La serie web de producción independiente "El infierno", dirigida y escrita por Santiago Mouriño y centrada en las experiencias de una joven que llega a la Ciudad de Buenos Aires para convertirse en actriz y pronto descubre que se encuentra rodeada de ambientes y vínculos tóxicos que afectan su propia identidad, tendrá su estreno hoy a las 20 en el sitio web Eventbrite.
Los cinco episodios de esta primera temporada, realizada por Mouriño junto a Pablo Balmaceda -quienes ya tienen en marcha una segunda entrega de cuatro capítulos-, retrata las vivencias de Agostina (Agostina Innella), la intérprete de esta historia de iniciación atravesada por la fuerte presencia y presión de las redes sociales y el cuestionamiento sobre las formas que adoptan las relaciones interpersonales, dos temáticas presentes para toda la generación "centennial".
Mientras habita un departamento que no logra adoptar como propio e intenta dar sus primeros pasos en la actuación, Agostina descubre que su objetivo emancipatorio no era tan idílico ni fácil como parecía, y que sus intereses amorosos y no amorosos resultan más problemáticos que satisfactorios.
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Con un tono por momentos onírico y mediante la representación de sencillas y breves pero elocuentes secuencias, llevadas a la pantalla con un trabajo de fotografía y de música -a cargo de Juan Manuel Ponce- muy cuidado y destacable, "El infierno" busca hurgar desde una mirada íntima en ese proceso oscuro y casi claustrofóbico que la protagonista recorre para reencontrarse a sí misma.
Los noveles Vero Gérez, Fabricio Miscione, Alexia Moyano, Juan Barberini, Percy Big Bang, Leo Bromberg, Carla Martínez, Argenis Ciriaco y Brenda Peluffo completan el elenco de esta propuesta que tendrá su lanzamiento en la plataforma online Eventbrite, donde pueden adquirirse -hasta el 28 de noviembre- las entradas para acceder a la primera temporada.
De cara a su estreno, Mouriño dialogó en exclusiva con Télam sobre la génesis de esta serie de formato corto y sobre la tarea de producir de manera independiente en la actualidad.
Télam: ¿Cómo nació la idea detrás de "El infierno"?
Santiago Mouriño: En plena pandemia, como a muchos, me tocó quedarme adentro y eso generó el espacio. En esa reflexión silenciosa, sin el ruido del afuera, fue naciendo la necesidad de contar esta historia, de mostrar que en verdad estamos todos medio rotos y que hacemos lo mejor para que no se note, aunque muchas veces eso no alcanza. Quería desprenderme del cine como dispositivo de visualización, pero mantenerlo cerca en el lenguaje, y construir un cine en cada pantalla de cada adolescente que la vea solo a la noche en su cuarto, buscando un lugar propio.
T: ¿Tenías un público imaginario en mente durante el desarrollo de la serie?
SM: Me imaginé a mí, a los veinte, completamente perdido, asustado, haciendo de cuenta que sabía lo que hacia, y traté de serle fiel a esa imagen. En ese sentido creo que la serie tiene dos públicos muy marcados, el público que tienen la edad del personaje y está transitando una búsqueda similar, y las y los que ya estamos del otro lado, buscando un reflejo para pensarnos. Creo que en la era donde todxs construimos realidades muy cargadas de ficciones aspiracionales en las redes, la serie interpela porque no pone distancia entre lo que le pasa al personaje y el lugar donde está la cámara. No emite juicios, lo muestra como es, y lo hace de una manera que desafía a inclinarse para seguirlo de cerca, y todo esto hablando en nuestro idioma.
T: ¿Cómo ves el escenario actual de las producciones independientes en Argentina?
SM: Venimos de una era donde la cultura pasó a un segundo plano, seguida por una pandemia que nos tiró más abajo todavía. Es duro porque enfrente tenemos a las multinacionales vendiendo azúcar en patios de comida brillantes con luces de colores, que no se ven afectadas por los mismos factores. Pero la diferencia la van a hacer los espectadores, de a poco volvemos a poner en valor el proceso, la experiencia del usuario y el reflejo de los creadores. La tecnología hoy nos permite hacer productos que se le paran de frente y sin temer a cualquier serie que se ve en la televisión. Pienso que hay una punta de lanza muy pujante en varios proyectos y una gran cantidad de compañías de teatro que en pandemia desafiaron los límites de cómo y dónde mostrar su contenido, ojalá nosotros estemos haciendo lo propio para poder instalar nuevas alternativas a la hora de divulgar y consumir cultura. Que ya no dé miedo ver algo local, sino que eso sea lo que se salga a buscar.
Con información de Télam