La agrupación belga Sonico reivindica ballets ocultos de Rovira y Piazzolla

12 de enero, 2024 | 14.51

El grupo belga Sonico, formado en 2015 y dirigido por el argentino Ariel Eberstein, lanzó su álbum doble, titulado “Live, Six, Seven, Eight… The Edge Of Tango vol.2", en el que a partir de un repertorio singular rescata música para ballet creada a fines de la década de los 50 por Eduardo Rovira y Astor Piazzolla, dos íconos del tango instrumental de vanguardia.

Sonico es un ensamble multinacional en el que polacos, belgas, franceses, estadounidenses, españoles y argentinos se unen en la búsqueda de un único objetivo: “Llevar esta maravillosa música al mejor lugar que nuestras capacidades nos permitan”, según definió en conversación con Télam Ariel Eberstein.

En este cuarto y ambicioso trabajo, el conjunto recrea el "Tango Buenos Aires" (Rovira, 1958) y el "Tango Ballet" (Piazzolla, 1956), los primeros ballets con temas tomados del folclore urbano moderno (tango) influenciados por la música de Igor Stravinsky, y será presentado el 19 de enero en Bozar Centro de Bellas Artes de Bruselas, y luego en el marco de una gira europea.

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El director del grupo indicó que se trata de la segunda parte de una trilogía que revisa los orígenes de la vanguardia en el tango a través de sus dos primeras formaciones: el Octeto Buenos Aires de Astor Piazzolla y el Octeto La Plata de Eduardo Rovira. “Este disco nos permite mirar nuevamente al pasado y repensar los movimientos culturales como construcciones colectivas y no mesiánicas o individualistas, más allá del rol fundamental que pueda tener una u otra figura en un contexto creativo”, afirmó a Télam.

El repertorio de este disco doble rescata composiciones que por diferentes razones quedaron ocultas y no fueron interpretadas en su forma original desde la década de 1960.

Un minucioso trabajo de transcripción de 11 piezas saca a la luz y le da nueva vida el ballet “Tango Buenos Aires” de Rovira, el gran inspirador de esta agrupación que es la única en el mundo dedicada a recuperar e interpretar su música.

En tanto, “Tango-Ballet” de Piazzolla, sobrevivió a la impulsiva decisión de Piazzolla de quemar en un asado las 19 partituras escritas para el Octeto Buenos Aires, de las cuales su violoncellista, José Bragato, pudo rescatar solamente la partitura del “Tango-Ballet” arrojándola debajo de un sofá.

Completan la formación Lysandre Donoso y Carmela Delgado en bandoneón, Stephen Meyer, Daniel Hurtado Jiménez y Kaat Verheyen en violín, Bartosz Korus en viola, Guillaume Lagravière en cello, Alejandro Schwarz en guitarra eléctrica, Ariel Eberstein en contrabajo y Ivo De Greef en piano.

En las presentaciones del álbum, Sonico sumará un diseño de luz y pasajes teatrales interpretados por los músicos que serán enmarcados con cuatro creaciones de danza contemporánea proyectadas en una coreografía clownesca.

Télam: ¿Cómo definirían el concepto de este trabajo?

Ariel Eberstein: Esta música nace en un contexto muy adverso a los compositores, donde su música era disfrutada por pocos y rechazada por muchos. El proyecto de Piazzolla (Octeto Buenos Aires) fue un desastre económico y Astor decide quemar el material en un asado. Rovira tampoco puede mantener este proyecto de octeto y decide fundar su trío. Tener la posibilidad de interpretar esta música tal cual la pensaron sus creadores tiene un espíritu de reivindicación que sin duda merecen estos dos grandes señores de la música popular argentina. Estas obras, fundamentales en el repertorio de ambos compositores, intentaron elevar este género a través de la danza contemporánea. Ese fue el criterio de Rovira y Piazzolla.

La idea de rescatar este material algo desdibujado en la historia de la música argentina es de por sí valiosa. No solo porque demuestran que no todo está dicho sobre la creación del vanguardismo tanguero sino que la escucha integral del “Tango ballet” y “Tango Buenos Aires”, en su formato original luego de 60 años, nos retrotrae a aquella experiencia de música popular de concierto.

Este disco intenta hacernos testigos del rescate de algo que pudo haber tenido un desarrollo escénico pleno y fructífero, pero no lo tuvo. Proyectos que, por diferentes razones, quedaron algo ocultos en las discografías de Piazzolla y Rovira y que intentaron equiparar el tango moderno a la música clásica a través de la danza contemporánea. Este rescate invita a bailarines y coreógrafos a redescubrir este hermoso material esperando que sea fuente de inspiración para que puedan dar rienda suelta a sus creatividades.

T: ¿Cómo viven la experiencia de hacer tango instrumental en los tiempos que corren?

AE: El tango instrumental de vanguardia es un género que se mantiene muy actual a más de sesenta años de su creación. El repertorio de este álbum nos permitió la producción de un show multidisciplinario donde la música se verá reforzada por la proyección de videos, diseño de luces y momentos teatrales.

T: ¿Dónde reside la importancia de la obra de Rovira y Piazzolla?

AE: Sin Rovira y sin Piazzolla la continuidad del tango se hubiera, probablemente, encontrado en dificultades. Ellos fueron una pieza clave en una tradición de vanguardistas que aparecen a cuentagotas en cada periodo musical cuando las crisis nos dan la sensación de que todo podría estar perdido. No debemos olvidar que el tango es un lenguaje de gran versatilidad que surge de la hibridación de diferentes culturas que se encontraron conviviendo en una tierra lejana compartiendo sus identidades. Ese ADN fue tomado por Piazzolla y Rovira (cada uno a su manera) en su búsqueda por renovar el tango. Ellos descubrieron una manera de potenciar esa universalidad en este lenguaje y darle la fuerza necesaria que le permitiera “salir” de la milonga a las salas de concierto.

T: ¿Cómo surge la idea de interpretar y registrar este repertorio que no fue interpretado desde 1960?

AE: El trabajo de reconstrucción que llevó en 2021 a lanzar nuestro tercer disco, “Piazzolla–Rovira The Edge Of Tango”, nos abrió un panorama muy amplio con respecto a la renovación en la música ciudadana. El material que presentamos en ese disco era sólo la punta del iceberg y queríamos indagar más profundamente.

Con información de Télam