La animación chilena: elemento fundamental en la construcción de la memoria

11 de septiembre, 2023 | 15.59

(por Tomás Eliaschev).- Los cortometrajes animados chilenos cumplen un rol trascendental en la denuncia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura de Augusto Pinochet y varios de ellos alcanzaron repercusión internacional y galardones en los festivales más importantes.

El último caso que alcanzó muchísima visibilidad es el de “Bestia”, un corto de 2021 dirigido por Hugo Covarrubias, que hace foco en la historia de Íngrid Olderöck, una torturadora que formó parte de la temible Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), la policía secreta de la dictadura pinochetista.

El laureado corto, cuyo guion fue escrito por Covarrubias y por Martín Erazo, es un “thriller psicológico sobre una mente siniestra”, como lo define su director. Fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de Annecy y nominado en los últimos premios Oscar, quinta producción trasandina en ser considerada por la Academia de Hollywood.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El cortometraje “Historia de un oso”, de Gabriel Osorio Vargas, en 2014 ganó el primer y único Oscar para el cine chileno al narrar combinando stop motion, animación tradicional y con imágenes generadas por computadora, una historia inspirada en la vida de Leopoldo Osorio, abuelo del director y secretario del presidente Salvador Allende, quien fue encarcelado por la dictadura y luego condenado al destierro.

Recientemente, Osorio Vargas ganó más notoriedad al dirigir “En las estrellas”, uno de los capítulos de “Star wars: visions” (serie de Lucasfilm disponible en Disney+).

Otro ejemplo reciente del cruce entre dictadura y animación es “La copia feliz del Edén” (2021), de Emilio Romero y Samuel Restucci, que contó con la colaboración y revisión del Museo de la Memoria y Derechos Humanos y la Fundación Salvador Allende e incluye las movilizaciones de octubre de 2019.

Otros antecedentes de animación documental sobre el golpe de Estado en Chile son el premiado “Como alitas de Chincol” (2002), dirigido por Vivienne Barry, que trata sobre la lucha de un grupo de mujeres que denunciaron la represión y los crímenes de la dictadura con el bordado de arpilleras; y “Golpe de espejo” (2008), de Claudio Díaz, realizado con rotoscopia, la técnica de animación que consiste en la utilización de imágenes reales que se trasladan a dibujo mediante el calco de los movimientos.

En tanto, “Trazos de memoria” es parte del proyecto coral del espacio de la memoria Londres 38, ubicado frente al excentro clandestino de detención ubicado en la capital del país. Consiste en dos volúmenes, donde el testimonio de militantes y víctimas de la dictadura fue animado por un artista distinto, la mayoría de menos de 30 años.

El de 2012 cuenta con la dirección de Valentina Armstrong, Carolina Churruca, Helios Lara, Paloma Rodríguez, María José Santibañez y Oscar Sheihing, y el de 2016 con capítulos dirigidos por Pavel Reyes, Álvaro Grunert, Daniel Vásquez, Nés tor Pérez, Fernando Barros y Claudio Martínez.

Es necesario mencionar "9-11/9-11" (2006), primera película animada del artista conceptual estadounidense Mel Chin, basada en la novela gráfica propia de 2002 a raíz de los ataques terroristas que se produjeron en las Torres Gemelas en Nueva York en la significativa fecha del 11 de septiembre. El autor aborda así los dos eventos, teniendo en cuenta que Estados Unidos apoyó el golpe de estado en Chile y su animación fue realizada por el estudio chileno Plano Visual.

Para el futuro, se espera una película basada en la novela gráfica "Historias clandestinas", la primera historieta chilena traducida y vendida en Estados Unidos, escrita por los hermanos Ariel y Sol Rojas Lizana quienes cuentan su historia como niños durante la dictadura.

Con información de Télam

LA FERIA DE EL DESTAPE ►