La segunda jornada de la novena edición del Festival Nevadas Escénicas recibió anoche desde Uruguay la historia de la anarquista Emma Goldman gracias a la puesta de Onírika (si dejamos de soñar morimos) que agotó localidades en la Usina Cultural del Cívico del centro de Bariloche.
La obra escrita y protagonizada por Angie Oña bajo dirección de Freddy González, regala un atractivo perfil de un personaje fascinante, una poderosa conferencista y agitadora de fines del siglo XIX.
Hay tanto que tuvimos que tomar la decisión de elegir qué escenas quedaban. Hay una superproducción de cosas, ella misma con su autobiografía hasta la Revolución Rusa, gente hablando de ella, anécdotas. Fue difícil el recorte, explicó Oña a Télam después de la conmocionante función.
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En ella, González propone una atmósfera rockera, una decisión estética que para la autora y actriz se sostiene porque aunque aún no existía el rock y menos el punk, Emma fue una tremenda rockera. Creemos que esa decisión también sirvió para darle una actualidad a esas palabras, a pesar del vestuario que nos trasladaba a otras épocas.
Sobre el planteo de la obra, la artista indicó que hubo una decisión de contar la historia cronológicamente para que quienes no saben nada sobre el personaje puedan comprender la magnitud de la vida de Goldman.
Por eso ejemplificó- comenzamos con los mártires de Chicago que fue la antesala del ingreso al anarquismo de Emma. En Onírika hay un fuerte respeto por la historia.
Goldman murió en 1940, y también pasó por una etapa de oscurantismo, pero el feminismo de los años 70 la rescató como una de las voces imprescindibles, una tarea que Oña repite desde el teatro para que siga replicándose su voz: Leyendo su material parece broma que hayan pasado más de 100 años y que este discurso de mujer imponente siga tronando, resaltó.
Uno de los momentos fuertes de la obra es cuando Goldman relata su experiencia como partera con mujeres pobres, un pasaje que según Oña parece estar dando cuenta de lo que sucede hoy día, reflexionó.
La intérprete reveló que Onírika se financió con el aporte de la propia gente que creyó en el proyecto, o sea apuntó- que la obra rescata el espíritu de Emma Goldman: congregar a gente, promover el apoyo mutuo, la organización y el amor más allá de las banderas partidarias.
Con información de Télam