Sostenido como uno de los trovadores de cabecera de las luchas por los derechos humanos, León Gieco agradece que su obra sirva "para acompañar la lucha por los derechos humanos".
"Agradezco que mi música sirva para acompañar la lucha por los derechos humanos, a partir de un compromiso que no siempre tuve", expresa en diálogo con Télam.
"La verdad es que yo ya era músico antes de vivir todas las experiencias políticas que me atravesaron. Mi papá me llevaba a cantar y cantaba de todo: Elvis Presley, Antonio Tormo, Los Beatles, Los Chalchaleros", evoca León en la charla.
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El guitarrista, autor y cantante, añade que a los 18 años llegué a Buenos Aires y que esa ciudad, literalmente, le "partió la cabeza en mil partes".
"Una de esas partes fue a parar a la mágica idea de componer canciones y agradezco todo lo que me pasó de allí en más", sostiene León.
"Yo trabajo con Estela (de Carlotto) o Hebe (de Bonafini) y a ellas no se les ofreció la música o una guitarrita como herramienta, sino que a ellas les mataron a les hijes y a mí no me queda más que agradecer que la música me sirva como elemento importante para acompañarlas a ellas en esta lucha tan valiosa en el mundo", subraya Gieco.
En esa veta, el músico sostiene: "Desde que me levanto y me cepillo los dientes considero que cada cosa que hago ya es un acto político, aunque mucha gente confunde lo político con partidismo".
"Ir a comprar a un chino, manejar sin tomar a alcohol, -enumera- ser solidario, apoyar los movimientos feministas, cantar en las marchas del orgullo, en el barrio 31 de Retiro, son parte de ese todo".
Y, para coronar la idea, abunda: "Yo no estoy de acuerdo con los que dicen 'soy apolítico' que es como decir 'soy indiferente a lo que sucede a mi alrededor'. Yo me siento profundamente modificado en lo sucede a mi alrededor y eso en mis canciones se refleja de manera transparente".
Con información de Télam