El activista venezolano José Alirio Peña, director y curador del Festival Internacional Cineversatil de cortometrajes, que se llevará a cabo desde este viernes hasta el sábado 9 de julio de manera virtual, expuso que el mapa del arcoíris global está condicionado por los estados teocráticos, los fundamentalismos religiosos y los regímenes totalitarios
El arcoíris global es más que una bandera paseándose en las marchas del orgullo de las diferentes ciudades del planeta; es un conjunto de derechos igualitarios que se exigen a los estados invocando ante todo la no discriminación y los DDHH, afirmó sobre la condición actual en el mundo de las personas LGBTIQ, en una entrevista con Télam.
De este modo, Sudáfrica es el estado del continente africano que reconoce derechos LGBTIQ en contraste con los estados que criminalizan y hasta incluyen la pena de muerte. En Asia, Israel es el estado promotor en materia de derechos LGBTIQ. En América del Norte, Estados Unidos reconoce derechos igualitarios, aunque vivió una suerte de tensión entre estos derechos y la mirada del gobierno que lideró Donald Trump, ejemplificó el también doctor en Ciencias Sociales.
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Télam: ¿Cuál es tu visión de la situación de las personas LGBTIQ en Argentina y en el resto de los países de la región?
José Alirio Peña: De Argentina puedo hablar de lo vivido desde 2018 al presente. En materia de leyes igualitarias se aprobó el cupo laboral trans travesti que requiere mayor alcance en su aplicación.
Si tengo que referirme a la situación de las personas LGBTIQ en el país pudiera usar la siguiente frase: el arcoíris está en la capital y la lluvia en las provincias. Es una metáfora que uso para referirme a la diferencia entre las grandes ciudades de la República Argentina y el resto del país. En CABA, por ejemplo, pareciera ser más fácil ser LGBTIQ porque como toda gran metrópolis ha tenido un recorrido favorable por la diversidad sexual. Uno ve una gran diversidad de expresiones de género en la calle. Mientras que, si uno visita un pueblo de la sierra cordobesa y sales con una remera arcoíris, como en efecto lo hice, aparecen las miradas censuradoras.
Me apasiona hacer activismo en el interior. Las experiencias que he tenido en Paraná, Bariloche, Tandil y la sierra cordobesa han sido bastante productivas. Recuerdo que en Paraná tuve trabajadoras y trabajadores públicos como audiencia. Los llevaron obligados a ver unos cortos. Tuve que hacer todo un trabajo persuasivo porque, definitivamente, tener personas obligadas no es lo ideal.
En cuanto a América Latina, ocho países -México, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay- avalan la unión entre personas del mismo sexo a través del matrimonio; mientras que en seis -México, Costa Rica, Bolivia, Uruguay, Argentina y Chile- han aprobado leyes de identidad de género. Son logros reales que nos benefician. Por ejemplo, yo estoy casado acá en Argentina. No lo habría podido hacer en Venezuela.
Con información de Télam