Emilia Attías y "el Turco" Naím Sibara protagonizan "Una sola noche", una película romántica que tuvo un estreno parcial el jueves pasado en la que interpretan a dos desconocidos conflictuados que deciden pasar fin de año juntos tras quedar varados en Puerto Iguazú por un día.
Dirigida por Luis Hitoshi Díaz y escrita por Laura Gargarella, la película aguarda por un lanzamiento más masivo en las próximas semanas, cuando decrezca el furor por "Spider-Man: Sin camino a casa".
La historia trata de dos personas que se conocen fortuitamente en un hotel, donde deben pasar la noche de año nuevo, y tienen un encuentro que "los deja atraídos y los interpela", explicó Attías, quien, junto a Sabara, contó en diálogo con Télam sobre la experiencia de actuar juntos por primera vez tras 17 años en pareja.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Sobre ese tipo de encuentros fortuitos luego se la pasan hablando los protagonistas, en reflexiones sobre el destino, lo azaroso de los acontecimientos, y con resignación y pesimismo respecto de lo romántico.
Ese foco hace que la película quiera transitar todo el tiempo alguno de los caminos popularizados por Richard Linklater en "Antes del amanecer" y sus secuelas, y por Sofía Coppola en "Perdidos en Tokio", películas en las que Ethan Hawke, Julie Delphy, Bill Murray y Scarlett Johansson se destacaron por la frescura de sus diálogos existenciales y cambiaron para bien el género de las comedias románticas.
"Ambos personajes están con procesos amorosos en crisis y no se esperaban vivir una situación como esa, lo que les provoca un sacudón. Y esa noche se trata de ver qué hacen con esos conflictos que se les genera, en el medio de un juego divertido de sincericidios, con comedia pero a veces tonos más profundos y dramáticos", contó Attías sobre la trama de 70 minutos.
Télam: ¿Cómo definirían a sus personajes?
Emilia Attías: Una mujer joven que todavía no puede controlar las cosas a nivel vincular por su tipo de personalidad fuerte. Es muy intensa en el amor, con una frustración por su anterior relación pero tratando que no se note que está vulnerable.
Naím Sibara: Representa a un montón de gente de cincuentipico que cree haber logrado todo lo que soñó y se da cuenta de que tal vez no era lo que quería. La estabilidad económica y emocional y la familia a veces se torna una ilusión, y en ese estado está el personaje.
EA: Analizamos mucho con el director lo que le pasa a los personajes y su estructura psicológica general. Tratando de encontrar un registro naturalista, se trabajó el guion para llevarlo más de la comedia que era hacia un tono más profundo.
T: Naím, se notó una semejanza en tu personaje con la voz y el tono de Guillermo Francella, ¿te lo han comentado?
NS: Alguna gente dice que tengo un tono de voz parecido. Pero no lo tomé como espejo. Si me sale esa voz y alguien puede encontrar un parecido es porque compartimos crianzas parecidas: somos porteños, con un poco de calle, que tuvimos ese humor de nuestros abuelos y transitamos lugares parecidos, como el barrio, el café o la cena con amigos. Entonces en esa cadencia alguien quizá puede sentir el mismo tono porteño. Es como Olmedo, que está en todos lados: Francella está en todas partes, y no es que uno lo imite.
T: ¿Cómo fue que dieron con el proyecto?
NS: Con el director habíamos tenido una experiencia en una película en la que Emilia estuvo y quedamos con una energía y sinergia de trabajo muy linda. Cuando apareció el guion y el Incaa lo aprobó, nos juntamos a trabajar entre todos durante dos o tres meses todos los días y fue muy enriquecedor, lo disfrutamos mucho. Siento que el que ve la película nota que hay mucho trabajo.
T: ¿O sea que también ustedes dos participaron en algunas re escrituras de guion?
NS: Sí, porque era más largo y en otras locaciones, así que adaptamos a las contingencias de la pandemia, y a veces esos son los guiones más ricos, porque los imponderables hacen a las cosas únicas. Para la pandemia era ideal porque son dos personas en un solo día en una locación y se facilitaba las cosas con los protocolos.
T: ¿Te gustan las películas de romance al estilo "Antes del Amanecer" y sus secuelas, de la que esta película toma tantas referencias?
EA: Sí, mucho. Una de las cosas lindas de este proyecto era poder actuar en ese género y en cine. Porque en cine había hecho roles más fuertes y en televisión sí más románticos, pero en cine hay otra capa de profundidad y lo disfruté mucho; se puede ir hacia un género más naturalista.
NS: Porque dejás que te atraviesen los sentimientos y te das el tiempo para transitarlos, que en la tele es imposible por lo dinámico de su ritmo. En cine te podés permitir silencios y cosas que pasan en la vida real. El cine se acerca más a la vida real que una telenovela.
T: ¿Qué fue lo que te resultó más difícil de hacer en este proyecto?
NS: El desafío es encarar roles muy cercanos a uno mismo pero en situaciones diferentes a la que estamos. Ella actúa muy fácilmente el naturalismo y a mí, a lo largo de mi carrera, no es que me cueste tanto sino que no he tenido cercanía con este tipo de roles, y ahora el desafío era un rol sin artilugios, sin máscaras, sin trucos, cercano a lo que soy hoy.
T: ¿Cómo les resultó hacer una película juntos?
EA: Sentía la responsabilidad de que se nos note frescos en cuanto a que el rol implicaba que recién nos conocíamos, y estaba concentrada en no relajarme con la confianza construida en tantos años, en tratar de mostrar que no accedí todavía a ese nivel de confianza con la otra persona.
NS: Me encantó. La redescubrí. Porque convivimos hace 17 años y fue conocerla de vuelta, que fue algo fantástico porque ahí conocí a otra Emilia.
Con información de Télam