(Por Agustín Argento) "Reformadores", nueva película de Marina Zeising que ya puede verse en salas del país, se adentra en la comunidad protestante luterana de Argentina y pone en pantalla cómo sus vínculos reformistas nacidos hace 500 años con Martín Lutero se mantienen intactos en el respeto por la libertad y el apoyo a algunas leyes que otros cultos prefieren mantener inalteradas.
"Siempre tuve ganas de hacer un documental sobre el protestantismo luterano; mi familia era de esta religión. Siempre me costó explicarlo en un país monopolizado por el catolicismo, pero un alumno me trajo un proyecto sobre un pastor expulsado de una iglesia pentecostal por ser homosexual y en la protestante fue recibido sin prejuicios", contó a Télam la directora de cintas como "La Lupa" y "Lantéc Chaná".
Ese alumno era Fernando Mazas, quien falleció en medio de la investigación. Zeising decidió, con acuerdo de la familia, continuar la película, aunque tuvo que modificar el guion y ponerle su punto de vista. Allí, encontró que la historia que le habían acercado estaba cerca de su propia vida.
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"Yo soy nieta de alemanas y mi papá donó dinero para hacer una iglesia. A pesar de ello, en mi casa había libertad de culto. De hecho, yo fui a un colegio católico, en el cual tuve un conflicto porque no tomé la comunión. Me quisieron expulsar, pero pude continuar por la lucha de mis padres. Eso lo sufrí bastante siendo niña. Era discriminada... ser 'protestante' era mala palabra", comentó.
Además, la realizadora explicó que para el común de la gente el protestantismo luterano se confunde con las iglesias evangélicas pentecostales, las cuales si bien tienen una raíz común se han diferenciado a lo largo de los siglos al punto de tener visiones contrapuestas sobre un mismo tema. Por ejemplo sobre las leyes del matrimonio igualitario y la de interrupción voluntaria del embarazo, que los luteranos sí apoyaron.
"Con esto, noté que mantienen ese gen renovador de Martín Lutero", afirmó Zeising.
Lutero (Alemania, 1483-1546) fue el fundador del protestantismo luterano, expulsado de la Iglesia Católica Apostólica Romana por una serie de reformas que el monje de la doctrina de San Agustín quería llevar adelante.
Además, Lutero fue quien unificó la lengua alemana, al traducir la Biblia del latín al alemán, haciendo que el resto de los dialectos tuviera que adaptarse a lo que hoy se conoce como el Hoch Deutsch. Su objetivo era el de que la "Palabra de Dios" no fuera algo hermético, sino que el pueblo entero pudiera tener acceso a ella.
"Fue juzgado como hereje y, confinado, pudo traducir la Biblia. Quería que la palabra sea leída por toda persona y no que quede en manos de la curia romana. Con estas traducciones, fomenta la educación y, ya en ese tiempo, sembró la semilla de lo que sería la educación libre y gratuita. Hoy, esto está plasmado en cómo abordan la pobreza las casas de día en el conurbano. Hacen mucho trabajo de apoyo de escolar, talleres culturas y de oficios", explicó la directora.
Además, en 1904, el sociólogo alemán Max Weber llevó adelante uno de los trabajos más importantes que vincularon la reforma de Lutero con el capitalismo en su ensayo "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", en el que analizaba el progreso de los países que siguieron los pensamientos luteranos en contraste con los que no lo hicieron.
"Los países protestantes son los que están mejor en términos sociopolíticos y económicos, así que algo de esa cultura no estaba tan mal, ¿no? Luego, se cruzaron muchas cosas y se empezaron a confundir los conceptos de libertad. Habría que revisarlos para entender cómo devinieron en una confusión generalizada", comentó sobre esa teoría Zeising, quien se encuentra en el desarrollo de un documental sobre el liberalismo y la corriente autoritaria que hoy emerge en varios lugares del mundo.
Y, agregó: "Creo que Lutero marcó una directriz conceptual, de estar todo el tiempo en continua reforma. Siempre se avanza y hay retrocesos. En este caso, Lutero siempre plasmó el de acompañar los cambios".
Zeising recorre con su cámara distintas iglesias de la ciudad y el conurbano bonaerense, donde se puede ver no sólo el trabajo pastoral, sino social, comunitario y vinculado a los derechos humanos, como el del pastor Arturo Blatezky, quien asistió a perseguidos por la última dictadura militar y llevó el reclamo a diversos foros internaciones en los 70.
Télam: Teniendo en cuenta que tu familia es protestante, ¿cómo te movilizó la investigación?
Marina Zeising: Yo soy creyente, pero no practicante. Esta película me movilizó desde las raíces. Esto fue en plena pandemia y estaba bastante encerrada. A través de un rabino, me enteré de que todos mis familiares, de ambas líneas, eran luteranos desde la época de Lutero y descubrí también que tenia familiares victimas del Holocausto: una tía abuela mía fue asesinada. Eso fue muy fuerte y ahí pude entender por qué mi familia era tan allegada a la comunidad judía. Algo raro porque en esa época los alemanes estaban enfrentados a los alemanes judíos, pero no era el caso de mi familia.
T: ¿Perseguías algún objetivo con la película?
MZ: Me interesó mucho fomentar el dialogo interreligioso, no entrar en el juego de las diferencias y las disputas. Me parece que es el momento en el que las religiones se junten. De hecho, visité el Museo del Holocasuto y para mí fue muy interesante porque ahí se ve cómo opera el fascismo.
Con información de Télam