La cantante española Mara Barros, quien desde hace 14 años es corista en la banda de Joaquín Sabina, un sueño que tuvo desde siempre y se hizo realidad, se encuentra en Argentina para presentarse mañana en La Trastienda, y luego en las ciudades de Córdoba, Rosario y Montevideo, donde mostrará su nuevo disco solista, Me nace del corazón y hará un repaso por su carrera y las canciones que marcaron su vida.
Aunque suene utópico, es una realidad en mi caso: yo siempre soñé con ser la corista de Sabina, o incluso trabajar con él, aunque fuera de producción llevándole las maletas; era muy admiradora de su obra y de su filosofía de vida, de lo que aparentaba ser y también como ser humano, que luego al conocerle en realidad no se me cayó el mito y era tal y como esperaba, dijo a Télam Mara Barros.
Nacida en Huelva, la cantante se crió en el seno de una familia donde se respiraba música, ya que su padre Pepe Barros, fue cantante profesional durante los 60 y 70, tiempos en los que integró grupos como Tartessos o Los Keys e interpretó musicales como la versión española de la ópera rock Jesucristo Superstar.
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Mara comenzó su camino artístico estudiando danza, sin saber que su destino era ser cantante; dueña de una voz cristalina e influenciada por artistas y agrupaciones provenientes de diversos géneros y países, construyó un camino propio paralelamente a su labor como corista del famoso cantante y compositor.
Grabó en los discos de Sabina Vinagre y rosas, 500 noches para una crisis y Lo niego todo; en febrero de este año comenzó la gira Contra todo pronóstico y participó en todos sus tours desde entonces, incluyendo Dos pájaros contraatacan y La orquesta del Titanic junto a Serrat.
Barros inició su gira por Sudamérica el 3 de agosto en Chile, pasó por Mendoza y la llevará mañana a tocar en La Trastienda -donde ya agotó las entradas-, el miércoles 16 en Córdoba (en Studio Theater), el jueves 17 en Rosario (teatro Broadway) y el domingo 20 en Montevideo, Uruguay (Live Era).
Son conciertos muy íntimos, en los que me acompañan mi productor y guitarrista Borja Montenegro y mi pianista y violinista Pau Álvarez Santacatalina y en los que además, al ser recintos más pequeños de los suelo ir cuando acompaño a Joaquín Sabina, puedo abrirme a nivel personal, hablar con ellos e intentar conectar con el público, comentó.
Su tercer trabajo Me nace del corazón, sucesor a Por motivos personales (2017), es un homenaje a México y cuenta con nueve canciones de autores como José Alfredo Jiménez o Armando Manzanero, propone una mezcla entre el carácter y sentimiento andaluz de Mara, con el folclore mexicano.
Télam; ¿Qué podés contar acerca del espectáculo que te trae por aquí?
Mara Barros: En esta gira hago un repaso por mis dos últimos trabajos discográficos. También rescato canciones que forman parte de mi banda sonora personal y particular, en las que no faltarán guiños a Argentina, Chile y Uruguay, y alguna que otra canción de Sabina, que indiscutiblemente forma parte también de mi trayectoria.
T: ¿Cuáles son tus influencias musicales?
MB: Mi padre era cantante y además regenteaba una pequeña tiendita de discos, cuando se vendían vinilos todavía. Fue la primera tienda que se abrió en Huelva, y él era un fiel seguidor de los clásicos del rock, especialmente de The Beatles, de hecho es uno de sus mayores coleccionistas de Andalucía.
Por su lado mi madre, que era una gran aficionada a la copla, que es nuestro folclore andaluz, la copla y el flamenco, escuchaba mucho a Lola Flores, Marifé de Triana, a las grandes de la copla. Y esas fueron mis influencias en mi infancia, una mezcla rara, pero explosiva, de los clásicos del rock y los clásicos de la copla. Luego, al tener al alcance cualquier género musical y cualquier disco de cualquier artista, porque tenía la tienda, tuve la oportunidad de escuchar a muchos artistas y descubrí a los cantautores, por lo tanto las influencias son varias.
T: ¿Cómo fue que decidiste dejar la danza para meterte de lleno en el canto?
MB: Fue un viaje bastante natural, yo estudiaba la carrera de danza, porque mi madre quiso siempre saber bailar, especialmente nuestros bailes regionales de Huelva, así que de muy pequeña me transmitió su pasión y me metió a tomar clases de danzas. Probé varias disciplinas y hubo un momento en mi casa que por necesidad económica tuve que buscarme algún trabajo y solo encontré trabajo en una orquesta, donde se tocaba en vivo en las fiestas de los pueblos los hits del verano, como La mayonesa, La bomba, y yo trabajé allí como bailarina, con un vestido de lentejuelas. En los viajes en las furgonetas cuando nos dirigíamos a los pueblos donde íbamos a trabajar yo canturreaba, y el director de la banda siempre me decía Mara, tendrías que cantar, pero yo tenía un importante pánico escénico para cantar. O sea, bailando no, pero cantando si, me daba mucho miedo, así que me hizo una encrucijada en pleno concierto, yo estaba preparada para bailar la siguiente canción y el me presentó por el micrófono y dijo: Nuestra compañera Mara va a cantar El talismán de Rosana, así que no tuve más remedio que hacerla. La canté como pude, con muchísimos nervios y cuando tuvimos el descanso y bajé, él me dijo: Evidentemente te pasas a cantar, te iremos limando esos medios de alguna manera y curiosamente en ese espectáculo, en esa función estaban mis padres viéndome y mi padre se acercó a mí y me dijo: Te has equivocado de profesión, vamos a apostar por la voz.
T:¿Qué podés contar acerca del momento en que te sumaste a la banda de Joaquín Sabina?
MB: Fue un momento muy especial para mí. La meta más alta y más inalcanzable que yo me había planteado jamás y la vida por suerte me lo puso por delante. Él buscaba una corista nueva para su disco Vinagre y rosas y Antonio García de Diego, que es su músico de cabecera y co-autor de muchas de sus canciones y que lleva acompañándole más de 30 años, me conocía desde que vine al mundo, porque era amigo de mi padre ya que coincidieron juntos en el musical Jesucristo Superstar del 1975. Mi padre sustituía a Camilo Sesto y Antonio hacía el papel de Simón Zelotes. Desde que trabajaron juntos mantuvieron una amistad muy bonita a pesar de que estuvieran distanciados, porque uno vivía en Madrid, el otro en Huelva y por lo tanto cuando yo me mudé a Madrid y empecé mi andadura musical. Antonio estuvo presente en todos mis grandes momentos, en los estrenos de los musicales, en las presentaciones de mis discos y cuando surgió esta oportunidad, él era muy conocedor de mi admiración profunda hacia Joaquín y me propuso como opción y fui al estudio a grabar y todo surgió pues como en un sueño, la verdad conectamos muy bien Joaquín y yo a nivel profesional y personal y aquí estoy casi 15 años después.
Con información de Télam