La protagonista de "La reina del flow" desembarca con una obra de teatro en Avenida Corrientes

30 de junio, 2022 | 15.12

Carolina Ramírez, la actriz colombiana reconocida por su papel en la serie de Netflix "La Reina del Flow", que desde este sábado protagonizará junto Alberto Ajaka en el Teatro Multitabaris "Lo que queda de nosotros", una comedia dramática que aborda el abandono en el vínculo entre una adolescente y su perro, admitió que su objetivo con esta obra es "que cada espectador salga queriendo hacer algo para cambiar el mundo".

La puesta, que se presentará (en principio) del 1 al 17 de julio con funciones de miércoles a domingo, no es nueva para la actriz que arrasó en el ranking de Netflix con las dos temporadas de "La reina del flow": apenas Ramírez escuchó el primer monólogo de esta pieza escrita por el dramaturgo mexicano Alejandro Ricaño en una sala de Ciudad de México supo que era eso que estaba buscando para su carrera.

"Me atravesó por completo", reconoció a Télam sentada en una butaca del Multitabaris, sobre la pieza que adquirió para presentar en Bogotá junto al actor Carlos Torres (su coequiper en "La reina del flow") y con la que ahora desembarcará de la mano de su marido, el productor argentino Mariano Bacaleinik, co-estelarizada por Ajaka.

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En esencia, esta propuesta apta para todo público que volverá a ser dirigida por Ricaño aborda la historia de Nata, una adolescente sin apegos alejada de cualquier afecto que pueda lastimarla, y Toto, su perro, que la ama incondicionalmente sin importar las circunstancias. En el recorrido del vínculo entre ambos, la obra invita a pensar qué queda de nosotros cuando alguien amado se va.

"Es un drama atravesado por una atmósfera de comedia que aborda de una manera simple el tema del abandono", resumió por su parte Ajaka.

Télam: Carolina, ¿qué viste en México que te hizo querer interpretarla en Colombia y luego en Argentina?

Carolina Ramírez: La historia. Cuando arrancó el primer monólogo me tocó y eso es súper lindo porque a veces una obra es como un paisaje que te muestran y como espectador simplemente lo admirás, pero esta obra fue transversal, así como "wow", me atravesó por completo. Fue algo muy conmovedor. Lo otro que me conmovió fue el reto como actriz que podía acarrear porque la puesta es una mesa y todo el resto va de negro. Somos nosotros dos contra el mundo, y eso a nivel actoral implica un desafío muy interesante. Hacemos un montón de personajes, es un desdoblamiento constante. Así que teníamos la posibilidad de adquirirla porque conocíamos al autor, tuvimos la posibilidad de que el director fuera a Colombia a montarla y de que Mariano la produjera. Fue como un regalo de matrimonio; yo no pido joyas: pido obras. Sobre todo porque llevábamos tiempo buscando esa obra que me movilizara y encajara con lo que quería decir.

T: ¿Cómo definirían la obra?

CR: No queremos contar mucho porque en el primer monólogo ya se entiende por completo por dónde va, pero parte de una premisa que es: una adolescente y su perro. Con Nata y Toto se cuenta y se teje una historia, un viaje épico para que ellos vuelvan a reencontrarse. El conflicto principal de la obra se plantea a partir de un ser querido de Nata que se va y cómo queda ella después de esa ausencia, cómo continúa la vida en medio de su inmadurez, porque además es una niña.

Alberto Ajaka: Hacemos varios personajes pero en esencia son la chica, su perro y una circunstancia de vida. Respecto del perro, muy específicamente aborda el instinto que tenemos los animales por obtener calor, comida y amor. En este caso, además, es un perro desclasado que era burgués y le toca callejear. Pero además la obra ofrece una lectura simple y sincera de la felicidad: si alguien te viene a dar amor, aflojá porque no es fácil obtenerlo y, al fin y al cabo, no hay mucho más en la vida.

CR: El conflicto principal de la obra es la razón por la cual la escogí y por la cual me atravesó de tal manera, es precisamente el viaje de ellos dos, es cómo cada uno cuenta su historia desde su lugar hasta que esa historia se empieza a convertir en una sola.

T: ¿Cómo fue la elección de Alberto?

CR: Lo conocí en la tele de ver la tira "Guapas" (2014, eltrece) en Colombia, que me encantaba, y él siempre me pareció un gran actor con mucha verdad, entonces era muy importante encontrar un perro así, con una gran sensibilidad para acercarse al universo de Toto y el de los demás personajes.

T: Alberto, ¿qué pensaste cuando te llegó la propuesta de ponerte en la piel de Toto?

AA: Mariano y Carolina me manifestaron su intención de que yo estuviera y eso me sorprendió gratamente porque yo he hecho un par de laburos internacionales pero no tengo noción hasta dónde puede llegar lo que uno hace. Que te vengan a buscar siempre es reconfortante y es algo que me sigue sorprendiendo en el buen sentido. Después me gustó la posibilidad concreta y seria de que sea la primera obra que van a ver mis hijos, que tienen 8 y 11, porque la obra propone un intercambio de informaciones accesibles.

T: ¿Cuál creen que es el desafío de presentar una obra para todo público?

CR: Uno no debe subestimar a los chicos, son mucho más despiertos de lo que todos creemos. Creo que esta es una obra que no solo la van a entender, sino que la van a poner en otro lugar que a los adultos les va a costar un poco más. Creo que el adulto necesita que el chico esté para no morir, que es una obra que necesita de la contención familiar para atravesarla y que, además, está bueno que todos estén presentes y escuchen esta historia porque nos atraviesa a todos.

T: Carolina, es conocida tu militancia por los derechos de los animales. ¿Qué peso creés que tiene en la obra que el protagonista sea un animal y no otro ser humano?

CR: Creo que la gran lección nos la da a ese personaje precisamente. Lo que aprende el personaje de Natalia, que es la humana, lo hace a partir de un ser tan básico, podríamos decir, como un animal, pero tan profundo que ni siquiera la humanidad puede alcanzar los estados de bondad, de generosidad, de lealtad porque en un perro no hay rencor. En un perro no hay todas estas emociones negativas que hacen a la humanidad humana y que esté como está. Es una gran lección de vida, que viene de un perro y está muy bueno que el mundo natural nos empiece a enseñar, que nos empecemos a dar cuenta y que algo tan simple como un espíritu tan puro, nos dé una gran lección de vida.

T: ¿Qué expectativas tenés de presentar esta obra en una plaza teatral tan abundante y exigente como la porteña?

CR: Mucha expectativa. Yo sé que este es un público que exige calidad, contenido y que es muy sensible. Yo quisiera ver que cada espectador salga queriendo hacer algo para cambiar el mundo, para ser mejor ser humano; por eso también elegimos esta obra, por eso también Mariano que conoce a su gente y que es de acá se conmovió tanto. Es una obra necesaria y muy pertinente.

Con información de Télam