(Por Nicolás Biederman, enviado especial). La actriz chilena Rallen Montenegro, quien encarna a la heroína del título en "Sayen", primera trilogía de películas de acción del país trasandino que sigue a una guerrera mapuche en su senda de venganza contra una empresa minera española que mató a su abuela y pretende apropiarse de sus tierras ancestrales, asegura que aunque la propuesta luzca muy local, su temática ambiental "se repite en todo el mundo".
"Tenemos los días contados a nivel mundial, es importante reflexionar sobre esto y ojalá el cine y las artes sean un dispositivo para eso", apunta en charla con Télam la joven de 30 años a horas del estreno de la cinta que marca su debut protagónico en cine, y que llegará mañana a la plataforma Prime Video.
La conversación ocurre en Santiago de Chile y en el marco de un gran evento para presentar el filme en sociedad. El mensaje se repite en distintas ocasiones, se subraya con orgullo: la industria audiovisual del país no tiene antecedentes para una trilogía de este género ni de este nivel de producción.
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Por ello es que la división de Películas Originales para la región de Prime Video confió en Fábula, la reconocida productora de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín a la que bien podría adjudicársele gran parte del mérito del salto exponencial que el cine chileno tuvo en el mundo en la última década.
Los Larraín, a su vez, convocaron a un experto en la materia como es el chileno-estadounidense Alexander Witt, que antes dirigió "Resident Evil 2: Apocalipsis" (2004) y labró una trayectoria de décadas en Hollywood como director de segunda unidad de películas de acción como "Avengers: Inifinity War", "Sin tiempo para morir" o "Terminator Génesis", entre decenas de otras.
"Sayen" inaugura la tríada de películas de acción que tienen en su centro a una mujer mapuche que descubre la conspiración de una corporación internacional de origen español que destruye tierras y ecosistemas a lo largo de Chile para extraer minerales útiles para la industria de la electrónica.
Para que sus oscuras intenciones no salgan a la luz, el desequilibrado e impulsivo hijo del dueño de la empresa, Antonio (el español Arón Piper, recordado por su rol en "Élite"), mata a la abuela de Sayen.
La weichafe ("guerrera", en mapudungún) tomará la venganza en sus propias manos y comenzará una persecución por el tan bello como traicionero bosque donde, aunque parezca presa, será Sayen quien se revele como cazadora de Antonio y sus mercenarios.
La película, cuyo elenco trae otras caras conocidas españolas, como Roberto García Ruiz y Enrique Arce (respectivamente "Oslo" y "Arturito" en la megapopular "La casa de papel"), y artistas chilenos como Alejandro Trejo y Eduardo Paxeco; fue rodada en pleno invierno y en pandemia, entre junio y agosto de 2021 en la región de la Araucanía, en la Patagonia chilena.
"Fue un rodaje de acción delante y detrás de cámara", recuerda Montenegro con una sonrisa, sobre la experiencia de filmar en condiciones climáticas extremas. Paxeco, que además de interpretar a un cómplice de la corporación minera fue también el director de casting de la trilogía, apoya: "Fue un desafío, el clima es un personaje en la película, el humo, el frío, el piso helado y actuar ahí ya nos daba un peso distinto".
"Fue difícil, con situaciones a las 6 de la mañana con -4 grados, y otras nocturnas también, en montaña con -5 grados, congelados todos, como con cuatro ropas por debajo para poder pasar el frío", añade.
Télam: Se trata de la primera trilogía de acción de Chile. ¿Cómo toman esta responsabilidad?
Eduardo Paxeco: Súper emocionados, supercontentos de tener la suerte de poder ser parte de este proyecto de un género que a mí me encanta como espectador, y ahora como actor me doy cuenta de lo difícil que es actuar una escena de acción. El requerimiento técnico es gigantesco y estoy muy contento de poder mostrar cómo hacemos el cine de acción acá en Latinoamérica.
Rallen Montenegro: Estoy emocionadísima. Estoy agradecida también. Primera trilogía de acción, ¿no? No es una, son tres. Para Prime Video, es inédito. Si me decías a los 23 años cuando comenzaba, "tú en siete años más vas a hacer una película de acción" yo no me lo hubiese creído, así que fue un desafío el trabajo físico.
T: La película requirió cinco meses de investigación en los que el equipo de producción se puso en contacto y trabajó con comunidades mapuches para representar su historia y sus luchas con fidelidad. ¿Creen que, aunque se trate de una ficción, "Sayen" puede ayudar a derribar prejuicios y dar visibilidad a la cultura de estas comunidades?
RM: Pienso que hubo un gran interés de parte de los equipos técnicos, del arte, de hacer un trabajo lo más respetuoso posible en torno a la cultura mapuche. Yo como mapuche también que soy, creo que desde mi vitrina intenté también que eso fuese lo más respetuoso porque finalmente es el pueblo al que yo pertenezco. Creo que a la ficción, que en este caso es de acción, el mundo mapuche le entrega un contenido de valor al rol de Sayen, una forma de apreciar y de entender, y creo que eso es lo más valioso. Diría que buscar más profundidades en ese aspecto sería un error.
EP: Absolutamente, creo que es un muy buen espacio para poder desarrollar esta historia como universo cinematográfico y que funciona al ser un espacio tan sagrado, tan importante, funciona mucho en esta trama, en la que este personaje sufre la injusticia y hace que sea una especie de David y Goliat que hace mucho más atractivo poder seguir a esta heroína.
T: ¿Es eso lo que hace a esta historia universal más allá del elemento específico mapuche? ¿Puede ayudar la película a llamar la atención sobre el extractivismo y sus consecuencias ambientales?
RM: Sí, creo que la trama de "Sayen" se repite en todo el mundo.
EP: En lo particular mi personaje Rubén es un chileno mestizo que quizás se siente un poco de una categoría superior a Sayen y a toda su comunidad. Y él prefiere seguir a esta corporación porque aunque destruyan todo él considera que es progreso; aparece un cierto egoísmo de la ambición de querer ser más exitoso por tener más trabajo con esta empresa a pesar de que destruya. Creo que a veces como seres humanos no nos damos cuenta de lo valiosas que son ciertas cosas y estamos preocupados más de la ambición, de qué es lo que podemos conseguir.
RM: Sí, está pasando, tenemos los días contados a nivel mundial, es importante reflexionar sobre esto, y ojalá el cine y las artes sean un dispositivo para eso. Es un plus cuando una pieza, una película, te logra hacer preguntar ciertas cosas. Espero que así sea.
Con información de Télam