Potente y demoledora interpelación a Esteban Echeverría en "Olvidate del matadero"

10 de agosto, 2023 | 17.20

El actor Pablo Finamore y el director Claudio Martínez Bel realizan una potente y demoledora interpelación a Esteban Echeverría en "Olvidate del matadero", obra en la que comparten autoría y que se puede ver los viernes a las 20 en el Teatro del Pueblo.

Con ecos que llegan hasta el presente, Finamore, ganador del premio María Guerrero a Mejor Actuación en Unipersonal, y Martínez Bel, María Guerrero a Mejor Dirección, ambos por este trabajo, desentrañan uno de los textos fundantes de la literatura y la ideología argentinas a través de la mirada de un opa que posee una misteriosa compulsión a la lectura y que es hijo de una criada en casa de Esteban Echeverría.

Sin permiso, Misky, el opa, lee el original de "El matadero", que su patrón dejó en su estudio y lo compara con su propia experiencia, ya que fue él quien el día en que se sitúa el relato fue al mercado de hacienda de la ciudad y quien contempló todo lo que sucedió allí, que luego contó a su patrón, quien escribe una versión de lo acontecido acaso no tan fiel a lo que efectivamente sucedió según los ojos y recuerdos de Misky.

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"El punto de partida fue la maravilla al releer el cuento en plena pandemia; por un lado me maravilló el relato y por el otro me indignó la construcción que realiza Echeverría. En 'El matadero', el unitario que viene es perfecto, buen amigo, buen padre, bien vestido y los otros son todos demonios", cuenta Finamore en charla con Télam sobre el origen de la obra que se estreno a fines de 2022 y fue una de las revelaciones de los últimos premios María Guerrero.

A partir de esta lectura, Finamore realiza una bajada del texto a teatro con cierta diferenciación al final y se lo lleva a Martínez Bel para pensar una obra.

"Eso no estaba completo -comenta el director-. le comenté a Pablo que para interpelar una ficción y del significado y los alcances de ese relato de Echeverría teníamos que inventar otra ficción, entonces le propuse crear un personaje, que tenía que ser un niño o un tonto, un débil mental, en eso le hago el comentario del proyecto a Mauricio Kartun y él me dice: 'Elegí al opa, elegí al opa' que es mejor para trabajar y aparte es un personaje mítico de la literatura".

Télam: Ahí tenían parte de la ecuación resuelta porque discutir con "El matadero" de Echeverría no es una tarea sencilla.

Claudio Martínez Bel: Mauricio (Kartun) nos tiró otra pista, "metelo en la casa de Echeverría", nos dijo y cuando lo metimos en la casa, el mundo de la obra empezó a salir solo: hijo de la criada, que hacía los mandados, que leyó el cuento de Echeverría subrepticiamente, que su capacidad para memorizar y ahí apareció todo el mundo de ese personaje que se llama Misky, que tiene esta compulsión por la lectura con cosas que entiende y cosas que no entiende, y se pudo hacer una interpelación a Echeverría desde el punto de vista de la ingenuidad, para no ir con los botines de punta y armar una suerte de contra panfleto de "El matadero".

Pablo Finamore: Lo del personaje fue un hallazgo, fue la llave, y meterlo dentro de la casa son dos puntos de partida muy fuertes y después la obra ganó en una serie de aristas, tiene teatro, tiene drama, tiene conflicto desde el vamos, porque "olvidate del matadero" es lo que le ordena Echeverría a Misky, que es una orden imposible de cumplir, por las características de Misky y porque, como enseña la psicología, cuanto más querés tapar algo más sale a flote, entonces Misky que tiene ahí la espada pendiente sobre él con el "olvidate, olvidate, olvidate", en realidad "se acuerda, se acuerda y se acuerda"; a partir de esos lugares todo fue muy dinámico.

T: Esta cuestión de la tensión entre acontecimiento y ficción, este relato sobre un hecho sucedido y sus versiones que la obra pone en juego le da además una actualidad instantánea que se suma a la actualidad propia de "El matadero" como referente ideológico.

CMB: Es algo que pasa todo el tiempo en todas partes, respecto de cómo te cuentan o te quieren hacer creer que es la realidad, ese fue el punto de partida de meternos con este cuento. El opa se pregunta, ¿por qué dice esto Echeverría, si yo estuve ahí?, hay una cuestión de desarmar el discurso del odio a partir de una lectura de la realidad de la propia experiencia.

PF: Cada uno tiene derecho a conformar su propia opinión, lo triste es cuando a la gente le mienten y conforma su opinión en base a la mentira. Para el ciudadano que trabaja 8, 9 o 10 horas por día, llegar a su casa y ponerse a dilucidar quién miente y quién no miente, es un problema pero también es cierto que es parte de su vida, porque después, en base a qué relato construye, toma determinaciones que inciden en su vida, en su posibilidad de trabajar, en su sueldo, en el precio de las cosas, entonces hay que hurgar y no quedarse con lo que dice otro, y menos si es un medio de comunicación.

T: ¿Cómo fue la construcción de Misky, desde el ensayo o desde la escritura?

CMB: Primero en la escritura, la escritura fue al mismo tiempo cómo íbamos armando el cuento que queríamos contar y también cómo íbamos construyendo ese personaje para que después sí en los ensayos se terminara de completar con las maneras de hablar, moverse y comportarse del actor. Hicimos un gran trabajo de escritura que nos llevó siete meses.

PF: También encontrar el interlocutor del personaje, que es la madre muerta, fue muy importante, porque es la manera como el personaje se va a expresar y eso nos dio un objetivo muy claro desde dónde hablar, tener ese interlocutor tan claro fue fundamental para que el personaje de Misky desenrolle todo lo que tiene adentro.

T: ¿Y cómo fue ese trabajo de a dos en la escritura?

CMB: El sistema fue que Pablo escribía, yo tachaba, hablaba, él me grababa, escribía, después yo tachaba, le decía lo que iba viendo...

PF: Hablábamos mucho, yo me anotaba hacia dónde ir, después con eso que resultaba de las charlas me volvía a sentar y reescribía, tachaba, veía qué quedaba y qué volaba, qué dirección podía tomar, seguía avanzando, cuando lográbamos algo se lo mandábamos a Kartun que nos daba a su vez una devolución, volvíamos a amasar y así seguíamos avanzando.

CMB: La dramaturgia la supervisó Kartun desde Cariló, porque estábamos en pandemia, él estaba allá, le mandábamos mails.

T: La escenografía es muy particular también porque está todo pelado pero en el centro hay un objeto muy potente.

CMB: Le planteamos a la escenógrafa construir un objeto escenográfico que logra una síntesis, que tuviera muchas posibilidades, le dibujé un montón de corrales, cercos, todos por zoom, se los mandaba y me dice: "¿Qué querés que haga con esto? y yo le contesto: "Apretá todo como Superman, como si fuera carbón y haceme un diamante" e hizo este objeto que es una escultura escenográfica que puesta de una manera produce imágenes, la das vuelta produce otras imágenes, la ponés en diagonal y produce otras imágenes, te subís arriba y produce otras imágenes, te subís más arriba y produce otras... cambia de acuerdo a cómo te posicionás dentro de ella. Eso permitió que el imaginario que está solamente puesto en el trabajo de un actor y en el vestuario hiciera presente todo lo que aparece en la obra: la madre, las gallinas, Echeverría, los toros, todo está porque él lo ve.

Con vestuario y escenografía de Adriana Estol; iluminación de Agnese Lozupone, realización escenográfica de Richard Forcada; asistencia y producción ejecutiva de Adriana Yasky, autoría de Pablo Finamore y Claudio Martínez Bel, supervisión dramatúrgica de Mauricio Kartun, actuación de Pablo Finamore y dirección de Claudio Martínez Bel, "Olvidate del matadero" se puede ver los viernes a las 20 en el Teatro del Pueblo (Lavalle 3636).

Con información de Télam

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