(Por Sergio Arboleya) La dupla propuesta por la descomunal pianista Noelia Sinkunas y el dibujante y cantante Max Aguirre fue la encargada de cerrar anoche el primer ciclo de tango en la sala jazzera porteña Bebop Club con un exquisito concierto donde la música ciudadana funcionó como respiración y territorio capaz de referenciarlo casi todo.
La decisión de reponer al tango como un universo dominante capaz de regir usos y costumbres culturales bien podría ser un gesto entre fútil y anacrónico, pero de la mano del espectáculo Canciones propias y apropiadas Sinkunas y Aguirre pusieron en acto una experiencia llena de vértigo, vitalidad e inspiración.
El hecho de tomar al tango como punto de partida, como cultura hegemónica, lejos de regir un modo chauvinista y acotado de ponerse en contacto con lo otro, funcionó como disparador, como fuente de fecundo intercambio a partir de la propia potencia del género y del sumado talento de quienes propiciaron la aventura.
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En el formato acotado del dúo (ya sea con Max cantando o dibujando), sumando a los notables Andrés Drimer en guitarra y a Alex Musatov en violín e incluso agregando a dos chamameceros entrerrianos con sus acordeones, la pareja protagónica jugó gozosamente a hallar y exponer ese pulso tanguero en un recital de poco menos de 90 minutos.
La propuesta que bien podría erizar los ánimos de quienes entienden no sin razón- que el tango por sí mismo encarna un mundo diverso que dialoga con su tiempo a partir de su riquísima y profusa obra propia, tiene para Noelia y Max el carácter de un juego irreverente e inspirado a la vez que se ofreció como una mirada más en el marco de una puesta impecable y para disfrutar.
Quizás para no herir esas sensibilidades, el inicio y el cierre del repertorio contaron con un par de gemas cancionísticas referenciales de la música de Buenos Aires: La última curda y Qué me van a hablar de amor, respectivamente.
Y tanto allí como en el resto del repertorio con otras 15 estaciones, tanto Sinkunas desde un piano poderoso e infinito como Aguirre asumiéndose como un contador afinado y audaz, generaron una combustión inquietante y atractiva.
Desde esa impronta compartieron lo que el ilustrador definió como encontrarle el tango a algunas canciones, una apuesta plasmada en Terco, su primer y único disco de 2019 donde Sinkunas se encargó del piano y la dirección musical, y que anoche contó con versiones de Al vacío (de No Te Va Gustar), Flaca (clásico de Andrés Calamaro) y "Ni alcanzará (traducción de Enough of you" de Marc Anthony Thompson).
El lance tuvo otros pasajes memorables en las manos de Sinkunas al momento de abordar en solitario (mientras su compañero dibujaba en vivo y la creación se apreciaba en una pantalla sobre el fondo del tablado): Smoker man (una reapropiación de El fumanchero, de Damas Gratis) y una visita a Baby One More Time, de Britney Spears, que seguramente a la diva pop le costaría reconocer en esta veta tan dramática como bella.
Son dos de las canciones que grabé para el disco New York Sessions (2019) que tiene temas inspirados en músicas populares, explicó ella antes de abordarlos.
Los enormes aportes instrumentales del guitarrista Drimer y del joven violinista ruso Musatov (capaz inclusive de tocar su instrumento como una pequeña guitarra y de cantar con potencia y sentimiento la criollez explícita de Los caminos, de Tomi Lebrero, y el estupendo tango Despedida de Alfredo Tape Rubin), abrieron aún más el abanico sonoro de la velada.
Una expansión que alcanzó al bolero Cursi (de Aguirre) y llegó hasta el Litoral con las participaciones de los acordeonistas entrerrianos Enzo Demartini y Juan Manuel Bilat para configurar un eclecticismo no exento de identidad muy a cuento del trabajo constante y continuo de Sinkunas como parte de los grupos Alto Bondi y Cachitas Now! y partícipe en las bandas de Julieta Laso, Cucuza Castiello, Nico Sorín, Nahuel Briones y Gisela Magri.
Sinkunas, además, viene de tocar en dupla con la bandoneonista Milagros Caliva (el domingo en el Conti y el lunes en Santa Teresita), prepara su tercer disco "Salve" y el sábado desde las 20 tocará gratis en el ciclo "Música Argentina para el Mundo" en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner.
"Canciones propias y apropiadas" brilló a través de sus intérpretes y de un sonido impecable y certero para ponerle fin al primer espacio dedicado al tango en la nueva sede palermitana de Bebop Club.
Pero enterado que el ciclo de miércoles se repondrá inmediatamente con las actuaciones de Pablo Aslan Tango Jazz Trio (el 2), César Angelieri Cuarteto (el 9), Salgán-Falabella (16) y Coléngelo-Luciani (23), Aguirre propuso que la cuña tanguera en la coqueta sala orientada al jazz lleve el nombre del cantor Osvaldo Peredo, fallecido el lunes pasado a los 91 años.
Con información de Télam