Cinematique Abasto, obra dirigida por Juan Coulasso y Francisco Castro Pizzo, que conjuga teatro, música y cine, se presenta los sábados a las 16 en Roseti, y pretende lo imposible: suspender el tiempo y frenar el flujo impaciente de lo cotidiano.
Dana Crosa, Delfina Oyuela, Micaela Tapia y Denisse Van der Ploeg protagonizan esta performance en la sala ubicada en Gallo 760, de la zona del Abasto porteño que forma parte de Abasto in situ, un ciclo de obras realizadas en el espacio público cuyo fin es fortalecer los vínculos entre distintas disciplinas artísticas y la población local.
Télam: ¿Cuál es el eje de Cinematique Abasto? ¿Podemos decir que la obra tiene un importante componente poético?
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Juan Coulasso: Intento detener el mundo es una frase que repite una de las actrices una y otra vez. Esa postura está en el centro de lo que busca Cinematique Abasto: frenar el flujo impaciente de lo cotidiano, que no quiere o no puede hacerse el tiempo para mirar todo lo bello que sucede a nuestro alrededor. La obra pone el foco en la gente que pasa por la calle, subrayando el poder transformador de las pequeñas cosas que nos rodean y que suelen pasar desapercibidas. Buscamos que lo efímero se vuelva, aunque sea por un momento, lo más importante de nuestras vidas.
T: ¿Cómo se entrelazan en esta propuesta la música, el teatro y el cine?
Francisco Castro Pizzo: En nuestros trabajos siempre hay una presencia muy fuerte de otras ramas artísticas. Creo que tiene que ver con que somos naturalmente muy curiosos: queremos saber de todo y jugar a hacer un poco de todo. En mi caso tengo una formación más vinculada con el cine y Juan más teatral. Las herramientas propias de cada unx jugó un rol muy importante a la hora de investigar. Por otro lado, cuando arrancamos a trabajar una de las primeras premisas que apareció fue que la música iba a jugar un papel fuerte en esta obra. Nos daba ganas de explorar esa zona, y además es un gran vehículo conductor de emociones y sensaciones, que también eran objetivos que habíamos planteado: que en esta obra prime lo sensible. Esas tres ramas artísticas hoy en día juegan papeles cruciales en la obra.
T: ¿El Abasto es una fuente de inspiración y de algún modo el punto de partida de esta pieza?
JC: El Abasto es uno de los barrios más diversos y eclécticos de la Ciudad de Buenos Aires. Y justamente en su diversidad hallamos la semilla de nuestra obra. Al habitarlo, muy rápidamente pudimos componer poéticas a partir de sus bares, de sus calles, de su arquitectura y de sus habitantes. La relación de lxs vecinxs con nuestra obra terminó siendo parte vital de su funcionamiento. Es además un barrio con una enorme riqueza musical, lo que genera aún más puntos de contacto con lo que hacemos.
T: ¿Cómo fue el trabajo colectivo?
FCP: Lo colectivo fue clave para encarar la creación de la obra. En el proceso de investigación, las actrices improvisaban canciones para lxs vecinxs de la cuadra, mientras que Delfina Oyuela acompañaba con piano o guitarra. Eso que era prácticamente un proceso de escritura y composición en vivo no hubiera sido posible sin el enorme talento musical del equipo actoral. Con Juan también traíamos textos que las chicas convirtieron en canciones. Esa mezcla entre la música y la dramaturgia, donde ambos aspectos se influenciaban mutuamente, hoy en día es el núcleo de Cinematique Abasto.
Con información de Télam