La tradicional oferta de festivales folclóricos que se despliega durante el verano -y que responde a diferentes identidades regionales y provinciales- fue afectada por una cadena de suspensiones fundadas en la crisis económica.
La Fiesta Nacional de La Chaya (La Rioja), los Festivales de La Chacarera y La Salamanca (Santiago del Estero), el Fuerte de Andalgalá y la Fiesta de la Vendimia (Catamarca), el Festival de Fortines de Ranchos (Buenos Aires), fueron algunos de los que anunciaron su interrupción. Los festivales más grandes, Cosquín, Jesús María y Villa María, en Córdoba; el Chamamé, en Corrientes; y la Fiesta Nacional de la Vendimia, en Mendoza, lograron mantenerse.
Sin embargo, ninguno resultó indemne a la crisis.
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"La Fiesta Nacional del Chamamé se hizo porque en este caso hay un compromiso del gobierno provincial para sostener esta fiesta", explicó a Télam Gabriel Romero, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Corrientes.
"Acá hay un valor cultural y el desafío de ser Patrimonio de la Humanidad. La Fiesta Nacional del Chamamé moviliza un engranaje económico y de generación de trabajo que impacta positivamente en la economía de la ciudad", aseguró.
En un mismo sentido se pronunció Eduardo Accastello, intendente de Villa María, donde desde el 9 de febrero se realizará el Festival de Peñas, no sólo folclórico, y que este año concentrará a figuras como Duki, María Becerra, Abel Pintos, Camilo C. Karina, Jorge Rojas y Los Palmeras.
Accastello expresó su agradecimiento al respaldo de comerciantes, empresarios, productores locales y al gobierno provincial. "Sin todo este acompañamiento, sería muy difícil llevarlo adelante. Ese apoyo es fundamental para que volvamos a ser un evento superavitario", dijo.
No fue el caso de la Fiesta Nacional de la Chaya, en La Rioja, que estaba programada entre el 9 y el 13 de febrero con Abel Pintos, Sergio Galleguillo, Dúo Coplanacu, Bruja Salguero, Dale Que Va y Angela Leiva.
"Ante el escenario de incertidumbre económica, los ajustes de público conocimiento y la gran cantidad de obligaciones que el Estado debe y deberá atender frente a estas situaciones de emergencia, se decidió suspender la 54ª edición de la Fiesta Nacional de la Chaya", explicó la organización a través de un comunicado. Y adelantaron que esperan recuperar el Festival para 2025.
La crisis se sintió con fuerza en Santiago del Estero.
La Fundación Agustín Carabajal y la Organización del tradicional Festival Nacional de la Chacarera anunciaron la suspensión de la edición 2024 "ante el contexto económico que atraviesa la Nación". Con igual tenor se pronunció la Comisión Organizadora del Festival del la Salamanca sobre la frustrada 22ª edición.
"En una emergencia social que pone en riesgo la tierra que nos sostiene, el hábitat en que vivimos y los grupos sociales que constituyen nuestras comunidades y donde se ven reforzadas las inequidades, asimetrías y desigualdades, sostenemos la cultura popular y seguimos creyendo en la fortaleza creadora de los santiagueños", afirmaron los organizadores del Festival de la Chacarera a través de un comunicado.
En Buenos Aires, donde cada localidad tiene su propia fiesta, el eco de la crisis se reflejó por ejemplo con la suspensión de la 21ra. edición del Festival de Fortines de Ranchos, que organiza cada año el municipio bonaerense de General Paz, que estaba previsto para el 13 y 14 de enero.
"El Festival de Fortines es, sin dudas, la demostración artística y cultural más relevante con que cuenta nuestro distrito. En consecuencia, no fue una decisión sencilla de tomar pero priorizamos administrar con seriedad y responsabilidad los recursos en este delicado momento económico", señaló el intendente, Juan Manuel Álvarez.
En Ranchos, sin embargo, se alcanzó a organizar un festival musical más austero en el Camino de Circunvalación de la Laguna de la localidad. Pero no todos lograron reemplazar a los festivales con otras manifestaciones culturales.
Con información de Télam