay un antagonista, sino que hay búsquedas contrapuestas donde todos están de alguna manera en el mismo plano. Sus objetivos están motivados por el amor. No me interesa que se juzgue al personaje, quiero contar una historia en la cual cometen errores y eso les permite aprender. Si todos hicieran las cosas bien, ¿cuál sería la historia para contar?

T: ¿Cuál es tu visión de la mirada que tiene la sociedad peruana y la argentina sobre estas nuevas formas de familia?

GQ: Perú tiene una situación de prejuicios sobre la diversidad de familias, en cambio en Argentina está mucho más avanzado, acá hace 12 años que hay una ley de matrimonio igualitario.

Las familias homoparentales en Perú sufren mucho porque están muy invisibilizadas; de hecho, antes de ver la película un sector de ellas la criticó diciendo que banalizábamos su lucha. Eso habla de qué tan difícil es el tema en esa sociedad, no hay espacios para dialogar de esto. Después cuando la película se vio, por su propio peso, esas críticas se desvanecieron. Esto es algo que no pasa en Argentina y eso revela el grado de avance de obtener derechos en un país y en otro, es muy notable la diferencia. En Perú hay exclusión en todos los planos. Acá puede ocurrir en algunos sectores o en algunas provincias, pero hay una estructura institucional y legal gracias a una militancia.

T: Elegís filmar en escenarios naturales. En “Planta madre” lo hiciste en la selva amazónica, y en este caso, en la imponente ciudad peruana de Cusco, que es el lugar elegido para el comienzo de la historia, ¿qué le aportan a la trama estos lugares?

GQ: Hay algo por encima de nosotros, una fuerza que quizás no podemos entender. Me encanta filmar en lugares así, siento la magia que tienen, uno se percibe pequeñito frente a la naturaleza y en este caso elegimos hacerlo en Cusco justamente porque es un espacio de encuentro de distintas personas del mundo y también para encontrarse con uno mismo. Conectarse con las energías antiguas, con los espíritus que son de una cultura que idealizamos o pensamos que tienen una sabiduría mayor a la nuestra. Somos una sociedad consumista, individualista, que persigue cuestiones banales y en la naturaleza no está esa lógica de mercado.

Alejarte de la ciudad te permite despojarte de muchas cosas, y eso para un personaje de una película es lindo porque le posibilita salir de quien era y empezar a ser alguien nuevo, a transformarse, y eso en un relato se agradece.

Con información de Télam

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