(Hugo F. Sánchez) Conocida en Argentina principalmente por sus trabajos en la televisión brasileña en telenovelas como El clon, Niña moza y sobre todo Avenida Brasil, la actriz Débora Falabella coprotagoniza junto a Darío Grandinetti La residencia, el filme de Fernando Fraiha que se estrena en la Argentina el próximo jueves.
Si bien Falabella goza de cierta popularidad en el país por sus destacados trabajos en las producciones para la Rede Globo, la actriz tiene una larga carrera que además de la televisión comprende el teatro y el cine.
Tengo claro que en Argentina soy conocida por las novelas, un género que es muy importante en Brasil, cuenta Falabella a Télam en un hotel del barrio porteño de Recoleta en donde el equipo de La residencia habló con la prensa.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Sin embargo la actriz brasileña tiene otros lazos con la Argentina, en donde vivió una año cuando era una adolescente, cuando tenía apenas 19 años viví aquí haciendo una versión para Brasil de 'Chiquititas'", cuenta la actriz que en La residencia compone a Ana, una autora deslumbrada por un siniestro maestro de escritores, a cargo de Darío Grandinetti.
Télam: ¿Te sorprende que para el público argentino seas popular por tu trabajo en telenovelas como Avenida Brasil y El clon?
Débora Falabella: Tengo claro que en Argentina soy conocida por las novelas, un género que es muy importante en Brasil, pero de hecho, cuando tenía apenas 19 años viví aquí haciendo una versión para Brasil de Chiquititas con un personaje que se llamaba Estrella. Así que puedo decir que con Chiquititas aprendí a hacer televisión, recién después de eso empecé a trabajar en las grandes producciones de Rede Globo.
Pero además hago teatro desde que era muy chica, soy fundadora de una compañía que se llama Grupo 3, mi papá es dramaturgo y mi hermana también es actriz y he trabajado bastante en cine, pero es una lástima que aquí no lleguen las películas, creo que el principal problema es la barrera entre el portugués y el castellano.
T: ¿Cuáles fueron los desafíos de participar en La residencia?
DF: Bueno, ya sabía de este proyecto desde hacía tiempo, conocía el guion pero se fue postergando hasta que un día, en el medio de la pandemia, el director me dijo que íbamos a hacerla. Fue difícil, un lío, pero al mismo tiempo y en el medio de tanta tristeza, de tanta dificultad, como soy una fan del cine argentino y de los actores de aquí, poder trabajar y estar con otras personas mientras que la gente estaba encerrada fue experiencia muy buena.
T: ¿Qué diferencias hay entre tu propia experiencia y los métodos de trabajo de los actores argentinos?
DF: Creo que la manera de trabajar es parecida porque somos actores que también trabajamos en el teatro, en el cine y en la televisión y también porque somos todos latinoamericanos, con una manera parecida de convivir. Yo me sentí muy bien con todos los actores, especialmente con Darío. Fue una experiencia muy linda, en una película que habla de los procesos artísticos y de vida y claro, muchas veces los artistas pasan por eso de tener un maestro que seguimos y es importante para nuestras vidas, pero también sabemos que también hay abusos y hay locura.
T: ¿Cuál es el límite a la hora de buscar caminos para la expresión artística?
DF: Cuando uno es joven no tiene casi nada en la vida, hay pocas obligaciones, no hay hijos, entonces se puede estar más involucrado, a mí me pasaba que entregaba tanto que siempre terminaba enferma y cosas así, pero con el tiempo fui encontrándome con lugares más confortables y pude elegir hasta dónde llegar, ver cuál es el límite.
T: ¿Como artista brasilera cómo fueron los años de Jair Bolsonaro para la cultura de tu país?
DF: Durante el gobierno de Bolsonaro la cultura no importaba nada y tenía a los artistas como enemigos del país, fue una época muy mala. Ahora volvemos a tener esperanza, con ministerios, con más representación de las minorías, con mujeres, indígenas y demás, así que tenemos mucha más esperanza.
Con información de Télam