El pianista y compositor argentino Pablo Murgier, radicado desde 2017 en París, estrena mañana en Bebop Cliub el repertorio de su sexto álbum "Gare Du Sud" (Estación Sur) que desde la libertad del jazz explora las sonoridades del tango y el folclore.
"A diferencia de otros discos anteriores, en este álbum encontré una voz que me representa en un sentido más personal, donde por momentos hay lugar para la intimidad y la fragilidad, y por otros para la fuerza", indicó Mugier a Télam.
Nacido en La Plata en 1988 y radicado en París en 2017, el músico habló, entre otras cuestiones, acerca del concepto del flamante de "Gare Du Sud", que registró al frente de un cuarteto integrado por el reconocido argentino Minino Garay en batería, y los talentosos Simone Tolomeo en bandoneón y Romain Lecuyer en contrabajo.
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"La idea de dibujar una estación de trenes imaginaria, una estación musical que me permitiera explorar ese punto de encuentro me interesaba mucho y me disparó muchas ideas, muchas relacionadas a viajes, movimiento o lugares en sí (como "La Bergerie de Malassis", 'Meliquina', "2 Rue Corneille", "Domingo")".
"Me gustan músicas muy diversas y a veces tengo el deseo de ir hacia lugares que parecen irreconciliables, este grupo y este disco me permitieron de alguna manera romper con eso. A diferencia de otros discos anteriores", comentó.
El flamante trabajo contempla nueve obras suyas en las que busca, alejado de los rótulos y enrolamientos, crear un país imaginario, ubicado al Sur, entre las que se cuentan "Chanson Cachette", la única cantada en la voz de Vanina Franco (autora de la letra), y una composición colectiva del ensamble, "Furgón", que se escucha en el final de la placa.
Dueño de una importante formación académica, Murgier es licenciado en Composición Musical de la Universidad Nacional de Quilmes, y Máster en Interpretación de la Música Latinoamericana del siglo XX en la Universidad Nacional de Cuyo..
Télam: ¿Cómo vivís este regreso a la Argentina después de tres años de ausencia y con disco nuevo para presentar?
Pablo Murgier: Lo vivo con mucho entusiasmo y con la expectativa de volver a reencontrarme arriba y abajo del escenario con gente que quiero y admiro mucho después de bastante tiempo. Hubiera querido tocar con o sin disco nuevo, pero obviamente el hecho de tener algo fresco para mostrar hace que todo tenga más sentido.
T: ¿Pensás que este trabajo condensa tu recorrido con la música?
PM: Sí, sabiendo que ese recorrido es algo que está en constante transformación. No siento que llegué a ningún lado, simplemente que en esta oportunidad pude plantarme de manera más auténtica y con más experiencia frente a este trabajo.
T: ¿Cómo es la experiencia de vivir lejos del país? ¿La distancia influye a la hora de crear? Se respira cierto tono de viaje en este trabajo
PM: Llevo cinco años en Francia y me siento bien, bien acompañado y haciendo cosas que me gustan. Obviamente se extraña y por momentos mucho, a la familia, los amigos, formas de hacer las cosas. Imagino que todo eso influye en la manera de escribir aunque no de manera deliberada en este trabajo. Lo que sí influye es la cantidad de músicas y de expresiones que pude ver y tocar durante los últimos años en una ciudad como París que te ofrece todo en ese sentido.
T: Si bien el trabajo es difícil encasillar en un género en particular, es importante la presencia de una sonoridad argentina. que de algún modo marca el pulso del disco, algo a lo que también aporta Minino Garay. ¿Lo ves así?
PM: Siento a mi actual ensamble como una continuación lógica de mi primer sexteto formado en 2017 en Buenos Aires. Fue un grupo que se fue adaptando a mis necesidades creativas y a las posibilidades prácticas en cada lugar en el que estuve.
Al tener otros proyectos alrededor del tango, tuve la necesidad de abrirme hacia otros horizontes con este cuarteto, es así que el grupo de tango con aperturas al jazz se convirtió en un cuarteto de jazz con color a tango. Me siento muy cómodo con ese cambio de esquema, me resulta muy natural. Siempre estuve en el dilema de ser un poco pianista de cada cosa: de jazz, música clásica, folclore, tango... es algo que por momentos fue muy positivo y por otros un padecimiento. Hoy puedo decir que las cosas encastraron y hago finalmente la música que tengo ganas de hacer sin más. Obviamente el hecho de tener un grupo que te permite eso por las características de los músicos ayuda.
T: ¿Cómo surgió el título del disco y su concepto imaginario?
PM: Fue un nombre que se me ocurrió recién llegado a París, Me parecía una buena idea pero no sabía para qué. Años después vi una foto increíble en el living de la casa de una gran amiga francesa, modista y fotógrafa que se llama Chloe Debelle. Era una foto panorámica del cementerio de trenes en Uyuni, Bolivia. Esa imagen me hizo link con aquella idea de la "Gare Du Sud", y me despertó todo este imaginario sobre una estación de trenes de un sur musical donde hay personas que llegan y se van.
T: ¿Qué podés contar del concierto en Bebop Club?
PM: Estoy verdaderamente feliz de poder hacer esto junto a Minino Garay, baterista de mi grupo que se encuentra también en Buenos Aires. También podré tocar junto a Mati Olmedo, enorme guitarrista con el cual estudiamos juntos en la UNQ y que ha mezclado casi todos mis discos pero hace rato que no tenemos la oportunidad de compartir el escenario. Estará Damian Foretic, con el que podrá tocar por primera vez, y Jona Scheone contrabajista de mi primer sexteto, con quien también compartimos grupo en el Sergio Poli Ensemble Eléctrico. Y también la suerte de que el violinista noruego Karl Espegard se encuentre en Buenos Aires, y cantará Mariana Mazú. Además habrá alguna que otra sorpresa. Va a ser una fiesta y un momento único.
Con información de Télam